El 8 de marzo se celebra el “Día Internacional de la mujer”, en virtud de haber luchado por su propio género, participando en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona.
Esta idea surgió a fines del siglo XIX, en plena lucha industrial y durante el movimiento obrero, lucha que se vio reflejada en la Revolución francesa, donde gran cantidad de mujeres parisinas marcharon hacia Versalles, pidiendo libertad, igualdad, fraternidad y exigiendo el sufragio electoral, también para ellas.
Vemos que las mujeres, a lo largo de su historia, en su lucha permanente, dejaron sus vidas en busca de la igualdad con su género opuesto.
No olvidemos la lucha afanosa que han experimentado para lograr un lugar en el mundo, donde la sociedad las sometía a la voluntad machista, considerándolas con categoría inferior. Sólo estaban para servir en la familia.
Pero….. gracias a tu espíritu guerrero pudiste ser libre, lograr objetivos y metas, destacarte a lo largo de la historia, cambiando tu mentalidad gracias a las guerras que venciste, dejando muchas vidas en el camino.
Brindo hoy homenaje a esas mujeres que ya no están físicamente, pero sí están presentes en recuerdos y corazones; a mis amigas, a las que crucé a lo largo de mi vida; y a las que me han demostrado que si se debilitan, se levantan con doble fuerza, para ganar batallas con poder, espíritu y vigor.
Mujer que puedes hacer varias cosas a la vez y que alumbras a todos los que te necesitan. El coraje, la valentía y el amor, son tus representantes. Luchaste incansablemente en el campo de batalla, para no perder sus tierras democráticas: libertad, sueños y esperanzas.
Mujer valiente y guerrera, la que nunca decae, y cuando baja, como el ave fénix, vuelve a remontar, con mayor altura, y asciende de tal manera, seguramente para tomarse de la mano de Dios y sumergirse en la luz que Él le brinda.
El 8 de marzo, considerado el Día Internacional de la Mujer, queremos entregarte a nivel mundial toda la admiración y el orgullo que nos han dejado en nuestras vidas, para que continuemos en la lucha y no bajemos los brazos, porque aún hay culturas que a la mujer no le permite disfrutar de su libertad.
Lic. Betty Berta Zingorenco
Foto: somostelam.com.ar