Silvana Corso es Directora de la escuela de Educación Media Nº 2 del Distrito Escolar 17, “Rumania” (Porcel de Peralta 1437, Villa Real). Su labor docente es reconocida en el mundo: está entre los 50 finalistas al Global Teacher Prize, considerado como el Premio Nobel para el mejor maestro del mundo, y que premia con un millón de dólares al docente ganador.
“Nos proponemos diseñar, implementar y evaluar sistemáticamente propuestas áulicas que contemplen la atención a la diversidad y, a su vez, se basen en el respeto del:
• Principio de igualdad: por el cual se deben ofrecer las mismas oportunidades a todos.
• Principio de equidad: que reconoce que cada persona tiene sus necesidades y el derecho a que se respeten sus características personales Debemos pensar la Escuela como fruto de una construcción colectiva, que requiere re-centrar su función socio-comunitaria, cultural y educativa”.
Así de clara, directa e inclusiva es la propuesta de la escuela “Rumania” en el sitio oficial del Gobierno de la Ciudad.
Es que Silvana no se anda con vueltas, su labor docente es reconocida aquí y en otros lugares del mundo, y a su talento natural, se le debe sumar su capacitación permanente: es Profesora de Historia, Especialista Superior Universitaria en Intervención Educativa ante Trastornos del Aprendizaje y en Estrategias de Inclusión Educativa. Obtuvo el Diploma Superior en Necesidades Educativas y Prácticas Inclusivas en Trastornos del Espectro Autista (FLACSO). Es Docente-tutora y Coordinadora de tutorías en escuelas. Expuso en eventos nacionales e internacionales sobre Educación. Escribió artículos y libros referidos a tutorías, TIC y educación, metodología, discapacidad y familia.
Antes, hace muchos años, habían pretendido ser claros los maestros de Silvana, cuando ella cursaba su ciclo primario: “tiene trastornos en el aprendizaje, no va a poder memorizar, ni aprender; no tiene sentido que siga en la escuela, mejor que aprenda un oficio”, le dijeron al padre, con aquella manía fascista de sacar a los que no son como el resto, que incluso imperaba en la escuela.
Pero el padre no se resignó y la mandó a la secundaria, donde descubrieron que su patología era… ¡que no sabía cómo estudiar! Una simple cuestión de falta de método, mezclado con un diagnóstico fatalmente falso, casi le limita su vida para siempre.
Allí le nació la vocación a Silvana: quería ser docente para enseñarle a otros cómo estudiar. Se recibió de docente, se enamoró, y quiso formar una familia.
Y nació Catalina, que lamentablemente nació con parálisis cerebral porque se asfixió al nacer con el cordón umbilical.
Catalina respiraba por traqueotomía, comía con botón gástrico, se movilizaba en silla de rueda postural porque no podía sostener la cabeza ni el tronco, no veía ni escuchaba. Pero sus padres querían que fuera al jardín de infantes, lo cual también fue una batalla que tuvieron que dar.
Su hija murió a los 9 años, en medio de la epidemia de la gripe “A”, por una infección pulmonar. Ese penoso episodio orientó su carrera docente al tema de la inclusión de las capacidades diferentes, con énfasis en los problemas severos. Y esa especialización fue la que llevó a la escuela que dirige.
La escuela de Villa Real que dirige Silvana, integra adolescentes con todo tipo de dificultades. Hay alumnos con Trastornos del Espectro Autista, con Trastornos Generalizados del Desarrollo, con síndrome Asperger, síndrome de Tourette, síndrome de Down, alumnos con problemas pisquiátricos como esquizofrenia o psicosis. También con parálisis cerebral, con mielomelingocele, con espina bífida o microcefalia.
Si en marzo Corso gana el premio millonario, planea primero mejorar las condiciones de su escuela. “Nuestra escuela es re pobre. A los chicos con sillas de rueda tenemos que llevarlos a upa. La rampa que funciona un día y 20 no; el hueco para el ascensor que hace 5 años que espera un ascensor”, le dijo al diario La Nación.
También sueña con abrir una guardería en la escuela y financiar viajes para capacitar a otros maestros. Además quiere abrir una fundación. “Para trabajar con chicos como Catalina que no cuenten con una obra social”. Muchos de los chicos que concurren a esa escuela, vienen de Fuerte Apache.
El Global Teacher Prize es considerado como el Premio Nobel para el mejor maestro del mundo y que premia con un millón de dólares al docente ganador. Es una iniciativa de la Fundación Varkey, una organización sin fines de lucro que incentiva la docencia de excelencia con el objetivo de garantizar educación de calidad para los chicos de sectores vulnerables.
La Fundación Varkey fue fundada por el multimillonario nacido en India, Sunny Varkey, un emprendedor renombrado en el sector educativo por su cadena GEMS de escuelas privadas.
El nuevo ganador/a se conocerá en Dubai, en Marzo de 2017, durante la nueva edición del Global Education and Skills Forum (GESF), organizado también por la Fundación Varkey.
A principios de 2016, dos maestras argentinas, Inés Bulacio y Gracia Goicoechandia, llegaron a la final del Global Teacher Prize. El premio recayó en la maestra israelí Hanan Hroub.
Claudio Serrentino
Foto: You Tube