Estos días, la atención mediática está sobre el caso de Maia, pero son cientas de Maias las que están en situación de extrema vulnerabilidad en la Ciudad de Buenos Aires.
Según el segundo Censo Popular de Personas en Situación de Calle, realizado en el 2019, de las 7251 personas censadas, cerca de 900 eran niños o niñas: el 12%. Un número impactante que probablemente aumentó desde esa fecha, con las dificultades que conlleva la pandemia.
“Entre enero y diciembre del 2020, la cantidad de personas en situación de calle que visitamos aumentó un 85%.”, comentó una de las integrantes de la organización Acción PSC (Personas en Situación de Calle). “Hoy en día, en nuestras recorridas bisemanales, visitamos a unas 122 personas en situación de calle en 6 comunas, de las cuales 15 (cerca de un 12%) son menores de edad, de entre pocos meses hasta 14 años”.
La mayoría de estos niños y niñas no están escolarizados. Y todos están expuestos a carencias de higiene, a abusos y a trabajo infantil, sin hablar de las consecuencias de salud por las extremas condiciones de vida. “Recordamos casos de severas intoxicaciones alimentarias por ingerir comida en mal estado, y también, por ejemplo, el de un adolescente de 13 años que, después de nuestras reiteradas llamadas al SAME, fue llevado a las emergencias por una peritonitis, consecuencia de la falta de atención médica a tiempo”.
Frente a esta dolorosa realidad, las soluciones provistas por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires son escasas o parciales. Cuando salió la Ley 26061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes prevé que: “Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a la vida, a su disfrute, protección y a la obtención de una buena calidad de vida” (art. 8) o el “Derecho a la dignidad y a la integridad personal” (art. 9).
Con la finalidad de cumplir la ley, el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes brinda una forma de asistencia (en especial, en el invierno), pero muchas veces se hace a costa de la unidad familiar. “Varias familias se esconden de las rondas de las Defensorías del Consejo, porque saben que la solución propuesta va a ser separarlos de sus niños. Fuimos testigos de un caso en el cual un menor de tres años que estaba con su familia en calle fue llevado a un hogar por un agente de dicha entidad, a la madrugada, en un vehículo no identificable, sin mucha explicación y dejando apenas un papel. Es una situación terrible y de mucha angustia para las familias. Ofrecer un techo sin garantizar la unidad familiar no es una solución, ni un cumplimiento de los derechos de los niños. Sabemos además que después, la revinculación es muy difícil”.
Acción PSC (Personas en situación de calle)
Foto: La Nación