PAPPO. Guitarras, autos, motos y barrio

El 25 de Febrero de 2005, después de cenar en un restaurante de Luján, Norberto Napolitano murió en un accidente con su Harley Davidson en la Autopista del Oeste.

Había nacido el 10 de Marzo de 1950, tempranito, a las 5.40, fue en la casa paterna de Artigas 1917, barrio de Villa Mitre. La ubicación geográfica no es un mero detalle: el barrio marcó al hombre primero, al artista luego.

En el hogar había contacto con el arte pero también, con las herramientas: su hermana mayor, Liliana, era profesora de piano. Su madre era escritora y poeta. Pero su padre trabajaba de metalúrgico. Ese cóctel familiar forjaría la personalidad y los gustos de Norberto.

A aquel pibe le gustaba la guitarra, y empezó a estudiar. Le había llamado mucho la atención una eléctrica que tenía un vecino. Se la pidió prestada, con la idea de comprársela luego.

“ Le prometí que se la iba a pagar y después me mudé a otro barrio, y nunca más me vio” (Pappo a la revista Cantarock, 1984).

A los 14 años, escuchó por primera vez en la radio a Little Richard, y le gustó tanto, que decidió que el rock sería su estilo musical; aunque gracias a su hermana se nutría de los clásicos, como Schubert, Liszt, Beethoven, Stravinsky y Bach.

Buenos Aires había sido copada por “la nueva ola” de El Club del Clan, mientras en el mundo, The Beatles marcaba la nueva tendencia.

Norberto formó su primer y fugaz grupo: Los Buitres. Poco tiempo después, un grupo de jóvenes apuraba el nacimiento del rock local. Miguel Abuelo andaba en ésa, y lo invitó a sumarse a Los Abuelos de la Nada. Fue ahí que Norberto empezó a ser conocido en el ambiente musical como Pappo.

“Pappo empezó en la casa de Pipo, en la época de los hippies porteños, cuando armamos Los Abuelos de la Nada. ¡Pero de eso hace muchísimos siglos!. Hay algunos que no han descubierto todavía la transfusión para durar 3000 años, pero los que quedamos desde entonces, ahora tenemos pocos años, estamos rejuvenecidos, porque descubrimos la fórmula antiquísima… Pero toda la historia del rock me parece una estupidez, porque nadie nos dió importancia, siempre nos cagaron a palos, siempre creyeron que éramos tontos y drogadictos” (Pappo a la revista Cantarock, 1984).

Aquella reunión entre Miguel y Pappo duraría poco. El líder se enojó con la discográfica porque le recortaron la canción “Diana divaga”, con lo cual, el nuevo conductor del grupo pasó a ser el Carpo, aunque poco después Los Abuelos se disuelven. De aquel fugaz liderazgo quedó “La estación”, un blues indiscutiblemente a la napolitano.

Pappo seguía descubriendo música. Se cruza con el disco de The Bluesbrakers con Eric Clapton. Le encantó. Carlos Bisso lo invita a tocar con Conexión Nº 5, un grupo “beat” de moda por aquellos tiempos. Norberto se suma, cumple con lo que le piden, pero dura pocos meses en el grupo.

El músico buscaba “su” lugar, y pronto encontraría cobijo en las bandas rockeras más importantes de la época: tocó con Manal, hizo coros para Almendra, Litto Nebbia lo sumó a Los Gatos, participó en la grabación de “30 minutos de vida”, de Moris.

“Los Gatos me sacaron de la fábrica y me llevaron al teatro Gran Rex a laburar en el escenario ¡Ponete en mi lugar! Estuvimos juntos dos años, fue muy bueno, hasta que yo empecé a poner mucha presión para que tocáramos rock. Ciro [Fogliatta] y [Oscar] Moro estaban más o menos de acuerdo, pero el más duro era Litto [Nebbia], que era el que mandaba; y si el que manda quiere seguir con una línea melódica, tiene razón. Muy bien, gracias por todo… Me voy de este barco, está todo bien, seguimos siendo amigos. Mi decisión fue no dejar de tocar rock & roll, porque el rock & roll es mi presentación en la Tierra. Es mi forma de ser, mi forma de hablar. Me fui de Los Gatos y formé Pappo’s Blues, con David Lebón en bajo y Black Amaya en batería” (revista Rolling Stone, 2000).

Pappo’s Blues fue el primer grupo de rock duro que se escuchó por estos lares. Esa era el gran deseo de su creador, que se la pasaba escuchando a Black Sabbath y Jimmy Hendrix. Pero la prensa no lo trataba bien (alguno lo calificó de “payaso”), entonces decidió irse a Inglaterra. Tocó en el subte, en bares, sin mucha suerte.

“Pappos blues N° 1 en argentina. teatro metro. tres fechas. Y en todo Buenos Aires decían: Vuelve Pappo. No lo esperaba para nada. veía el teatro lleno, para la época era mucho. Por ese entonces los grupos tocaban para cuarenta personas, y yo que haya hecho tres Metro hasta las manos no entendía nada, era como un sueño. El disco fue oro, platino y doble platino. Pero no me dieron ninguno: ni el disco de oro, ni el de platino, ni el de doble platino” (revista Rolling Stone, 2000).

De aquel golazo quedaron clásicos como “El viejo”, “Adónde está la libertad” o “El hombre suburbano”.

