ANTONIO GARGIULO. “Plenitud de la vida” en la Plaza Banff

Cuando se trazó el Barrio de Versailles, se dejaron dos manzanas para una plaza, (1913). Concretarlo llevó su tiempo, los vecinos reclamaban. Hay informaciones municipales desde el año 1923. El señor Intendente en el año 1928, por el mensaje N° 4558 del 2 de diciembre del año pasado, somete a vuestra consideración el estudio efectuado por la Dirección de Paseos… para la formación de una plaza pública en el terreno limitado por las calles Lisboa, Arregui, Lascano y Bruselas, (estaban incluidas las dos manzanas). Una ordenanza autorizaba al D.E. a invertir hasta la suma de $ 25.765,67 m/n

El plano de la Plaza fue proyectado por Carlos León Thays (h) en el año 1927, quien estaba a cargo de la Dirección General de Parques y Paseos Públicos, (1922/1946). Fue inaugurada el 2 de Mayo de 1930, bajo la Intendencia de José Luis Cantilo. En un tiempo, la calle Dupuy la cruzaba en diagonal, contando con dos molinetes en ambos extremos para circularla. Por entonces estaba alambrada, para evitar que la invadan los animales. La calle Roma fue trazada años después, cuando se separaron ambas plazas.

El expediente municipal del Concejo Deliberante publica la resolución N° 7118:

“Art. 1° Autorizase al D.E. a contratar con el escultor D. Antonio Gargiullo (sic), la adquisición de la obra escultórica de que es autor, titulada ‘Plenitud’ en la suma de veintisiete mil pesos moneda nacional ($ 27.000.-) incluido dicho precio su traslación y emplazamiento en el lugar que se le destine de acuerdo a lo establecido en el expediente 2940 G. 1934.
Art. 2° El gasto que demande el cumplimiento de la presente, se imputará a la partida 2290.99.01 del presupuesto en vigor.
Art. 3° Comuníquese. Junio 26 de 1935”.

La escultura fue inaugurada el 20 de Abril de 1937. Hay que recordar que la obra obtuvo en el año 1929 el Primer Premio Municipal y fue la de mayor tamaño.

El título está registrado en la Municipalidad como “Plenitud de la vida”.

Quién fue el escultor Antonio Gargiullo

Hay un dicho que dice “quien busca encuentra”. Mucho tiempo estuve tras datos del escultor Gargiulo, no me resultó fácil. El querido escultor Antonio Pujía lo había conocido; también el amigo escultor, Juan Carlos Ferraro, lo recordaba como profesor. Pero de ahí nada más. Una persona muy allegada me dijo que en los almuerzos mensuales de los compañeros del Colegio Nicolás Avellaneda había un señor con ese apellido. Enseguida le pedí que le preguntara y la respuesta fue afirmativa, había sido su tío. Eso me abrió una puerta que me permitió conocer parte de lo aquí escrito. El señor Juan Carlos Gargiulo me conectó con otros familiares que me enviaron fotos originales y datos del artista.

En una autografía escrita en tercera persona, firmada por el escultor, es muy completa sobre todos los trabajos realizados, está fechada 28 de febrero 1950 AÑO DEL LIBERTADOR GENERAL SAN MARTIN:

“En el año 1913 ingresó a la Academia Nacional de Bellas Artes… pero antes de esos estudios regulares, había dibujado mucho solo. Por aquel tiempo era aprendiz de herrero mecánico ya un poco adelantado. Estudió día y noche, y trabajó día y noche, en los días de fiesta sacaba croquis callejeros, y copiaba las estatuas de nuestra ciudad. Vale decir que por espacio de varios años, solo dormía tres a cinco horas por noche. Estudió dibujo con los maestros Trecini, Fabre, Rossi, Guidice, Barteri, Ripamonti y escultura con Lagos e Yrurtia. El Director era Don Pio Collivadino.

Por el maestro Lagos y de la Cárcova, expone por primera vez sus dibujos a la cera: “La Intimidad”. Era una expresión cubista sin sospecharlo, su propio autor pero con atisbo de clásico. Con el control de Yrurtia se somete a una dura prueba que dura tres años, arrancando al maestro las expresiones más halagadoras, Sus estudios no se interrumpen, siempre trabaja, estudia, lee mucho. Después de cuatro años de silencio expone en el año 1923 tres piezas : “Añoranzas”, “Exnoble” y un “Romántico”. En el año 1925 expone cuatro trabajos: “Buen Amigo”, “Saludo a la Primavera”, “Sencillez” e “Hierro Quieto”, con este último obtuvo el Tercer Premio Municipal, además de haber sido llevado a varias naciones europeas para ser expuesta. Devuelve al Estado los premios en obras, siempre en rigurosa selección. En el año 1927, esta vez expone tres obras “Elsa”, “El amigo E.T.” y “Tregua”, y aquí se repite la tercera medalla Municipal.

