ADRIÁN OTERO. música popular desde el barrio

A Memphis La Blusera la escuché por primera vez con el “Blues de las seis y treinta”, a principios de los ’80. Aquel primer disco incluía, además, un clásico: “Moscato, pizza y fainá”, y su mención a la Pizzería “La Universal”, de Rivadavia y Olivera (hoy, otra Kentucky más). Unos años después, cuando la canción y la banda se hicieron populares, los dueños colgaron un poster del grupo en el local.

El segundo disco de esa banda que transmitía barrio, calle, humedad y bares, se llamó “Medias negras”. Traía más clásicos -”La bifurcada”, “Montón de nada”, “Nena seguí de largo”- que tomarían trascendencia unos años más tarde, cuando la televisión y el programa de Tinelli le daban el empujoncito de popularidad que le faltaba a Memphis.

El tercer disco, de 1988, hacía otra mención directa a la zona de influencia de Memphis: “Sopa de letras” habla de un amigo que, encandilado por las luces del centro, se va del barrio. En el fraseo inicial, Otero recita:

En la parada del 5 le preguntamos: “¿dónde vas?”,

“al centro” nos respondió;

y el que nunca más volvió,

el barrio lo está esperando…

Por entonces -fines de los ’80- se decía que las barritas del fútbol de entonces (pichones al lado de los actuales barra bravas) arreglaban sus cuitas en los recitales de Memphis.

Un nuevo rubro del rock nacional copaba la escena, con Los Redondos, Sumo y Memphis; qué tiempos aquellos…

Pude entrevistar a Adrián Otero a mediados de los ’90, cuando un socio del Club “La Floresta” me hizo el contacto. El tipo se vino vestido con un traje blanco, como si fuera a darle una nota a “Gente” o a “Clarín”

Fue muy gentil y durante el reportaje, nunca se “ortiveó”, siempre estuvo con una sonrisa a flor de labios. Ya había “llegado”, estaba en la cima de su popularidad. La estrella de Memphis se empezó a opacar diez años después: conflictos con ex integrantes, diferencias entre los que quedaron, llevaron a la separación de la banda, en 2008.

Otero iniciaba su carrera solista, Daniel Beiserman y Emilio Villanueva continuaron con el proyecto, pero de común acuerdo, modificaron su nombre a “Viejos Lobos”.

En 2008 editó su primer disco solista, “Imán”.

Poco antes del accidente que le provocó la muerte, el 12 de Junio de 2012, Adrián se había dedicado a grabar “El jinete del blues” -producido por Oscar Mediavilla y Patricia Sosa- con covers de grandes temas del rock y el blues nacional: “Blues local”, “Desconfío” y “Rock and roll y fiebre” de Pappo, “Salgan al sol” de Billy Bond y La Pesada, “No pibe” de Manal, “Me gustas mucho” de Viejas Locas, “Vamos las bandas” de Los Redondos, “Café Madrid” de La Missisipi, y -por supuesto- “La flor más bella” de Memphis, en su versión solista.

Sigo extrañando a ese tipo extrovertido, de gran despliegue en el escenario, canchero y ganador, que tenía una voz ronca, profunda, sutil, poderosa.

Claudio Serrentino

 

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