Ni salud, ni educación: la Legislatura y su compulsión “inmobiliaria”

¿Tan bien está la Ciudad, que la Legislatura sólo se ocupa de administrar el destino de los espacios ociosos? ¿Los legisladores porteños no van a hablar, discutir, debatir, sobre educación, salud, vivienda, empleo, desarrollo sustentable?

La respuesta viene cada jueves, en el mailing que envía la prensa oficial de la Legislatura. Últimos titulares: “Destacan a Georgina Barbarossa”. “Reconocen al periodista Claudio Rígoli”. “Equidad para los que buscan trabajo”. “Paseos ribereños”… De políticas efectivas que mejoren temas tan sensibles para la población, como salud, educación, vivienda, empleo, desarrollo sustentable, muy poquito.

¿“Paseos ribereños”? Sí, así titula el mailing oficial sobre una sesión en la que se ignoró absolutamente lo dicho por la gran mayoria de los ciudadanos en las audiencias públicas. Esa gran mayoría, que fue pisoteada por otra mayoría (legislativa), que prefirió beneficiar a un puñado de brokers inmobiliarios, que escuchar a los vecinos a los que dicen representar.

Es decir, el poder legislativo de la Ciudad ignora la definición más importante de la Constitución local, que reza en su preámbulo la misión fundamental de sus integrantes: promover el desarrollo humano en una democracia fundada en la libertad, la igualdad, la solidaridad, la justicia y los derechos humanos, reconociendo la identidad en la pluralidad, con el propósito de garantizar la dignidad e impulsar la prosperidad de sus habitantes y de las mujeres y hombres que quieran gozar de su hospitalidad“.

Con las normas y excepciones urbanísticas aprobadas el 2 de Diciembre pasado, la Legislatura impulsa la prosperidad de un puñado de habitantes: los más ricos, aquellos que puedan pagar millonadas por metro cuadrado. Además, les garantiza vivir en un entorno saludable, ya que alrededor habrá espacios verdes, y por si esto fuera poco, con vista al río.

La Ciudad, por ejemplo, tiene gravísimas falencias en materia de vivienda: una de cada tres familias debe alquilar. ¿Ayudarán estas normas y excepciones aprobadas por la mayoría Vamos Juntos y aliados, a combatir esas falencias? ABSOLUTAMENTE NO. 

Por el contrario, profundizará aún más la crisis habitacional, al propiciar la construcción de viviendas que probablemente nadie habite, como pasa en el barrio de Puerto Madero, donde 8 de cada 10 no se usan, ni se alquilan. Por si eso fuera poco, en Buenos Aires hay 180.000 viviendas ociosas. Un problema grave que no merece la atención del bloque mayoritario de la Legislatura, que en estas instancias clave, SIEMPRE está del lado de los negocios inmobiliarios, NUNCA de los que padecen la falta de vivienda.

Claro que está bien sumar espacios verdes en la Ciudad, pero lo que no está nada bien, es que sea invariablemente en el sector costero, allí donde viven los más ricos. Sus entornos se embellecen, sus casas se valorizan aún más. Pero la grandísima mayoría de los porteños vive lejos de esos lugares.

Es llamativo el apuro por aprobar estos temas, y más llamativo aún que se aprueben ignorando lo manifestado por la gran mayoría de los vecinos en las audiencias públicas.

Estas decisiones profundizan aún más la gran distancia que hay entre los “representantes” y los representados; los primeros parecen haberse olvidado de los segundos.

Otra frustración de esta “democracia participativa” protagonizada por el oficialismo local, que se parece más a una empresa de loteos, que a una coalición de gobierno.

Claudio Serrentino

Foto: DG Prensa Legislatura

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