Mientras el ENRE anuncia nuevas sanciones a las empresas Edesur y Edenor, la pregunta sigue siendo la misma: ¿alguna vez se solucionará el problema de la falta de energía eléctrica, los días que hace mucho calor, o mucho frío?
Casi 600.000 personas padecieron la falta de energía eléctrica durante la última ola de calor que, justo es decirlo, duró varios días. Los clientes cautivos de Edesur fueron los más afectados: 409.000. Mientras que los de Edenor sumaron 170.000 (ambos, del Buenos Aires y el conurbano) durante el fin de semana pasado.
A raíz de esa problemática, el interventor del ENRE Wálter Martello anunció multas para las empresas: 687 millones de pesos para Edesur y 293 millones para Edenor.
El funcionario aclaró que estos castigos se le aplicaron durante los primeros 90 días de su gestión, y si no llegan a reponer el servicio a la totalidad de los usuarios, podrían volver a multarlos.
Lo que no se sabe en estos casos, que se repiten cada vez que la temperatura sube o baja bruscamente, es si las empresas llegan a pagar esas multas. El mecanismo es siempre el mismo: se anuncia el castigo, pero luego no se puede comprobar si, efectivamente, las empresas desembolsan esas sumas.
Mientras tanto, con temperaturas que superaron los 37 grados, cientos de miles de porteños y bonaerenses padecieron el sofocón “a la antigua”, con alimentos pudriéndose en la heladera, y la ayuda de un abanico.
Cabe recordar que hace 30 años, el presidente Menem privatizaba el servicio eléctrico, entonces en manos de la estatal Segba, “por ineficiente”, y se le entregó “llave en mano” el servicio a los famosos inversores privados. Quienes sólo se dedicaron a emitir las facturas y enviar intimaciones de corte a los que no cumplían con los pagos; eso sí, con generosas pautas publicitarias en las grandes corporaciones de medios.
Desde entonces, cambian los gobiernos y los funcionarios, cambian las empresas de dueños, pero el servicio sigue siendo tan paupérrimo como siempre.
Claudio Serrentino