
La Bandera Nacional es uno de los símbolos nacionales junto a la escarapela, el escudo, el himno, la banda, el bastón presidencial. Los símbolos son elementos que representan a todos, y bajo los cuales nos sentimos cobijados y convocados a defender nuestros acendrados valores nacionales. Conociendo un símbolo, conocemos un Pueblo. Si bien, la bandera como elemento simbólico es muy antigua, la Vexilología es una creación reciente. Es una disciplina que estudia el origen, significado, forma y demás característica de toda clase de banderas, indagando en sus fuentes, las distintas influencias históricas, políticas, religiosas y sociales que motivan su creación, como así también investiga los símbolos y piezas distintivas que la acompañan. Los grupos humanos han tenido banderas que los han representado. Simbolizan su dolor, su esperanza, su lucha, su gloria, su deseo de paz, su pureza de sentimiento, su idiosincrasia. La palabra Vexilología es relativamente nueva. Viene del latín Vexilium, estandarte que solían usar los romanos y bizantinos; y del griego logos, tratado, como ciencia moderna con características propias. En 1951 se edita el primer boletín de Banderas y en 1962 se funda el primer centro de investigación de banderas.
El origen de las banderas es incierto. Se dice que las primeras fueron enarboladas en la milenaria China en el siglo XII a. C y que muchos pueblos de la antigüedad hicieron uso de ellas para dar órdenes de ataque en batallas y desembarcos. En la Roma clásica, el vexilium era un estandarte cuadrilongo que era utilizado para dar la orden de batalla.
La Bandera Argentina
El General Manuel Belgrano, al mando de las fuerzas que guarnecerían las baterías que se estaban emplazando en Rosario, para impedir el paso de las flotas enemigas, pensó lo grato que sería a los soldados de la libertad, sostener un pabellón propio, que estimularía su heroísmo en alto grado. Ya contábamos con la escarapela con los colores aprobados, y el General pensó que recibiría la consagración oficial con la Bandera propuesta. Pero no fue así. La escarapela servía para reconocerse en la lucha, continuaban batiéndose bajo la misma insignia que los adversarios. Belgrano sabía, que la forma como se desarrollaba la guerra, si bien era por la independencia, se hacía bajo un fingido acatamiento al rey de España, en cuyo nombre, la Junta primero y el Triunvirato, después gobernaban al país.
El 27 de febrero de 1812, Belgrano hizo formar en batalla a la tropa de su mando sobre las barrancas del Paraná, cuando ya caía la tarde estival y les habló: “Soldados de la Patria. En este punto hemos tenido la gloria de vestir la escarapela nacional que ha designado nuestro Excelentísimo Gobierno: en aquel, la batería de la Independencia, nuestras armas aumentarán las suyas, juremos vencer a nuestros enemigos interiores y exteriores y la América del Sud será el templo de la Independencia, de la unión y de la libertad. En fe de que así os juráis decid conmigo ¡Viva la Patria! Señor Capitán y tropa destinada por la primera vez a la batería Independencia: id, posesionáos de ella, y cumplid el juramento que acabáis de hacer”.
Terminando la histórica ceremonia, Belgrano hizo saber al Triunvirato por medio de un oficio: “Excelentísimo Señor: En este momento son las seis y media de la tarde se ha hecho la salva en la batería Independencia… He dispuesto, para entusiasmar las tropas… les hablé en los términos de la nota que acompaño. Siendo preciso enarbolar Bandera y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste conforme a los colores de la escarapela nacional: espero que sea de su aprobación de V.E. Dios guarde a V.E. muchos años. Rosario 27 de febrero de 1812.”

Según la tradición rosarina, cuenta que María Catalina Echeverría de Vidal, fue la dama que confeccionó la bandera que Belgrano enarboló por primera vez en Rosario. Fue un recuerdo trasmitido de generación en generación, aunque se investigó si era verdad.
Estas noticias no fueron bien recibidas por el Triunvirato, que reprueba la iniciativa, y le envía la bandera roja y amarilla, dado que las tropas realistas terrestres usaban la bandera blanca con la cruz de Borgoña.
Así fue la respuesta del Triunvirato con fecha del 3 de marzo de 1812: “este Gobierno ha dispuesto que sujetando V.S. sus conceptos a las miras que reglen las determinaciones que en él se conduce, haga pasar como un rasgo de entusiasmo, el suceso de la bandera blanca y celeste enarbolada, ocultándola disimuladamente y subrogándola con la que se envía, que hasta ahora se usa en esta Fortaleza y que hace el centro del Estado”.
Belgrano no se había enterado de la respuesta de desautorización: había partido para Jujuy, a tomar el mando del Ejército del Norte, en reemplazo de Pueyrredón. El 25 de mayo de 1812, para celebrar el segundo aniversario de la Revolución, e ignorando la resolución adversa, frente al pabellón nacional, la jura nuevamente: “Soldados, hijos dignos de la Patria, camaradas míos, dos años ha que por primera vez resonó en estas regiones el eco de libertad…no olvidéis jamás que nuestra obra es de Dios. que el nos ha concedido esta Bandera que nos manda que la sostengamos y que no hay una sola cosa que nos acompañe a mantenerla con el honor y el decoro que le corresponde…¡Viva la Patria!” Jujuy, 25 de Mayo de 1812. Manuel Belgrano.