En el año 1928 obtiene el Primer Premio Nacional con la obra “Regreso”, y en el año 1929, el Primer Premio Municipal con “Plenitud”. Por esta recompensa se le dio un gran banquete, donde hubo hasta juegos florales de sobremesa. Esta obra está colocada en el Parque Bersalles (sic), Liniers Oeste. Muchos premios más fuera y dentro del país últimamente… Desde entonces ha realizado diez exposiciones, personal, nueve en el país y una en el Brasil. Descontando la asidua concurrencia en los salones, nacionales y provinciales.

Tiene obras en el Museo de Paraná, Puerto Madryn, Lomas de Zamora, Fernando Fader (Museo Escolar), Tandil, Pedro de Mendoza, Museo Provincial de La Plata, etc.- Recientemente premiado con el Gran Premio del Consulado General de Cuba de Valparaíso, Chile. Es autor de un libro gráfico cuya concepción y realización le ha demandado veinte años de trabajo intenso, titulado “Así habla Zaratustra” (inédito).

Autor de escenas de la vida de Jesús desde el punto de vista humano, diez años de trabajo. Más es autor de unas doscientas esculturas, entre bustos, cabezas, bajos relieves y estatuas pequeñas y grandes. Autor de unos miles de dibujos en: cera, lápiz, tintas y muchos otros materiales”. Firmado: Antonio Gargiulo.

Asi lo recuerda su familia:

Su sobrina Leonor Gargiulo de Freire contó que ella vivió en la misma casa de su Tío, Pasaje La Piedad, departamento 17 en la calle Bartolomé Mitre… en la misma casa vivían la Tía Ema, su hermana, el Tío Federico y su hijo Chochó, el Tío Negro, la Tía Severina, etc.

“Mi Tío se iba las tardecitas al Café Tortoni a encontrarse en esas noches de bohemia, con otros artistas, poetas, pintores…se acostaba siempre tarde. Nosotros, los chicos no podíamos hacer ruido porque lo despertábamos y él se enojaba. Cuando se iba, era el único momento que mi tía le podía limpiar y arreglar la pieza… y nos dejaba tocar ese mueble donde tenía las tintas de colores, los lápices… sólo tocarlos nada más. También podíamos ver algunas de sus obras que estaba trabajando. Se había hundido el piso, que era de madera importada, no resistía por el peso de las obras… Era difícil entrar a la habitación, estaba completa con sus trabajos. Era un “nervioso”, en una oportunidad se enojó con un profesor en Bellas Artes y le rompió la pizarra, tuvo que ir su hermano a hablar para que lo vuelvan a tomar. Era expresivo y medido a la vez, era como dije, un nervioso que soportaba poco las cosas, reaccionaba…era de temperamento, pero también era educado. A mi casa venía mucha gente del ambiente, Enrique Muiño, Fernando Ochoa, aficionados a la pintura, etc. Su familia estaba compuesta por ocho hermanos. Sus padres tenían dos tiendas debajo de la recova, por Leandro Alem… provenían de una familia italiana, su padre era calabrés y su mamá veneciana. Lo recuerdo al Tío Antonio todos los días, lo tengo en muchas fotos, incluso en la de mi casamiento…venía los domingos a almorzar y siempre le traía juguetes, golosinas a mi hijo Guillermo, quien también lo recuerda, era sumamente cariñoso con él. Fue muy especial, a cada casa que iba se llevaba el cepillo de dientes y su jabón personal. Tuvo un gran amor, pero como no estaba dispuesto al casamiento, ella se casó con otro, aunque igual siguieron viéndose. Después otra señora logró pescarlo. Se casó en la Iglesia San José de Flores, con Elena F. Guarnacchia Altamira. Estaba dentro de las primeras escultoras del país. El necesitaba expresarse y lo hacía con su arte. Antonio vivía para su trabajo, para las exposiciones. No le gustaba viajar, y en una oportunidad que se inauguraba una obras suya en Córdoba, los amigos lo subieron engañado al coche para llevarlo, cuando se dio cuenta les pidió que pararan para bajarse… Todas sus cosas quedaron en su casa, donde vivió de casado. No tenían hijos. Quedó viudo y cuando él falleció en 1968, todo quedó en esa casa, obras, dibujos, pinceles, nadie de la familia se preocupó por sus cosas, por sus obras y es probable que la hayan vendido. Lamentamos que no se hayan rescatado sus trabajos, que fueron importantes”.

