semáforos apagados, cancelaciones en el servicio del subte, embotellamientos y demoras en las principales avenidas porteñas. Según información oficial, a la mañana hubo 550.000 usuarios sin suministro. El apagón del mediodía tuvo impacto en 622.000 usuarios.
Otra vez, las líneas B, D y E del subte porteño interrumpieron su servicio, mientras que las C y H normalizaron rápidamente sus recorridos. También había demoras en la línea Roca, en el ramal a La Plata. Otra vez, la avenida Corrientes desde Chacarita y hasta el centro, se quedó sin semáforos, con lo que volvieron a generarse problemas de tránsito.
Los cortes de electricidad se hicieron sentir en varios barrios porteños e, incluso, en dependencias públicas como la Casa Rosada -donde hubo tres interrupciones consecutivas-, Ministerio de Economía, Congreso de La Nación y Legislatura Porteña.
La caída del servicio cerca de las 12.40 quedó reflejada en un desplome en la demanda de potencia eléctrica según los datos en tiempo real que publica la empresa administradora del mercado mayorista de energía eléctrica Cammesa. El consumo en la zona del AMBA pasó en minutos de 9.436 MW a 8.620 MW, según esos mismos datos. Un retroceso de poco más de 800 MW.
Cerca de las 13, con más de 40 grados de sensación térmica, la Ciudad se volvió intrasitable y todavía no se advertía la presencia de agentes de tránsito para ordenar las esquinas con autos y colectivos trabados. El Obelisco se convirtió en una zona de caos.