La Justicia autoriza a Ricardo Jaime a no presenciar las declaraciones de testigos, en la causa por la tragedia de Once

El Tribunal que juzga a los 29 acusados por la tragedia del tren de Once hizo lugar a un planteo de la defensa de Ricardo Jaime, por los “muchos costos” para trasladarse a presenciar la audiencia, al reanudarse el debate con declaraciones de más sobrevivientes.

El ex secretario de Transporte de Néstor dice que no tiene plata para viajar.
El ex secretario de Transporte de Néstor dice que no tiene plata para viajar.

La decisión del Tribunal Oral Federal 2 benefició a Jaime y al ex interventor de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte Pedro Ochoa Romero, quienes habían solicitado dejar de presentarse a las audiencias en los tribunales federales de Retiro porque residen en Córdoba.

En el caso de Jaime su defensa se refirió a los “muchos costos” del traslado para estar en las audiencias los lunes y martes.

Los camaristas Jorge Tassara y Jorge Gorini concedieron el pedido en un voto por mayoría al entender que la no comparecencia a las audiencias “entra en las garantías que tiene el imputado durante el juicio”, aunque advirtieron que debe estar a disposición del Tribunal que podrá ordenar su presencia en cualquier momento.

La disidencia en minoría fue del camarista Rodrigo Gimenez Uriburu, quien consideró que los acusados “no han acreditado que el traslado entre Córdoba y Buenos Aires sea realmente una complicación monetaria”.

El juez entendió que antes de resolver debería haberse dado oportunidad de opinar al fiscal como “veedor de la legalidad del proceso”.

Jaime y Ochoa Romero habían sido notificados telefónicamente de la decisión leída al inicio de la audiencia, por lo cual ya no estuvieron presentes en la sala.

Al debate sí asistieron los otros procesados, entre ellos el ex secretario de Transporte de la Nación Juan Pablo Schiavi, el maquinista Marcos Córdoba y los empresarios Cirigliano, entre otros.

Uno de los sobrevivientes, Guillermo Quintana, recordó que el 22 de febrero de 2012 el tren pasó de largo en dos estaciones antes de llegar a Once, lugar del choque que causó 52 muertos.

“A ese tren particularmente lo noté más deteriorado que otros, no se podía ni respirar, ni hacer un paso dentro de un vagón”, afirmó Quintana, quien viajaba en el primer vagón de la formación y quedó atrapado hasta que fue rescatado por los bomberos.

El tren “venía rápido” y llegó a destino “entre 20 y 25 minutos antes de lo habitual”, remarcó.

“Me acuerdo del golpe tremendo, tardaron muchísimo en sacarme, tenía una persona con el reloj pulsera enfrente mio y era conciente de todo el tiempo y veía cómo daba vuelta la aguja, tardaron tres horas y pico en rescatarme”, agregó.

Otra testigo, Cristina Sánchez Amaro aludió también a que el tren iba a alta velocidad, “se pasó un poquito de largo” en la estación de Flores.

Sánchez Amaro viajaba en el sexto vagón del tren y pudo salir por sus medios.

“Había mucha gente en el tren, en cada estación subían, en Merlo y Morón se sube mucha más gente”, refirió la pasajera que había subido en Paso del Rey y acotó que habitualmente “había cosas rotas, la gente subía por las ventanas, sin vidrios en pleno invierno”.

También describió que había que “poner el paraguas en la ventana para no mojarnos” y “a veces las puertas estaban abiertas” y el tren seguía su marcha. “Eso lo vivía casi todos los días”, concluyó.

La audiencia continuaba con las declaraciones de sobrevivientes.

Fuente y foto: Télam.

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