
Si sos argentino, sabés que después del 15, salir de compras duele. La billetera, si tuviera boca, te diría: no revuelvas flaco, ¿no ves que no hay más…?
El asunto es que salir de compras es un problema, porque uno se cruza en el súper con cosas que sí necesita… pero no se puede. Como se les dice a los chicos cuando piden golosinas, y uno no tiene.
A regañadientes, voy al Día. Repaso la listita de las cosas que no puedo postergar más: una leche, tres cebollas, jabón blanco, y algunos productos más.
Sin querer -no soy de mirar los cartelitos de las ofertas- me cruzo con uno que dice: “Coca Cola light, 1,5 litros, $.1006”. ¿Cómo? Vuelvo a leer. Efectivamente, eso es lo que dice. Miro arriba del cartelito. Hay varias botellas de Coca light. Pienso si me dejo tentar. Hace rato que abandoné la Coca Cola en sus diversas variantes -la que más me gusta, la Zero-, pero bueno… con 1.006 pesos no voy a hacerme ni más rico, ni más pobre. Un permitido, lo llaman ahora.
Voy para la caja. Y por distraído, por mirar boludeces, no fui haciendo la cuenta mental. Para que no me garquen, trato de ir sumando mentalmente lo que voy agarrando.
Esta vez no lo hice… y me garcaron.
Pago en la caja, sigo mi ruta, y cuando llego a casa, tengo la costumbre de revisar el ticket.
Ahí caí en la cuenta de la trampa.
Como se ve que Coca Cola anda mal en ventas, empezaron a inventar engaños para que la gilada caiga. Y sacaron la Coca Cola light de 1,75 litros, sospechosamente muy parecida a la Coca light de 1,5 litros que estaba en oferta.
El engaño se completó con el cartel del Día de la oferta, colocado debajo de la Coca de 1,75 litros.
Lo que Día prometía a $ 1.006, lo terminé pagando $ 3135.
Yo ando mal, pero Coca Cola y el Día deben andar peor, para andar engañando a clientes de esa manera tan baja…
Claudio Serrentino