Este Hospital es muy querido en todos los barrios de los alrededores. Todos recurrimos a él cuando tenemos algún problema y se lo conoce como el “Hospitalito”. Pero tiene un pasado anterior que conviene conocerlo.
Antecedentes históricos del Hospital Vélez Sarsfield
De acuerdo a datos vertidos por el Dr. José Benito Cabrera al conocido historiador local en su momento, Emilio Juan Vattuone, existe una duda de quien fue el primer director. Empezó a funcionar en junio de 1914. Hay una cierta contradicción quien fue el primer director. Puede haber sido el Dr. Santiago Rañó o el Dr. Luis F. Pippo.
Funcionó en sus comienzos como Hospital Vecinal de Urgencia, en la Avenida Rivadavia 9677 del barrio de Villa Luro. Hay que recordar que la ciudad de Buenos Aires iba creciendo y se necesitaba darle atención médica a la población, en los barrios que iban surgiendo. En ese domicilio funcionó durante tres años, y fueron los facultativos los doctores Francisco A. Scarecha y Santiago Casullo. La Administración fue cubierta por el Sr. Emilio Modet Randle y el farmacéutico fue el Sr. Adolfo E. Gómez
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En 1917, el Hospital se trasladó al barrio de Floresta, en Avellaneda 4113, esquina Gualeguachú (hoy, la escuela República del Portugal). El sitio era propiedad del Sr. Fortunato Stolbizer y había funcionado una escuela. Tuvo varios directores, como el Dr. Eduardo Centeno, quien cubrió un período pleno de realizaciones positivas. Durante ese tiempo fueron creados consultorios de clínica médica, Ginecología, Kinesiología, Laboratorio, Oftalmología, Otorrinolaringología y Pediatría.
Continuó con el Dr. Raúl Rumbado quien fue un gran propulsor de las obras de construcción del nuevo hospital, que era reclamado por la comunidad con los adelantos técnicos necesarios. El proyecto concebía 326 camas para internados. La tarea de asistencia prosiguió por tres décadas, prestándose en Avellaneda 4113 hasta el 4 de junio de 1949. Unos años antes, en 1945, el Dr. Cabrera había elevado a las autoridades comunales informaciones sobre el tema. Decía Cabrera que el Hospital abarcaba unas 826 manzanas, ya densamente pobladas por obreros y empleados, que habían construido sus vivienda en terrenos comprados en cuotas, y que el Hospital no respondía a las necesidades de la población. Era necesario un nuevo edificio.
La generosa donación del señor Luis Iovino vino a solucionar en parte el problema. Hubo un testamento ológrafo, donde donaba para el Hospital Vélez Sarfield la cantidad de 40.000 pesos en efectivo del remanente de sus bienes que declaraba un bien, en la calle Chacabuco 1141, de la Capital Federal y algunos muebles. La donación fue aceptada. El Sr. Iovino era un vecino del Hospital y era conocedor de la necesidad de construir un nuevo hospital, debido a las carencias que tenía. Había conocido un movimiento popular de los vecinos, pro-construcción de un nuevo nosocomio. Se elevó el petitorio con 10.000 firmas a las autoridades del Concejo Deliberante. Se constituyó una comisión presidida por el donador.
Debido a estas gestiones, el Honorable Concejo Deliberante sancionó las resoluciones N° 7795 y 7796, disponiendo la adquisición de una manzana de tierra con destino al Hospital, y proyectar un nuevo edificio.
Se adquirió la manzana comprendida por las calles Lope de Vega, Miranda, Indio (Elpidio González, Calderón (Calderón de la Barca), en 260.403, 28 pesos . Se lo adquirió a la sucesión de Juan María Lalli y otros. Luego se dispuso la financiación de la construcción del Hospital con fondos del empréstito de la Ordenanza 7288. El Concejo Deliberante, el 9 de octubre de 1940, manifestó que sería de su agrado el cumplimiento de la resolución N° 7796 de construcción del Hospital.