Se puede agregar que la obra que su sobrina contaba, está en la localidad de Villa María Córdoba. Fue inaugurada el 22 de abril de 1928, para brindar un homenaje a la memoria de Bernardino Rivadavia. Es obra de dos artistas: Antonio Gargiulo y Pablo Tosto. Rivadavia está representando en el momento que profirió la frase “Dios y la historia me juzgarán“, oración que puede leerse, escrita en grandes letras metálicas, en la parte posterior del basamento. La escultura de Rivadavia tiene su mano izquierda apoyada en una representación de tabla de leyes en las que anuncia algunas de sus principales acciones de gobierno: Ley de Enfiteusis, Reforma Religiosa. Ley del Olvido. UBA, Sociedad de Beneficencia. (Datos provistos por la Municipalidad local).

Algo más de Gargiulo. Diccionario Biográfico Contemporáneo – Hombres de la Argentina (1946):

“Antonio Gargiulo, escultor e ilustrador, nació en Buenos Aires el 3 de Enero de 1897. Estudio en la Academia Nacional de Bellas Arte. Se recibió como Profesor Superior de Escultura. Fue profesor suplente de dibujo (natural y ornato) de la Escuela Nacional de Arte (1929). Premios nacionales y municipales…. Es autor de un libro gráfico y de muchos inventos (mecánicos, ingeniosos y otros de carácter útil). Actualmente está al frente de la clase de escultura en el Patronato Nacional de Ciegos, Escuela “Gral. San Martín”, curso creado por el método de su esposa, con quien comparte la dirección de la clase….les permitía a los escultores ciegos ‘ven con una mano y modelan con la otra’…”

Otros datos cuentan: que expuso sus obras junto a Norah Borges, Juan del Prete, Emilia Bertolé. En libros se lo menciona junto a los artistas como Raquel Forner, Antonio Berni, Lía Corrales Morales, Policastro. Obtuvo premios junto a Bigatti, dela Cárcova, y otros. Perteneció al conocido grupo Camoati. Antonio Gargiulo fue uno de los grandes del arte argentino. Colaboró con el escultor Rogelio Yrurtia en el grupo escultórico “Canto al Trabajo”, que está emplazado en la Avenida Paseo Colón. Existe una carta fechada el 4 de Diciembre de 1970 dirigida a Benito Quinquela Martín por el Director de Cultura de la localidad de Chivilcoy, donde le agradece al “gran maestro y amigo” por el loable gesto de donarle las obras tan importantes como las que se detallan y acusan recibo: Dos esculturas de Antonio Gargiulo, “Regreso” y “Cabeza”; y dos esculturas de Elena Guarnacchia de Gargiulo, “Presintiendo su destino” y “El “Escultor”.

Otra obra muy conocida, es el San Francisco Solano impartiendo la bendición en el corazón de la Quebrada de Humahuaca, Provincia de Jujuy. Está en el campanario del edificio de la Municipalidad. Es un centro de atracción cada mediodía, cuando numerosos turistas y vecinos se concentran a la espera que se produzca un hecho rutinario, pero que siempre sorprende al sonar las campanas, cuando se abren de par en par las puertas del nicho en lo alto de la torre, y de ahí surge a la luz del mediodía, la imagen del Santo impartiendo la bendición al pueblo. El mecanismo de la puerta y articulaciones tiene una cuerda independiente de 8 días de duración, fue realizado por su primo Gatto Scotton, que era electrotécnico cronometrista.

Provenía de una familia de relojeros venecianos, que hicieron los mecanismos de la Plaza San Marcos, en Venecia. La mamá de Gargiulo, Maria Gatto Scotton, era de una familia de la aristocracia veneciana. La obra evoca a los misioneros franciscanos de los siglos XVI y XVII. La estatua mide 1,80 metros. Pocos saben que el autor es Antonio Gargiulo. El edificio fue inaugurado el 2 de Febrero de 1940.

La escultura “Plenitud de la Vida” en la Plaza de Versailles, ahora “Ciudad de Banff”

La escultura está emplazada sobre la calle Lisboa, está medio escondida. Fue fundida en bronce por la firma Radaeli-Gemeli. La obra representa a dos jóvenes en la plenitud de la vida. Es una obra muy importante y muy bella, tiene mucha expresividad. Cuentan que cuando se ubicó en la plaza, algunos vecinos estaban escandalizados por los desnudos, y hasta hubo intenciones de retirarla. También cuentan la quisieron robar, pero la rápida actuación de la policía evitó esa situación. Nos hubieran privado de tener esta obra de tanto valor.

Es bueno que los vecinos contemplen la obra Plenitud, que conozcan los datos biográficos de Antonio Gargiulo, su autor. Es una buena oportunidad de reconocer los valores patrimoniales con que cuenta Versalles, preservarlos y cuidarlos.

Susana Boragno
FOTOS: Archivo Susana Boragno