Floresta y otro lugar donde se escondía el terror

En una zona que entonces se destacaba por sus casonas de estilo, al lado de la escuela “Mauro Fernández”, detrás de los muros de una propiedad que parecía lujosa, se escondía el horror.

La noticia surgió de la información desclasificada por el gobierno de Estados Unidos, que aseguraba que la SIDE tenía otra base de operaciones muy cerca de Orletti. Y se mencionaba con precisión el domicilio.

A partir de esa base, el juzgado de Daniel Rafecas cotejó testimonios de sobrevivientes y de la compradora de la vivienda en 1977.

En aquellos tiempos, María Poggi buscaba una casa con jardín, y visitó la de Bacacay 3570, con un gran espacio verde adelante, y la vivienda al fondo. Le pareció que había sido un hotel, “había muchísimas piezas chiquitas, horribles, lamentables, parecían como piezas de alquiler”.

La descripción coincidía con el testimonio de Emma Le Bozec, que en 1984 -ante la Conadep- describió el lugar donde la llevaron secuestrada el 1° de Mayo de 1976. Emma suponía que era una casa vieja “por los sanitarios y pisos”. Y con otro testimonio, el de Ana Larrea, a quien habían llevado a ese mismo lugar 3 días antes.

La información recogida por el juez sugiere que la casa habría sido alquilada para realizar operaciones de la SIDE. En el lugar hay un sótano (foto), donde habrían tenido a las personas en cautiverio.

El magistrado dispuso la “prohibición de innovar” para que no sufra alteraciones, además de ordenar un registro fílmico y fotográfico del sótano del lugar.

Según Télam, “el lugar fue capitaneado por la banda del agente parapolicial y orgánico de la SIDE Aníbal Gordon”.

Floresta sigue descubriendo un pasado doloroso. A la tenebrosa lista de El olimpo y automotores Orletti, hay que agregarle Bacacay 3570, “El jardín” o “La cueva” (así lo llamaban los represores).

Sí, al lado de la escuela, por esa misma vereda donde primero mi hermana y después mi hija mayor -y tantos otros chicos del barrio- iban caminando todas las mañanas. Ahi se escondía el terrorismo de Estado.

Claudio Serrentino

Fuente y foto: Télam

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