El 18 de julio de 1812, Belgrano le informa al gobierno ese nuevo izamiento. Nuevamente, el Triunvirato los reprueba. Belgrano quedó disgustado por esa respuesta, especialmente con con Bernardino Rivadavia.
El 13 de febrero de 1813, en el Río Pasaje, hoy Juramento, Belgrano hace jurar a sus tropas obediencia a la Asamblea General Constituyente, sirviéndose de la Bandera Nacional. El 20 de febrero de 1813, en la Batalla de Salta, el pabellón argentino recibe su bautismo de fuego y de gloria. Después fue presentada por Martín Rodríguez, quien la agitó desde el Cabildo de esa ciudad. El Gobierno, al conocer estos hechos, lo reprueba y obliga a Belgrano a deshacerse de la Bandera. Por su parte, San Martín, con la idea de encontrar un símbolo que identificara a las Provincias Unidas, utiliza los colores de Belgrano para confeccionar la Bandera de los Andes.
La Asamblea General Constituyente, en la sesión del 31 de enero de 1813, permite el uso de la Bandera creada por Belgrano, sin dejar constancia escrita en ello.
El Congreso de Tucumán fijó el uso de la Bandera Celeste y Blanca por el decreto del 25 de julio de 1816 firmado por Francisco Laprida como presidente, y por Juan José Paso como secretario. A su vez los diputados por Buenos Aires, Juan José Paso y Esteban Agustín Gascón, presentaron la moción que fue aprobada por unánime acuerdo. En ese decreto se dispuso el uso de la Bandera celeste y blanca, usada hasta entonces como bandera menor, hasta que el Congreso se definiera acerca de la forma de gobierno y de los atributos de la bandera mayor para las Provincias Unidas del Río de la Plata. La Bandera mayor fue establecida por el Congreso ya trasladado a la ciudad de Buenos Aires por pedido del Director Supremo Pueyrredón. En la sesión del 25 de febrero de 1818, se impuso el uso de un sol pintado en el medio como Bandera de guerra.
El presidente Sarmiento firmó el 19 de mayo de 1869 un decreto para que se enarbolara la Bandera en edificios públicos, en las fechas patrias. Entonces comenzaron adornar los balcones y casas particulares. El 25 de abril de 1884 el presidente Julio A. Roca estableció que la Bandera mayor con el sol en el centro “quedará reservada para los edificios públicos de la Nación, fortalezas, buques de la armada y unidades del ejército, los ciudadanos debían enarbolar la Bandera sin el sol”.
El 8 de junio de 1938, una ley declara feriado en todo el país, como Dia de la Bandera, el 20 de junio, aniversario del fallecimiento de la muerte de Manuel Belgrano.
El decreto nacional N° 10.342/1944 publicado en el Boletín Oficial del 10/5/1944, dispuso en su Art. 2, que “la Bandera oficial de la Nación es la bandera con sol, autorizada por el Congreso de Tucumán reunido en Buenos Aires el 25 de febrero de 1818”.
En ese mismo decreto se establece el uso de la bandera: el gobierno federal y los gobiernos provinciales usarán la bandera oficial, mientras que los particulares usarán los colores oficiales en forma de bandera sin sol. El decreto N° 1994 publicado en el Boletín Municipal N° 7163 del 15 de junio de 1944, dispone formalidades para izar y arriar la bandera en los edificios públicos y escuelas de la entonces Municipalidad. La Ley Nacional N° 23.208, publicada por el Boletín Oficial del 20 de agosto de 1985, establece el derecho de usar la bandera oficial de la Nación al gobierno federal, a los gobiernos provinciales, así como también a particulares, siempre con el respeto y el honor debidos. Durante los festejos del año del Bicentenario de la Revolución de Mayo, se sancionó y se publicó en el Boletín Oficial N° 32.033, el decreto nacional N°1.650/2010, donde se establecen las medidas y características de la tela, colores y accesorios de la Bandera Nacional.
Más detalles. No se sabe exactamente cómo estaban colocados los colores en la Bandera utilizada por Belgrano el 27 de febrero de 1812. Por la descripción que hizo el prócer, “celeste y blanca conforme a los colores de la escarapela”.
Cuando asume en el Ejercito del Norte, confecciona otra bandera, la que utiliza en los festejos del 25 de Mayo de 1812; es la misma que utilizó al jurar obediencia a la Asamblea, del 13 de febrero de 1813, y la acompañó en la Batalla de Salta y en la derrota de Vilcapugio y Ayohuma (noviembre de 1814). Belgrano se vio obligado a ocultar la bandera en una capilla cercana en la localidad de Macha, para que no cayera en manos del enemigo, lo hizo con ayuda de un cura.
