
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, capital de nuestro país, existen realidades contrastantes.
Mientras que en las comunas del norte la vida transcurre con pleno acceso a servicios básicos esenciales, en la Comuna 8, al sur de la ciudad, una situación inaceptable persiste.
En pleno siglo XXI, a solo 20 minutos del centro porteño, miles de vecinos del Barrio Villa 20 continúan luchando por algo tan fundamental como el acceso al agua segura.
Esta carencia no es solo una incomodidad, sino un problema de salud pública que afecta la vida diaria de sus habitantes y pone en riesgo el bienestar de los más vulnerables.
De hecho, la Comisión de Salud de la Comuna 8 ha recibido inquietudes constantes sobre el estado de las obras de infraestructura de agua corriente en el Barrio Villa 20, un tema que, a pesar de su vital importancia, parece avanzar con una lentitud preocupante.
La falta de información clara y precisa por parte de las autoridades incrementa la incertidumbre y la preocupación de la comunidad.
En este sentido, el acceso al agua potable y segura es un derecho humano inalienable, consagrado tanto en la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires (Artículo 20) como en principios universales que velan por la dignidad y la calidad de vida de las personas.
Un Impacto Directo en la Salud
Es más, la ausencia de un suministro de agua corriente estable y de calidad en un barrio tan populoso como Villa 20 no es una cuestión menor.
Por consiguiente, sus repercusiones son graves y directas sobre la salud de los vecinos, especialmente en los grupos más sensibles.
- Niños y niñas: Son los más vulnerables a enfermedades gastrointestinales debido al consumo de agua no potable o por la falta de higiene adecuada. La diarrea, por ejemplo, puede llevar a deshidratación severa y, en casos extremos, poner en peligro sus vidas. La imposibilidad de lavarse las manos frecuentemente o de limpiar correctamente los alimentos y utensilios de cocina aumenta exponencialmente el riesgo de infecciones.
- Embarazadas: Para las futuras madres, el acceso a agua segura es crucial. La deshidratación o el consumo de agua contaminada pueden provocar complicaciones durante el embarazo, afectando tanto la salud de la madre como la del bebé en desarrollo. La higiene personal y del entorno también es fundamental para prevenir infecciones que podrían tener graves consecuencias.
- Adultos mayores: Con sistemas inmunitarios a menudo más debilitados, los adultos mayores son susceptibles a infecciones por patógenos transmitidos por el agua. La falta de agua para la higiene básica también puede derivar en problemas dermatológicos o infecciones urinarias, deteriorando significativamente su calidad de vida y requiriendo una mayor atención médica.
Asimismo, la escasez de agua potable obliga a muchas familias a recurrir a fuentes alternativas que no siempre cumplen con las condiciones sanitarias adecuadas, o a almacenar agua en recipientes que, si no se limpian correctamente, se convierten en focos de proliferación de bacterias y mosquitos.
Esta situación genera un ciclo de riesgo constante para la salud de la comunidad.
Además, el estrés y la ansiedad que genera vivir en estas condiciones precarias también tienen un impacto negativo en la salud mental de los habitantes, sumándose a las ya complejas problemáticas que enfrentan.
Por todo lo expuesto, la Comisión de Salud de la Comuna 8 no puede permanecer ajena a esta realidad.
Por lo tanto, ante la inactividad y la falta de respuestas claras, hemos tomado la iniciativa de solicitar formalmente al Ministerio de Salud del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires un informe detallado y urgente sobre la situación.
Comisión de Salud
Consejo Consultivo Comunal 8