Mientras se anuncia la imposición de otra multa a Edesur (de incomprobable efectividad), vecinos de Villa Lugano padecieron largos días de calor, sin luz y sin agua, pero con balas de goma y palazos.
Los medios y los funcionarios recién atinaron a mirar hacia el extremo sur porteño, cuando los vecinos ya se habían hartado de promesas falsas por parte de la empresa, y de la ausencia total de ayuda por parte del Estado.
Curiosamente, la presencia del gobierno porteño no fue para asistir con agua y otros elementos indispensables para soportar la emergencia… sino con abundante presencia policial.
Cientos de efectivos, munidos de cascos, escopetas con balas de goma, machetes y escudos, sí estuvieron presentes, para agredir a vecinos que lo único que reclamaban, era el retorno de la energía eléctrica.
¿Ése es el mensaje con el que Rodríguez Larreta pretende seducir a sus futuros votantes? ¿Si no te la bancás, te reprimo…?
La aclaración de su jefe de gabinete, Felipe Miguel, oscureció todavía más: “la energía es responsabilidad del gobierno nacional”. Eso es sabido. Lo que no se entiende, es por qué las autoridades de la Ciudad no encabezaron el reclamo a la empresa. Ése sí hubiera sido un golazo, un golpe de efecto.
Pero no. Son rápidos para reprimir, pero insólitamente ausentes a la hora de defender a sus representados.
El que reaccionó rápido fue el jefe de gabinete provincial, Martín Insaurralde: hizo pública su idea : “Los municipios responsables de la zona de influencia de @OficialEdesur creemos que llegó la hora de tomar cartas en el asunto. Queremos armar un consorcio y ofrecer, dentro de las reglas de mercado, hacernos cargo de la compañía pagando lo que vale”, dijo a través de Twitter.
Mientras ellos siguen buscando parches, improvisando soluciones, los vecinos, nuestra gente querida de todos los días, siguen padeciendo. A la hora de escribir esta nota, más de 22.000 usuarios de Edesur siguen sin luz.
Claudio Serrentino
Foto: Télam