Las autoridades de la Iglesia Católica querían demoler la pequeña capilla de la calle Bahía Blanca al 300, para construir un convento. Las quejas de los vecinos -que habían construído el templo, y adquirido sus ornamentos- cambiaron la historia: y así, por la presión vecinal, nació la primera parroquia del barrio de Floresta: “Nuestra Señora de la Candelaria”.
Los vecinos de aquel puñado de casitas llamado La Floresta, que habitaban estas tierras en la segunda mitad del siglo XIX, consideraron que debían tener su templo parroquial.
Fue así que uno donó el terreno, otros pusieron manos a la obra, y… entre todos parieron el templo de “Nuestra Señora de la Purificación”, inaugurado el 2 de Febrero de 1881.
Este año, se celebra el 136º aniversario de la llegada de la imagen de Nuestra Señora de la Candelaria a aquella parroquia, que fue donada por la señora María B. de Barris.
El diario “La Nación” cubrió la fiesta inaugural de aquel primer templo del barrio de Floresta: fue tal la magnitud de la celebración, que el matutino sostenía que “exceptuados los festejos de la inauguración del FCO (Ferrocarril del Oeste), nunca se realizó en la localidad nada parecido”.
Los pioneros de Floresta estaban contentos con su obra, y le agradecían a Dios todos los domingos, cuando iban a misa. Pero la Iglesia Católica de entonces tenía otros planes: construir allí un convento para monjas teresas.
Ante los ojos atónitos del vecindario que había construído la parroquia, el 1º de Junio se iniciaba su demolición. Los florestenses no se quedaron quietos e inmediatamente, redactaron una carta dirigida al Arzobispo Aneiros, padrino de “Nuestra Señora de la Purificación”.
En la misiva, decían nuestros antepasados: “la referida capilla, Ilustrísimo Señor, fue erigida con suscripción popular, levantada entre el vecindario de La Floresta el año del Señor de 1880, sobre terreno donado gratuitamente al efecto por un vecino también; y la mayor parte de los ornamentos del templo fueron asimismo donados por familias de la localidad”.
Dice Emlio Vattuone en su libro “La Floresta, Nuestro Barrio”: “la parroquia no sólo quedó en pie, sino que se erigió en parroquia a fines de setiembre de 1896. La primera partida de sus libros corresponde al 27 de setiembre de aquel año, con la firma de su primer párroco, el padre Vicente Bianchi“.
Marzo de 1903 es un mes importante en la vida del templo: en esa fecha, la parroquia cambia el nombre por el de “Nuestra Señora de la Candelaria”, y asume como párroco el Padre Pablo Francisco Laucello, muy querido por la feligresía, quien en 1906 impulsó la creación de un templo más grande, que pudiera recibir a los muchos fieles que se congregaban allí.
Laucello era hombre de a caballo, campechano, entrador y muy solidario. Lo llamaban “el cura gaucho” y era conocido por todos. Laucello murió el 5 de Junio de 1954, y no pudo ver su sueño -el nuevo templo- hecho realidad: la inauguración de las nuevas instalaciones de “La Candelaria”, concretada el 1º de Febrero de 1958.
Por entonces, el párroco era Basilio Francalancia, quien encaró otro desafío junto a los vecinos: la creación del colegio parroquial, que pudo concretarse en 1961.
En la actualidad, el párroco de “Nuestra Señora de la Candelaria” es el Padre Julio Mendiguren.
Por Claudio Serrentino
Fotos: La Bocina y archivo