Años después, en 1885, un párroco se ocupó de restaurar la capilla, encontró detrás del altar la bandera azul y blanca, junto a otra bandera. Ambas fueron llevadas a Sucre, territorio boliviano. En 1892, Argentina reclamó la entrega de esa significativa bandera. Bolivia entregó mucho tiempo después, una réplica, que es la que está actualmente en el Museo Histórico Nacional. Siempre se está a la espera que el país vecino, entregue la Bandera creada por Belgrano.
En Tucumán, San Martín conoció la bandera creada por Belgrano, al hacerse cargo del Ejército del Norte. El Congreso de Tucumán estableció que la bandera sería celeste y blanca, de tres franjas horizontales. El 24 de septiembre de 1816, Belgrano ordenó el reemplazo de la vieja bandera (de dos franjas) por la nueva, depositando la bandera vieja en la Iglesia de la Merced en Tucumán.
La Bandera de los Andes fue utilizada por San Martín durante su campaña libertadora en Chile y Perú y la hizo jurar el 5 de enero de 1817: “Soldados esta es la primera bandera independiente que se ha levantado en América, Jurad sostenerla muriendo en su defensa como lo juro”. Como se careció de tela, no se hicieron de tres franjas. Hoy es la bandera oficial de Mendoza por Ley N° 5930 /1992.
La Bandera de Artigas. Surge como una reacción en contra del gobierno unitario y centralista de Buenos Aires. Se niega a declarar la independencia y rechaza a los diputados artiguistas en la Asamblea del Año XIII. La bandera diseñada por Artigas se basó en la Bandera diseñada por Belgrano, a la que le agregó el color rojo punzó, por la sangre derramada por la independencia y por el federalismo.
La Bandera de Rosas. Durante su gobierno, se empleó el blanco y el azul turqui, que es el más oscuro. Por entonces el celeste era símbolo de los unitarios y el rojo de los federales. Durante su gobierno (1829-1832) y (1835-1852) el celeste estuvo proscripto. Entonces aparecen en las cuatro puntas, gorros frigios que representarían los cuatros representantes del Tratado de Cuadrilátero (1820), la Ley Fundamental (1825) y el Pacto Federal (1831).
Primer enarbolamiento en Buenos Aires. En una cara del Obelisco Porteño se puede leer: “EN ESTE SITIO, EN LA TORRE DE LA IGLESIA, FUE IZADA POR PRIMERA VEZ EN LA CIUDAD, LA BANDERA NACIONAL, EL 23 DE AGOSTO DE 1812”. El español Martín de Alzaga, había tenido una importante participación en las Invasiones Británicas, pero después de 1810, estaba a favor de la corona española. Hubo una conjura tramada por los españoles contra la Patria Nueva. Cuando se descubrió, empezaron a fusilar y a colgar en la horca a los desertores en la Plaza. Se habían enterado por un esclavo negro, que escuchó las conversaciones de su amo y esto llegó a las autoridades. El 6 de julio de 1812, fue fusilado Alzaga, después de tantas glorias adquiridas. Era padre de 14 hijos, tenía una sólida posición económica, muy respetado, igual fue fusilado. Había mucho odio en el pueblo. El público gritaba a viva voz: VIVA LA PATRIA, MUERA EL TIRANO. Después se ahorcaron tres gallegos y un portugués.
Para celebrar el descubrimiento de la conjura, un complot contra las autoridades del gobierno, se realizaron festejos en la Iglesia de San Nicolás, que fue tirada a bajo en la década del ‘30, cuando se construyó el Obelisco, se amplió la Avenida Corrientes y se construyó la Av. 9 de Julio. Asistieron el señor Juan Martín de Pueyrredón, vocal del gobierno, el señor intendente Miguel de Azcuénaga, los dos señores Alcaldes del Cabildo y el Comandante de las tropas auxiliares de Chile con toda la oficialidad. En la Iglesia se hizo una solemne función de acción de gracias dedicadas a la Santísima Trinidad., patrona titular de esta ciudad.
En toda la torre de la Iglesia estaba puesta una bandera celeste y blanca de seda, con iluminación espléndida. Del coro salía otra bandera igual. Así lo cuenta Juan Manuel Beriti en “Memorias Curiosas”. Hubo cohetes voladores, bombas artificiales, etc. Frente a la Iglesia se colocó un tablado adornado de tapices de damasco y faroles de cristal; había una famosa orquesta de música que acompañaba a cuatro niños. Concluida la función, se le tiró al público mucho dinero, se repitió a la tarde. Conviene aclarar que fue un enarbolamiento, no un izamiento, y fue la primera vez que ocurrió en Buenos Aires. El 23 de agosto, se celebra el Día del Barrio de San Nicolás.
Deseamos que todo lo aquí expresado sea compartido con los alumnos de las escuelas.
Susana Boragno