La partida prevista para construir el nuevo hospital, era de 3 millones de pesos. El proyecto había sido elaborado por el Departamento de Obras Públicas Municipal, proponiendo un monoblock de 317 camas distribuidas en dos alas , en subsuelo y seis pisos. Por falta de fondos, el Concejo Deliberante por Ordenanza N° 12360, dispuso que se construya una plaza pública hasta tanto se disponga del dinero para construirlo. En el año 1941, la Contaduría General de la Municipalidad -reiterado en 1943- apoya la construcción de la plaza, diciendo que: la formación de la plaza no será obstáculo para levantar el futuro hospital cuando mejore el estado financiero de la Municipalidad… “para así cumplir así los dispuesto en la Resolución 7796 del año 1936.”
La Plaza fue denominada “Don Bosco” por el decreto N° 669 /1946. Y así se llega a la tercera ubicación del Hospital Vélez Sarsfield y Maternidad, que fue inaugurada el lunes 6 de junio de 1949, con entrada por Calderón 1548. El acto estuvo presidido por el Intendente Municipal Dr. Emilio Siri y fue bendecido por Clara Alurralde de Lanús y el Cardenal Primado Luis Copello. Se cuenta que todo el personal prestó su solidaria colaboración en el traslado al nuevo edificio. Las primeras guardias fueron cubiertas por los doctores Damián Torti e Ignacio Guendler.
El Laboratorio funcionaba desde las 8 hasta las 24 horas y estaba a cargo del Dr. José Ríspoli. Por entonces, el director fue el Dr. Cabrera, quien dispuso que la atención se extendiera las 24 horas del día.
En el nuevo nosocomio funcionaban ocho consultorios externos, servicio de farmacia, y se incorporó Obstetricia, cuyo primer titular fue el Dr. Fermín Merchante con 34 camas de internación. A su vez, la guardia instalada en la planta baja se disponía de 96 camas de observación. Las operaciones se realizaban dos veces por semana. Con el tiempo se fueron ampliando las atenciones, en especial los consultorios externos.
En el año 1951, deja de ejercer el Dr. Cabrera y fue reemplazado por el Dr. Manuel de la Fuente, quien se desempeñó hasta el año 1954, cuando asumió el Dr. Carmelo Armando. Se fue ampliando el servicio del Hospital, y en 1955 ejerció el cargo el Dr. Arturo A. Puntel. En 1957 le reemplazó el Dr. Roberto Pellegrini. En el año 1960 se designó al Dr. Adrián Riquebourg. Durante su dirección se concretó la creación del Servicio de Traumatología y Ortopedia.
En el año 1961 se llamó a concurso para cubrir el cargo de Director, siendo nombrado el Dr. Daniel Picaso Cazón, cargo que desempeñó hasta 1973. Su actuación fue muy efectiva, con la construcción de salas de internación, pabellón de guardia, dependencias anexas, aula y biblioteca. Se remodelaron lugares para Radiodiagnóstico, quirófano y servicio de obstetricia. Hubo internados de Pediatría y Clínica Médica. En 1973, el Director se acogió a la jubilación asumiendo el cargo el Dr. Emilio Zuterman. Entre 1973 y 1977 hubo nuevas mejoras, pabellón de médicos y guardia nueva.. Siguieron las remodelaciones y ampliaciones. En febrero de 1984, asumió la Dirección interina del Hospital el Dr. José Lucas Desimone. Y asi siguió el Hospitalito cumpliendo sus funciones eficientemente.
EL HOSPITAL CELEBRÓ 75 AÑOS EN MONTE CASTRO
El pasado 6 de Junio, los festejos recordaron los 75 años permanente en la calle Calderón de la Barca al 1500.
Fui recibida con mucha amabilidad por el Director Alejandro Marchetto y la Subdirectora Adriana Serchenko, quienes me brindaron una amplia información de todos los proyectos que se fueron cumpliendo. Principalmente la Subdirectora, porque el Director tenía un compromiso que no podía postergar.
