El recorrido comenzó por La Casa Marcó del Pont, una antigua quinta familiar, declarada Monumento Histórico Nacional y, desde entonces, sede del Espacio Cultural Marcó del Pont.
Esta casona, representativa de la arquitectura italiana es la única que ha sobrevivido casi intacta en Flores. En el año 1857, el barrio de Flores atravesó la construcción de las vías del Ferrocarril Oeste de Buenos Aires, que unió el Parque de la Artillería con la estación Floresta.
Se convirtió en moda para las familias de la ciudad, que comenzaron a radicarse a la vera del Camino de Fierro, surgiendo así quintas rodeadas de grandes parques como la Casona Marcó del Pont. En noviembre de 1860, los hermanos Antonino, Gregoria y María Marcó del Pont compraron los terrenos donde se asienta la Casona. Según algunos investigadores se construyó ese mismo año.
Luego, se visitó la Plaza General Pueyrredón, cuyo primer nombre fue “14 de Julio”. Este lugar fue el centro de operaciones del ejército de la Confederación dirigido por el coronel Hilario Lagos, contra Rosas en 1852. Después de la caída de Rosas, en 1852, la plaza adquirió las nuevas concepciones traídas de Europa y Estados Unidos sobre el progreso y el nuevo concepto de parque como “espacio de reunión de lo pintoresco y lo sublime, de la cultura y el civismo democrático, opuestos a la naturaleza informe”, en palabras de Sarmiento.
También se visitó la Basílica de San José de Flores. En 1803 el nuevo obispo de Buenos Aires, Benito Lué y Riega, decidió tomar parte de los territorios de los curatos de La Piedad, Montserrat, San Isidro y Morón para erigir uno nuevo. La familia de Ramón Francisco Flores donó una manzana para levantar el edificio de la futura iglesia parroquial, otra para crear una plaza –camino principal de por medio– y una tercera para instalar los mataderos públicos del nuevo pueblo. El expediente fue elevado al virrey Rafael de Sobremonte tres años después, y el 31 de mayo de 1806 se erigió formalmente el nuevo curato que se denominó San José de Flores.
Por último se recorrió la Galería San José de Flores (Av. Rivadavia 6836). Esta galería abrió sus puertas en 1956, fue desde un principio uno de los paseos de compras más distinguidos del barrio.
En la cúpula central de la galería se encuentra plasmada la obra de 4 grandes artistas plásticos: los maestros Juan Carlos Castagnino (la fraternidad), Demetrio Urruchúa (homenaje a San José de Flores) y Enrique Policastro (La pachamama), quienes fueron contratados en 1956 junto al artista Lino Enea Spilimbergo (La fertilidad).
Fuente: Prensa GCABA