
Hay un ideal, un “deber ser” que viene desde los mismísimos fundadores de esta Ciudad, gente “blanca” que sostiene una mentira desde hace siglos: Buenos Aires es hermosa, pero… la afean los más pobres.
Ese ideal sí permite a los pobres salir a consumir en la Ciudad (de algo hay que vivir): gastar su platita en cines, bares, boliches… pero en orden. Y luego volverse a sus casitas, que quedan lejos, en el conurbano. Sin molestar. Sin reclamar.
Es decir: la Ciudad es de los que pueden pagarla.
Ese concepto fue remarcando el PRO durante sus 17 años al frente del Gobierno de la Ciudad.
Los porteños sabemos que hay una línea no trazada, pero bien visible, entre el norte “rico” (bello, lucido, impecable), y el sur “pobre” (descuidado, invisibilizado como parte integrante de la Ciudad… salvo para hacer negocios inmobiliarios).
Hasta los medios de comunicación suelen confundirse: muchos panelistas creen que Buenos Aires ya no termina en la General Paz, sino en Las Cañitas. Cuando pasa una desgracia en Villa Lugano, por ejemplo, no va a faltar el zoquete que pregunte: ¿éso es en Capital…?

Ese preconcepto que tienen algunos, de que la Ciudad es de quien puede pagarla, se hizo carne en el candidato Ramiro Marra, que pretende “echar” a los cartoneros, y a los que duermen en la calle.
¿Echarlos, adónde? ¿No debería ser prioridad, que los cartoneros dejen de cartonear y pudieran acceder a salarios dignos, en blanco, con obra social?
¿No debería ser prioridad brindarles la posibilidad de tener un hogar, a aquellas familias que ni siquiera pueden acceder a un alquiler -porque no tienen cómo pagarlo, porque no tienen trabajo, porque no tienen garantías, etc.-?
Para Marra -y lamentablemente, para algunos votantes- la prioridad no es mejorar la condición de vida de la población, sino “sacar” a los pobres de las calles, “echarlos”; “estoy cansado de verlos revolver la basura”, dice el candidato. ¿Y que hiciste como político, además de especular con latas de atún…?
En la misma línea que Marra, aunque con muchos años más de gestión -fue vicejefa de la Ciudad, y gobernadora de la Provincia-, María Eugenia Vidal también sale a agitar el fantasma de los pobres que molestan: “personas que sufren y que van a revolver la basura para llegar a fin de mes, TODAS vienen del conurbano”.
Vidal habla, suponiendo que los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires fueran TODOS ricos: Según datos publicados por el Instituto de Estadística y Censos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la pobreza en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) afectó al 19,3% de los hogares (260.000) y 24,2% de las personas (746.000) durante el cuarto trimestre de 2024.
Lo mismo ocurre con la falta de vivienda: según el Censo 2022, 1.077.111 personas alquilan en la Ciudad de Buenos Aires (CABA), lo que representa el 34,8% de la población.
Ése sería el problema mayor, para éste y para cualquier gobierno, que debiera tenerlos trabajando de manera urgente, para solucionarlo cuanto antes: trabajo digno, vivienda digna.
Sin embargo, para estos dos políticos, que al declarar estas ridiculeces pretenden sumar voluntades, la “propuesta” es absurdamente egoísta, xenófoba, cruel, ignorante: que no se vean los pobres.
Claudio Serrentino