Desde hace una década, la Feria de Agronomía incentiva la comercialización de productos provenientes de la agricultura familiar y artesanales, y promueve el vínculo y diálogo entre productores y consumidores. El 7 y 8 de octubre lo festeja a lo grande, con una agenda cargada de actividades.
La Feria del Productor al Consumidor de la Facultad de Agronomía de la UBA nació en octubre de 2013 de la mano de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria, agrupaciones estudiantiles y trabajadores nodocentes. Surgió para difundir la producción agropecuaria familiar y artesanal, y se convirtió además en un espacio de comercialización y diálogo entre productores/as y consumidores/as.
“La agricultura familiar es un actor clave y esencial en la producción de alimentos que históricamente tuvo problemas de acceso a los mercados y a percibir un precio justo por su producción. La complejidad de la vida moderna dio lugar a mercados específicos, muchos intermediarios entre la producción y las mesas familiares, encarecimiento de precios y disminución de los ingresos que perciben las familias por su trabajo. La Feria intenta desandar un poco ese camino, generar un debate alrededor de la producción de alimentos, el consumo responsable, las formas de producción, la agroecología, la relación campo ciudad y la soberanía alimentaria”, explicó Pablo Rush, secretario de Extensión de la FAUBA.
La Feria se instala en el parque de la Facultad los segundos fines de semana de cada mes. Allí, productores/as venden de forma directa a los/as consumidores/as, sin intermediarios, estableciendo un mejor precio para ambos actores. Actualmente está integrada por 170 puestos y se estima que es una fuente de ingreso para 250 familias. La Feria es, además, un evento cultural donde se realizan charlas y se presentan espectáculos artísticos.
En cada edición participan organizaciones de productores/as de alimentos, Cátedras de FAUBA, docentes, nodocentes, estudiantes y artesanos/as. Se pueden encontrar productos hortícolas de estación recién cosechados, frutas, quesos, miel, dulces, chacinados, aceites de oliva y frutas secas, artesanías, plantas y cuenta con un patio gastronómico.
“Los/as productores/as hortícolas que participan se encuentran en un proceso de transición agroecológica. Ese proceso es acompañado por la FAUBA con distintos proyectos entre los que se destaca el Sistema Participativo de Garantía (SPG). Este sistema acompaña a los productores en este camino, y brinda información sobre cómo es el sistema productivo a las personas que visitan la feria y compran esos alimentos”. expuso Rush.
En este sentido, el secretario contó que a través de esta iniciativa la Facultad logró incorporar diversas experiencias que permitieron generar conocimiento mediante la elaboración de trabajos finales de grado y posgrado, publicaciones en congresos y la creación de proyectos y programas de extensión. “Es una instancia de aprendizaje práctico para estudiantes de diversas carreras de la FAUBA”, añadió.
“A medida que la Feria fue creciendo ganó complejidad en la organización. Los/as feriantes se integran en una asamblea donde se abordan diversas decisiones que hacen al funcionamiento. El trabajo se organiza en ocho comisiones que tienen una articulación permanente con la Secretaría de Extensión”, sumó.
La Feria, un espacio de intercambio ‘cara a cara’ con los productores
La Feria de la FAUBA promueve la producción y el consumo responsable de alimentos, la economía social, y la soberanía alimentaria y la transición de los modelos productivos hacia modelos más sustentables y amigables con el ambiente.
Alejandro Asenjo es estudiante de Agronomía y productor caprino. Tiene un tambo de cabras y en la feria comercializa productos lácteos. Su emprendimiento se llama “La Nubiana”.
“La Feria acerca al productor y al consumidor, algo que se ha perdido hoy en día con esto de las cadenas de supermercados, de la forma en la que se compran los alimentos. Hay una desconexión entre un actor y el otro, entre el consumidor y el productor. Y hay una desconexión también de los procesos productivos, donde no se sabe ni siquiera qué es lo que se está comiendo. Entonces la feria genera ese vínculo entre el productor y el consumidor, donde más allá de solo intercambiar dinero por productos, también se intercambian charlas e intereses particulares”, expresó Alejandro.
“Atrás de un productor que te vende también hay un modelo de producción, hay una familia que está arraigada en el campo, que vive en el campo. Esta posibilidad de generar una compra directa a un productor es apoyar un modelo distinto de producción, y colaborar en lo económico a los emprendimientos familiares”, agregó el emprendedor.
Josué Trujillo Flores participa en la Feria con su emprendimiento familiar “Huerta Trujillo” y vende verduras de estación. Vive en Berazategui y tiene su espacio productivo sobre la ruta 2, kilómetro 41.
“Ingresamos hace un tiempo en la feria y fuimos aprendiendo a trabajar en colectivo, mostrar qué es lo que producimos, cómo lo producimos de manera agroecológica, con qué insumos curamos a las plantas que tenemos en producción. La Feria es importante porque es un punto grande de venta, que crea un gran movimiento acá en la familia de prepararse y organizarse, ser recibido por las/os vecinas/os que se acercan a comprar, hacen fila y charlan y comparten. Escuchar las devoluciones que tienen de las verduras que llevaron el mes pasado. Creamos un lazo de confianza con los/as vecinos/as. Mostramos que hay un camino alternativo posible de producir agroecológico. Es una alegría poder ser parte, estar y acompañar”, expresó Trujillo.
Carmen Flores es referente del Colectivo La Pirka. Su emprendimiento se llama “Juguetes Work”: elabora juguetes metálicos para armar y crear. Es, además, comercializadora del colectivo de artesanía Wichi de Formosa y Chaco.
“Valoramos los orígenes ancestrales de nuestros pasados. Participo de la Feria desde el 2013, invitada por CALISA. Me parece muy importante poder contarle al consumidor de dónde vienen los productos, cómo se hacen, qué dificultades hay en todo el camino. También, mostrar otra economía posible, sin intermediarios que especulan con nuestros bolsillos. Esta Feria es autogestiva, solidaria e inclusiva. La comunidad nos pregunta sobre los productos, el ambiente, le interesa la alimentación saludable, agroecológica y saber qué consume. ¡Los/as esperamos el 7 y 8 de octubre para festejar los 10 años que cumplimos!”, invitó Carmen.
Facultad de Agronomía UBA