En 1971 se sumó al proyecto de Luis Alberto Spinetta”Spinettalandia y sus amigos”– y grabó tres temas con el Flaco. Hasta llegaron a formar un trío que se llamó “Agresivos”: Pappo en guitarra, Luis Alberto en bajo y Pomo en batería. Se deslumbraban el uno al otro.

Spinetta llegó a regalarle una guitarra: “era una forma de mostrarle a Pappo que no existían solamente las guitarras con el volumen al mango. Que así como él me había inculcado algo de esa dureza del rock pesado, y la mano, copar y todo eso, por otro lado yo trataba de demostrarle que existía una fuente de ternura que él no podía ignorar. Fue como decirle: mirá, tomá, no te desprendas jamás de esto, para no traicionarme en tu vida, para darme tu fe, aunque no tocáramos nunca juntos, aunque jamás nos viéramos”.

Pero el acto de amor del Flaco se convirtió en una transacción comercial para el Carpo: “No la vendí, pero como yo no tenía una guitarra eléctrica, la cambié por una Les Paul en una casa de música. No fue con mala onda y no creo que haya ningún intercambio de palabras con él […] con un regalo podés hacer lo que quieras” (Lean Bukka White en el blog Rock and Ball, 2015).

Mientras se mezclaba con el gran elenco de La Pesada del Rock And Roll y hacía shows de 25 minutos por clubes todo el país con Pappo’s Blues, otra onda empezaba a sonar en el ambiente del rock local: Sui Generis. Pappo se horrorizó y lo dijo.

“A Charly me lo crucé en la casa de Jorge Alvarez, el productor de Pappo´s Blues que también produjo a Sui Generis. Y pensé: ¿Cómo puede ser tan pelotudo este tipo? ¡Yo vengo luchando desde que tengo uso de razón para poder implantar y clavar la bandera como hicieron los norteamericanos en la Luna… clavar la bandera del rock en Buenos Aires..! Y yo vengo luchando, junto con Manal… junto con Almendra, que dentro de todo era rock, con una actitud muy piola. Y vienen dos tarados… Te digo lo que pienso yo: vienen dos tarados, uno de bigotitos y otro con menos gracia que una estatua, y yo no lo podía creer” (revista Rolling Stone, 2000).

Luego de cinco discos con Pappo’s Blues, Norberto necesitaba cambiar de aire, y volvíó a irse a Inglaterra. Cuenta que en un sótano que hacía las veces de sala de ensayo, fue testigo de la fundación de Motorhead. Luego vino Aeroblus, con Alejandro Medina y Rolando Castelo Jr., y más tarde el regreso de Pappo`s Blues y la grabación del volumen 7, con algunas reversiones de viejas canciones de la banda.

El 14 de Noviembre de 1980, en un recital en Sala Uno, Pappo despide a Pappo’s Blues y presenta a Riff, que desde entonces fue una de las bandas más convocantes del rock local, de las pocas que exploraban el heavy metal por aquellos años.

Riff se separa y resurge durante los ‘80. A fines de 1983 tocan en Ferro. Pese a que el lema era “Riff acaba el año sin cadenas”, se generaron incidentes entre el público que ocasionaron importantes destrozos, y hasta la agresión a uno de los músicos. El club le cobró los daños a Riff, pero como no pudieron cubrir el total, debieron organizar tres recitales para pagar la cuenta.

En 1985, Pappo recibe el premio Konex, y luego sería galardonado dos veces más.

Riff dejó cuatro discos y varios clásicos -”Pantalla del mundo nuevo”, “Susy Cadillac”, “No detenga su motor”. En la década del ‘90 editaron dos discos más. En el medio, una perlita: Riff apareció en TV en el programa de Canal 13 “Querido Sandro”, con Sandro vestido a lo heavy, cantando dos temas.

Otro cruce de Pappo con la tele fue con el tema “Mi vieja”, compuesto por Eduardo Frigerio y Sebastián Borensztein para su participación en el programa “Tato de América”. Pappo estaba por editar su primer disco solista, “Blues local”, y no quería saber nada con incluirla en el disco. La compañía debió adelantarle veinte mil dólares para que “Mi vieja” integre la lista de canciones. Ese disco vendió más de 200.000 copias.

En 2003 edita su último álbum, “Buscando un amor”, que dejó joyas como “Juntos a la par” y “Rock and roll y fiebre”.

En el Cosquín Rock de 2005, Pappo invita a compartir escenario a Charly García. “Me parece una persona fenomenal. Lo que pasa que yo dije que no me gustaba Sui Generis. Pero nada más. Es una opinión. No lo dije con mala onda. Charly es un invitado siempre, no hay ningún drama con nadie. Nosotros no somos vedettes, somos músicos. Y con Charly está todo muy bien” (El blog de Charly García).

Un monumento lo recuerda en su barrio, en la plaza “Roque Saenz Peña” de Juan B. Justo y Boyacá.

“Hace años que vengo diciendo lo mismo: la música es una rueda. Y se va modernizando, a la vez. Es como un dínamo. Un dínamo tiene cinco contactos, por ejemplo. Cuando giran, van cambiando. Y la música va rotando como el tiempo, invierno, primavera, verano, otoño. Entonces en cada punto de contacto, pasa una cosa distinta. La música es una época. Y cuando va cambiando la época, cambia la música” (revista Expreso Imaginario, 1981)

Claudio Serrentino

 

 

 

 

 

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