A través de una resolución del ministerio de Educación, el Gobierno de la Ciudad ordenó a los docentes no utilizar el lenguaje inclusivo en las aulas. Aseguran que es para “ordenar el uso del lenguaje, y facilitar el proceso de aprendizaje de los estudiantes, que se vio significativamente afectado como consecuencia de la pandemia por COVID-19”. Cuestionamientos desde el ámbito docente.
Mediante una nueva resolución del Ministerio de Educación, la Ciudad regula la utilización de la e, x, @, etc. por parte de los docentes en las escuelas. Además, brinda una guía de prácticas y recomendaciones para una comunicación inclusiva. El objetivo es ordenar el uso del lenguaje para facilitar el proceso de aprendizaje de los estudiantes, que se vio significativamente afectado como consecuencia de la pandemia por COVID-19.
La semana pasada, la Ciudad presentó los resultados de las evaluaciones FEPBA (Finalización de Estudios Primarios de la Ciudad de Buenos Aires) y TESBA (Tercer año de Estudios Secundarios de la Ciudad de Buenos Aires) que ponen en evidencia la realidad educativa de los alumnos. Lo más afectado fue la comprensión lectora, en lo que se obtuvo un resultado promedio que demuestra un retroceso de casi 4 años.
En este contexto, y con el fin de facilitar la forma en que los chicos aprenden y adquieren el lenguaje, los docentes deberán desarrollar las actividades de enseñanza y realizar las comunicaciones institucionales de conformidad con las reglas del idioma español, sus normas gramaticales y los lineamientos oficiales para su enseñanza.
La nueva norma se basa en la premisa de que la lengua española brinda diversas opciones para comunicarse de manera inclusiva sin necesidad de tergiversarla, ni de agregar mayor complejidad a la comprensión y fluidez lectora.
La medida aplica únicamente a los contenidos que dictan los docentes en clase, al material que se le entrega a los estudiantes y a documentos oficiales de los establecimientos educativos.
En paralelo, la Ciudad profundizará el Plan de Recuperación de Aprendizajes con nuevas iniciativas específicamente diseñadas para los alumnos de primaria y secundaria y se profundizarán las existentes.
La ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, declaró que “en la Ciudad hay más chicos y chicas que no pueden leer ni escribir con fluidez, fundamentalmente los chicos de la secundaria. Hay 7.000 estudiantes que no pudieron completar todos los ejercicios de lengua. La utilización incorrecta del lenguaje español hace que los chicos tengan trabas. Entendemos que el lenguaje no es neutral; por eso estamos distribuyendo a todas las escuelas guías de utilización de lenguaje inclusivo sin distorsionar la lengua española”.
El jefe de Gobierno Rodríguez Larreta remarcó que “la pandemia no fue gratuita, generó un impacto fuerte en el aprendizaje, sobre todo en el lenguaje. Los docentes tienen que respetar las reglas del idioma español, tanto cuando están al frente del aula como cuando se dirigen en comunicaciones a los chicos o a sus familias”
Sobre esta medida, surgieron opiniones contrarias: la directora de la Maestría en Periodismo de la Universidad de San Andrés, Silvia Ramirez Gelbes, se preguntó “si se ha demostrado que el uso del lenguaje inclusivo incide de alguna manera en la lectoescritura. Nadie cree que los resultados de esas pruebas sean debidos exclusivamente a la aparición de estos reemplazos”.
Celeste Mac Dougall, docente de CABA y especialista en salud sexual integral e inclusiva, indicó que “pensar que el lenguaje inclusivo es una traba respecto al aprendizaje es una mirada muy limitada, el uso de este lenguaje es una ventana de posibilidad de un sin número de contenidos, no solo de la ESI, sino de como se construye el lenguaje social”.
Flavio Buccino, docente y especialista en gestión educativa, dijo a Télam que “no encuentro una relación de causalidad entre lenguaje inclusivo y los resultados de una prueba. La escuela enseña contenidos normalizados, oficiales. Oficialmente no existe el lenguaje inclusivo y no se puede prohibir enseñar algo que no existe oficialmente“.
Fuente: Prensa GCABA – Agencia Télam
Foto: Prensa GCABA