Mezclar la música con el humor, no es fácil. Hacerlo medianamente bien, es más difícil todavía. Lograrlo a través de instrumentos inventados, complica aún más las posibilidades. Ellos pudieron lograrlo: Les Luthiers cumplió medio siglo de vigencia absoluta, con admiradores en todas partes del mundo, y un humor inoxidable.
Fue a principios de los ’70: la casa de Fernández, un compañero de la secundaria, en San Nicolás y Aranguren. Terminada la tarea para el Vieytes, quedó espacio para la distracción. Ahí nomás estaba el tocadiscos… y todo empezó a teñirse de alegría: uno de los primeros discos de Les Luthiers, que incluía la “Candonga de los colectiveros”.
Desde entonces, seguí su trayectoria. Y me reí mucho. Y admiré profundamente a esos tipos disfrazados de serios, que crearon una forma de arte única.
No es fácil afinar un piano, o una guitarra… Imaginate inventar instrumentos con elementos de la vida cotidiana… ¡y que encima suenen bien!. Así ocurrió como el “cellato” (cello de lata), el “lirodoro” (una lira hecha con el asiento del inodoro), la “silla eléctrica” (una silla combinada con una guitarra eléctrica”…
No quiero entrar ahora en cuál formación fue la mejor, pero disfrutaba mucho cuando Ernesto Acher era parte de los Luthiers. Reír, me hicieron reír desde entonces hasta ahora (50 años, distintas épocas de mi vida) con la misma intensidad, asombro y gracia.
De aquella época es la “Cantata del adelantado Don Rodrigo Diaz de Carreras, de sus hazañas en tierras de Indias, de los singulares acontecimientos en que se vió envuelto… y como se desenvolvió”, impresionante relato sobre la invasión europea en América… ¡tomándole el pelo a los conquistadores!
El creador de Les Luthiers fue Gerardo “el Flaco” Masana. “Fue por su iniciativa que en 1964, durante el cierre del V Festival Nacional de Coros Universitarios, cuatro futuros miembros de Les Luthiers pusieron en escena Il figlio del pirata, una opereta cómica de Carlos Mangiagalli, que había sido estrenada en Madrid en 1883.
Tras el éxito de Il figlio del pirata, Gerardo compuso, a comienzos de 1965, la Cantata Modatón (luego rebautizada como Laxatón), escrita al estilo de Johann Sebastian Bach, pero con la letra sacada del prospecto de un laxante. Propuso representarla con el coro, solistas y una orquesta de exóticos instrumentos construidos por ellos mismos. El Flaco dio el ejemplo al fabricar el bass-pipe a vara, enorme instrumento de casi dos metros de largo, que hoy en día Les Luthiers sigue utilizando. “, dice el sitio oficial del grupo.
Hasta su muerte, en 1973, Gerardo fue integrante de Les Luthiers, y participó en la grabación de los primeros tres discos.
Entonces, Les Luthiers ya había conquistado al público. Nació el 4 de Septiembre de 1967, tras la última función del grupo I Musicisti en el Instituto Di Tella (dónde, sino).
Ganaron innumerables premios. Son amados en toda Latinoamérica, y en España. Y ya están grandes: hace un par de años, se fue “de gira” Daniel Rabinovich.
Y este año, se retira Carlos Nuñez Cortés, quien no subirá más al escenario, pero… “Voy a seguir ligado al grupo, el mes que viene saldrá un nuevo libro mío donde narro mis 50 años por los escenarios. Voy a seguir en contacto con ellos, lo único que cambia es que no subiré a los escenarios. El tema fue muy charlado y consensuado”.
Hasta hoy, integran Les Luthiers Carlos López Puccio, Jorge Maronna, Marcos Mundstock, Carlos Núñez Cortés, Martín O’Connor y Horacio Turano.
La diputada porteña Carolina Estebarena presentó un proyecto de resolución ante la Legislatura, que propone colocar una placa conmemorativa del 50° aniversario de la creación del grupo argentino de música y humor “Les Luthiers”, en el lugar en el que dieron su primera presentación (Florida 936, donde funcionaba el Instituto Di Tella).
Claudio Serrentino
Foto: Sitio oficial Les Luthiers