“¿Para qué?”
Así comenzaba anoche esta nota que hoy recomienzo.
Ayer por la tarde me había comunicado con el Director de esta revista que hoy tienen en la mano, y le había comentado que quería escribir una nota donde abordaría el tema del Arte, tanto el independiente como el comercial, y demostrar que ya no existía tal arte. Es más, ya siquiera importa el Arte.
También le comenté al Director que sería conciso (aunque muchas veces me cuesta, ya que suelo escribir muchísimas páginas del tirón), por lo que el resultado de anoche fue lo contrario: si esta computadora fuese una máquina de escribir, hubiese sacado los papeles y hecho un bollo… por lo que tuve que sencillamente tirar el archivo a la papelera, y hoy empezar de nuevo.
El motivo de la pérdida del hilo anoche y que no haya terminado la nota, fue justamente algo ligado a lo que me disparó el escribirla. Resulta que en un alto de escritura, veo mis emails y noto que me llega uno de un Ciclo de Cine, al cual he postulado muchas veces con mi obra, las cuales fueron desestimadas por considerarse “locas”, pero analizando luego su cartelera descubrí (como muchos de mis colegas que tampoco pudieron tener sala) que todo lo proyectado era de amigos del ciclo, como compañeros de partido. La bronca auténtica al ver que todo sigue igual y peor, hizo que los mande a tomar por culo con sus emails de convocatorias, me olvidé de cenar, me rayé peor de lo que estaba, y (quizás) con unas copas de más, me puse triste y me fui a dormir.
Amanecí con ese sabor de haber mandado a la mierda todo, una vez más. Que explote todo… total, ya todo estaba dinamitado por el propio sistema. Lo que me recordó esta nota, y la promesa de que no sería muy extensa.
Yendo al punto ¿Para qué Arte?… ¿Es Arte lo que hoy vemos en el Cine, Música, Teatro, Dibujo? ¿O acaso es apenas un recuerdo de lo que era Arte, y el resto está todo negociado, transado e incluso gestado con el único fin de triunfo y dinero.
Vivimos en una sociedad extasiada en programas que señalan dónde estamos, qué nos gusta, qué comemos, qué miramos, qué hacemos. Y detrás, un gran Mostro invisible que se basa en nuestros algoritmos para ver con que nos inflan de pochoclo.
Está demostrado que los buscadores de Web sirven para mirarnos, y a su vez, esa información es vendida a empresas, políticos y todos los que necesiten del rebaño, y donde nunca tendremos a nuestro alcance la info real sobre lo que pasa en el mundo.
Hoy, todo es servido a la carta. Lo que googlees, si no está, estará “coming soon”.
Pero hay un error elemental en todo esta forma de mirar y criticar, y éste quizá sea el corazón de esta nota: los que nos decimos libres y que vemos la realidad entre líneas, solemos echarle la culpa a los políticos y empresas. Cuando en realidad la culpa viene de muy dentro, de la propia sociedad, y de las personas y artistas que han sido “abducidos” por fanatismos, politiquería de moda, y principalmente por la codicia de obtener-ganar-tener-todo.
Hace unos meses atrás, cuando comencé a ver como el universo del Cine Argentino ya estaba completamente deformado, escribí una carta abierta que fue leída por muchos, pero adherida por unos poquísimos.
Allí hablaba que el problema que atraviesa hoy por hoy el INCAA no es sólo por la falta de producción, subsidios, apoyos… no es sólo culpa de los del turno político de Hoy, sino de antes, de muchos muchos antes.
Porque desde que me dedico a filmar -años 90- he visto como se ha “secterizado” (de secta), políticamente, como también se han “agarrapateado” (de garrapatas) personas que sólo atendían desde su cargo público a amigos, favoreciéndose mutuamente.
Con los años, he visto cómo se ha silenciado a artistas innovadores, donde la narrativa y visual iba por otro lado, y se han (me han) sacado del medio las ideas, para luego premiarse entre ellos o a “innovadores extranjeros”. He visto Ciclos y Festivales armados por dinero y para amigos, mientras la iban de “artistas independientes”…
Y es que el Arte independiente se ha terminado! Lo último que podía perderse en el Arte, la Libertad e Independencia de Ideas, y luego de un siglo de guerras y cambios gigantescos políticos y sociales, es finalmente silenciado, cuando vemos que todos los Artistas aspiran a dar su vida y arte a Partidos Políticos, Corporaciones y sus queridas billeteras.
