PASO NACIONAL 2015. Scioli ganó en el país; Macri pudo conservar su caudal de votos porteños

Las PASO nacionales se desarrollaron con eventual “normalidad”, habida cuenta de las inundaciones que afectan al norte bonaerense, que por supuesto, no afectaron la puesta en escena de los flamantes candidatos. El festejo del precandidato más votado fue en el Luna Park. Cambiemos busca mostrarse unido, mientras Massa hace la heroica. Nadie celebró los votos en blanco, que sumaron casi un millón.

Daniel Scioli en el Luna Park: a la izquierda, Karina. A la derecha, Zannini.
Daniel Scioli en el Luna Park: a la izquierda, Karina. A la derecha, Zannini.

El mapa de las PASO se ve casi todo celeste, excepto en buena parte de la provincia de Buenos Aires y el sur de Entre Ríos y Santa Fe, donde predomina el amarillo. Las provincias de Córdoba y San Luis están de azul oscuro: allí se impusieron José De la Sota y Adolfo Rodríguez Saá.

Daniel Scioli se mostraba tan exultante como disfónico en el escenario del Luna Park. Del lado del brazo izquierdo, Karina; del otro lado, estaba su candidato a Vice, Carlos Zannini. Envalentonado por los resultados, Scioli habla de “gran futuro, humildad y de tender manos”.

También dijo que su triunfo se debe pese a que “han querido sembrar odio, bronca y enojo”. Algunos tenían motivos para estar rabiosos: por ejemplo, los vecinos de pueblos y ciudades bonaerenses que padecen las inundaciones. A la mañana se había referido al tema: “si no hubiéramos hecho las obras hídricas, Luján tendría 2 metros más de agua”, había dicho. Las imágenes eran elocuentes: en algunas zonas, el agua llegaba hasta el techo de las casas.

Con Gabriela Michetti como “conductora”, en Costa Salguero hablaron los tres precandidatos presidenciales de Cambiemos: Elisa Carrió, Ernesto Sanz y Mauricio Macri. Lilita, durante las horas de votación, había asegurado que “están construyendo el fraude, Dios va a hacer sonar el escarmiento”. Luego prometió “devolver la alternancia a la Argentina” (¿esa es toda su propuesta?).

Mauricio Macri, a su turno, repartió flores por todo el espectro ideológico argentino, (sí, también hubo para la izquierda y los sindicalistas). Dicen que el jefe del PRO no bailó al final, por pedido de sus socios. En la Ciudad, Macri confirmó que tocó techo: menos del 50%, muy similar al resultado de Rodríguez Larreta en primera vuelta.

La que tiene sobradas razones para celebrar es María Eugenia Vidal: fue la precandidata a gobernadora más votada en la Provincia de Buenos Aires (superó por 500.000 votos a Aníbal).

En el bunker de Sergio Massa, había resignación y conformismo. Resignación, porque confirmaron que aquel numerazo  obtenido en las elecciones de 2013 se les escapó casi definitivamente (sobre todo, en el distrito donde habían triunfado, la Provincia de Buenos Aires). Conformismo, porque no cayeron tan bajo como preanunciaban las encuestas. Ciertamente, sostenido por el aporte cordobés del gallego De la Sota. ¿Hubiera crecido aún más ese espacio político si lo incluían a Rodríguez Saá en la interna de UNA?.

Margarita Stolbizer, desde la soledad a la que la condenaron los socialistas (en las urnas de Santa Fe se notó que no la apoyaron), logró un honroso cuarto puesto. El FIT se destaca entre la pobre cosecha de la izquierda.

Casi nadie se detuvo a analizar los votos en blanco, que sumaron casi un millón (983.379). Quizás, por aquello que alguna vez cantó Luca Prodan: “mejor no hablar de ciertas cosas…”.

Claudio Serrentino

Foto: Télam


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