El proceso de modernización del Hospital viene de la mano del Ministerio de Salud, quien lo está encarando en todos los hospitales de la ciudad. Muy importante fue la Guardia Nueva, inaugurada en plena pandemia, cuando se cambió con entrada por la Plaza Don Bosco. Cuesta todavía que el vecindario la adopte, pero de a poco se está logrando. La entrada por Calderón de la Barca quedó como acceso para el personal del nosocomio.
La Doctora destacó que la habilitación vino con nueve posiciones para responder a las necesidades. Esto es muy importante. Es adquirir nueva tecnología, nuevas técnicas, con tres camas muy bien equipadas, dos salas de aislamiento con camas, y nueve respiradores.
“Durante el Covid se atendió a mucha gente, y gracias a la nueva infraestructura pudimos dar respuesta, antes no se hubiese podido…”
Cuenta la doctora que “contamos con el UFU, un anexo que se ubicó en la Plaza, donde se controlaba la fiebre, se hisopaba en especial para los enfermos leves. Era una forma de detectar el estado del paciente. Esto ayudaba el trabajo de la la Guardia”.
Otro adelanto que tuvo el Hospital, fue la habilitación de la biología molecular para dar un diagnóstico de covid y determinar si necesitaba internación. Se organizó el sistema para vacunar. Se trabajó en forma conjunta con el laboratorio central para diagnosticar el covid.
Se habilitó el Registro Civil para regularizar los certificados de nacimiento de los bebés que nacen. Había dejado de funcionar hace unos cuantos años..
Otro adelanto fue habilitar un Lactario, donde la mamá tiene ahora un lugar para amamantar a su bebé en un lugar tranquilo. Desde 2021, existe una sala para internación de Pediatría. Esto también facilita al personal del Hospital que necesita amamantar a sus hijos. Hay una guardería para el personal. Es un total apoyo a la lactancia materna bien equipado. Además hay un seguimiento del feto los tres primeros meses de embarazo y saber las dificultades que pueden aparecer. Existe una red de oxígeno en todo el nosocomio.
Dentro de la modernización que cuenta el Hospital, hay un proceso de servicio informático. El doctor puede saber datos del paciente a través de los diagnósticos en las distintas áreas médicas que se atiende. La decisión es nada de papeles, todo por internet: la historia clínica se puede ver en la red de hospitales de la ciudad. Todo está conectado, lo mismo que la agenda de turnos, sistema Integral OMNI.
En el Hospital se han instalado Totems donde el paciente consulta para atenderse, y también se lo orienta para facilitar el “encolamiento del paciente”.
En el lugar donde funcionó la guardia vieja, ahora hay oficinas contables.
Se instaló la Sala de Tomografía en julio de 2023, muy necesaria e importante. Las obras de mejoras incluyen más sistemas, pero son muy técnicas.
Se cuenta con una Cooperadora que facilita el accionar del Hospital. Fue renovada, y funciona como un buen apoyo, y hay un reconocimiento especial por los profesionales directores.
Le pregunté que era para ella, la subdirección del Hospital, trabajar allí. Era su vida, era como su familia, eran importantes los pequeños ñogros, tolerar los inconvenientos que se presentan, pero es su vida. Está en el Hospital desde 1985, entonces era alumna de la Universidad. En 1994 entró al sistema Hospitalario del Hospitalito. El Doctor Marchetto, el Director, está desd 1992; cuando vino la pandemia se hizo cargo, porque había quedado desguarnecido.
Le agradezco a las autoridades su atención. El Hospitalito me atendió para la operación de vesícula a través del Dr. Luis Lescano, y cuando me quebré el tobillo tuve las primeras curaciones. Siempre está ahí para todos los vecinos que se acercan. Felicitamos al Hospital que en tantos años siempre prestó sus servicios. Que sea por muchos años más!
Susana Boragno