Lo veo usualmente entre artistas independientes que la van de libres, y a la hora de trabajar se comportan como empresarillos, como ejecutivillos, como cabrones & toquetones & maltratadores, donde desde la independencia tratan de venderse, usando a artistas creativos para sus fines.
Todo esto venía a que cada vez más, veo que la gente se mueve como ganado, lo sabe pero prefiere olvidar. Esa frase de “no se puede escapar al Sistema” es la máxima de los cobardes que hoy han saqueado el Arte, le han quitado espacio a verdaderos artistas, han olvidado convenientemente a mucha gente que dió todo y luchó por nada… para ver cómo seguían vaciando todo. Y donde principalmente reside su culpa, es en haber confundido al Arte con un Producto.
Hoy todos quieren trabajar para Netflix, Disney, DC, Marvel, corporaciones de muñequitos & héroes amigables, pero que han utilizado cientos de miles de artistas como esclavos, con mala paga, manipulando artistas y haciendo que sus obras sirvan a su causa: ganar millones lavando cabezas de que el mundo de hoy todo es OK, y que tengas tu muñequito de souvenir para irte de dormir.
Sin olvidar, muchas de estas empresas no tienen su origen en el arte, sino que son Financieras, muchas de ellas culpables de Deudas Externas y empobrecimientos de países donde plantaron (luego) bandera.
Estamos en un punto donde lo poco auténtico que sobrevive, los verdaderos artistas y obras libres, son difíciles de hallar. Si bien son fáciles de reconocer a los libres, porque en su arte hay mucha locura y verdad auténtica, también vemos como van desapareciendo, mermando.
Esa censura de grupetes de amigos, sumado a la de las corporaciones, hacen de que desaparezca mucho de lo auténtico y divertido que tenía el arte: narrar la realidad desde diversas ópticas, géneros y formatos.
Si todo se sigue eligiendo a dedo, imponiendo qué es lo que vende, e incluso que muchos de los supuestos “independientes” sean la herramienta para seguir borrando el verdadero arte sólo por codicia, entonces el arte desaparecerá mañana, cuando hayas terminado de leer esta nota.
Volviendo a mi bronca, y mi carta sobre el INCAA (quienes quieran leerla, está publicada en mi Facebook “Federico James Tarántola”), descubro que no hago más que amargarme.
La otra vez, antes de hablar de esta nota con Serrentino, le dije “¿Vale la pena escribir algo? Porque, ¿quién entiende y quién puede cambiar esto? ¿No será amargarse más?”.
Aún no lo sé. Revisando mis pasos de anoche, entre el email y las cosas e irme a dormir, descubro que a los del Ciclo los mandé bien a tomar por culo: no sólo le dije lo que pensaba sobre su manera de manipular el cine & salas a su favor y el de amigos, sino que con ello generaban una especie de censura.
Y como broche, todo esto lo reenvié a muchos de mis colegas. Por lo que hace unos segundos, y en un impás de esta nota, veo el email de respuesta donde dicen “¿Por qué la agresión?” (¿”agredir” es decir la verdad de que son unos “garcas”?) y amablemente me consultan “¿Usted se ha inscripto a alguna convocatoria?” (olvidándose que todos los años me anoto a sus convocatorias con mis producciones audiovisuales, como prueba de que siempre me cierran la puerta de la sala – una sala pública que ellos manipulan).
Me siento más consciente: soy un cabrón de mierda, y como todo artista libre, seguiré no sólo haciendo notas, sino mandando a la mierda a todo aquel que atente contra las ideas y el arte.
Creo que para “triunfar” como Planeta tenemos que olvidar la codicia, la envidia, el miedo, el odio, y quitar del medio eso que genera ignorancia, romper con la hipocresía y como artistas ser testigos de nuestro Mundo y no transar y negociar, porque eso… eso nos silenciará a todos. Nos llenará la boca de pochoclo hasta ahogar nuestras neuronas en azúcar y sal.
Antes de consumir Arte, preguntémonos: ¿es arte? y ¿para qué? ¿por qué?
En fin… el contador de esta modernísima máquina de escribir cuenta 1446 palabras. Suficiente por hoy. Me voy a tomar un mate, enviar la nota e irme a dormir.
Continuará & ¡Buenas noches!
Federico James Tarántola * 05 de Septiembre de 2019