Todavía está publicado en el sitio oficial del Gobierno de la Ciudad, buenosaires.gob.ar: el título reza: “Rodríguez Larreta entregó las llaves de la Villa Olímpica a las autoridades de los Juegos”. “Cumplimos el compromiso de entregarlas seis meses antes”, dijo el jefe de gobierno porteño. La noticia tiene fecha 15 de Mayo de 2018.
“Esto muestra el enorme desafío de mostrarle al mundo entero lo que somos capaces de hacer los argentinos”, dijo en la misma ocasión Rodríguez Larreta.
Los Juegos Olímpicos se realizaron en Octubre del año pasado, y la propaganda alrededor de éstos -y las obras- fue abundante.
Entonces, todo fue sonrisas para las cámaras, muchos globos y papel picado.
Tras los JJOO, llegaría la contundente realidad. Esa que le preguntaría a Larreta “DE ÉSTO somos capaces los argentinos?”.
Porque las torres del Barrio Olímpico primero fueron propaganda; después, se convirtieron en una trampa.
En Marzo del año pasado se abrió la inscripción para la compra de los departamentos. “Tendrán prioridad los vecinos de la Comuna 8 en el 50% de los departamentos y, si ese cupo no se completa, seguirán los habitantes de las demás comunas del sur. Luego, la prioridad será para empleados de la Policía en un 10% de los departamentos y los docentes de la Ciudad en otro 10%. El porcentaje restante estará disponible para todos los vecinos de la Ciudad.
El sistema de créditos está dirigido a la clase media con ingresos formales e informales. Tendrá cuotas similares a las de un alquiler y la tasa más baja del mercado: 4,99% para quienes cobren sus haberes en el Banco Ciudad”, decía la convocatoria, con la cual también se hizo profusa publicidad.
Se inscribieron más de 10.000 postulantes para los 1.200 departamentos disponibles.
El IVC prometió entregar las unidades en Marzo de 2019. “Terminaron haciéndolo en Junio, y a poquitos. Otros se mudaron en agosto. La mayoría recién pudimos mudarnos hace un mes”, cuenta Agostina, vecina e integrante del grupo que en las redes sociales se llama AdjudicadosDelBarrioOlimpico.
Al día de hoy, se habitaron 500 departamentos. Varios postulantes se cayeron “por la situación económica”, con lo cual los que están en la lista de espera podrían acceder a una vivienda.
Los que alquilan o viven de prestado saben lo que significa acceder a la vivienda propia. Pero el sistema parece atentar contra esta ilusión: “Lo que pedimos es que se agilice el tema de las escrituras. Hay mucha gente que está en situación vulnerable, viviendo de prestado o alquilando”, dice Agostina.
Los aspirantes a propietarios se quejan de la burocracia del IVC (Instituto de Vivienda de la Ciudad), “cuesta mucho que se pongan de acuerdo con el Banco Ciudad para poder escriturar, y hubo gente a la que le cancelaron tres o cuatro veces la escrituración. Obviamente, uno se ilusiona y te van pateando de una semana para la otra. Tardan con los informes de dominio, y los escribanos -designados por el IVC- también provocan demoras”.
El Barrio Olimpico tiene una particularidad: cada edificio fue hecho por una constructora distinta, con lo cual no hay un edificio igual a otro. Pero los problemas se repiten: ” hay gente a la que se levantó el piso, hay departamentos con las membranas de los techos colocadas al revés, con lo cual cada vez que llueve tienen una catarata de agua adentro. Hay departamentos que los entregaron sin cocina y no la quieren reponer porque la garantía venció ‘gracias’ a lo que tardaron en entregar los departamentos, otros no tienen calefón, en otros no había electricidad y como todos los artefactos son eléctricos, no se podía usar la cocina”, detalla la vecina.
Pero hay más: “en el edificio 21 se formó un lago de caca. Los vecinos lo venían denunciando, pedían a la administración que arregle, porque se iba a tapar… hasta que no aguantó más y salió todo para afuera. Esto ocurrió el último fin de semana largo, y no aparecieron. El 19 de Noviembre pasado, el edificio 29 estuvo sin agua dos días, justo cuando la ola de calor se instalaba en Buenos Aires”.
¿Y por qué la administración del edificio no reacciona ante los problemas?: “porque al administrador lo coloca el IVC hasta que los edificios estén totalmente habitados, y los vecinos puedan convocar a una asamblea y organizarse. El problema es que los administradores puestos por el IVC están ‘dibujados’, no hacen su trabajo, les dejan la llave a un propietario y se ‘borran’. En algunos edificios hicieron un fondo común y contrataron a un electricista matriculado para arreglar las luces de los pasillos y las escaleras. En otros edificios, se organizaron para limpiar los sábados”.
También denuncian que no hay seguridad vial, los autos que pasan por la avenida mataron a varios perros y gatos. “Por suerte no fueron niños”, dice Agostina. “Faltan contenedores, semáforos, lomos de burro, lo pedimos varias veces pero nunca nos respondieron”.
Claudio Serrentino
Fotos: GCABA, AdjudicadosDelBarrioOlímpico