
El gobierno porteño quiere cerrar el jardín maternal que funciona en las escuelas secundarias nocturnas Hipólito Yrigoyen y Joaquín V. González, de Barracas, donde las madres pueden dejar a sus hijos mientras estudian.
Se sabe que cuando una mujer joven tiene hijos, todo se le complica: terminar sus estudios, trabajar y atender a su prole, implican múltiples tareas. En general, lo primero que se abandona es el estudio. Y se sabe que hoy, sin estudios, es muy difícil progresar.
Entonces, luego de varios años de lucha, el logro de tener un jardín maternal para las madres que asisten a las escuelas secundarias Hipólito Yrigoyen y Joaquín V. González, en Barracas, es la posibilidad de un futuro mejor para esas mujeres.
A tono con la motosierra que, como un buitre, revolotea alrededor de los logros que benefician a los trabajadores activos y pasivos, el gobierno porteño pretende cerrar ese jardín maternal.
Dice el gremio Ademys: “Con el mismo argumento falaz de siempre, la falta de inscripciones, el gobierno pretende cerrar un espacio de cuidado para la primera infancia que es absolutamente necesario para el barrio y para abrir a la comunidad de trabajadoras y trabajadores garantizando el derecho a la educación de las infancias y de lxs jóvenes y adultxs que requieren el cuidado de sus hijxs para poder retomar sus estudios. En lugar de pensar estrategias para promoverlo, el gobierno decide el cierre y traslado de la sede. La realidad, es que estamos ante un programa de ajuste y vaciamiento de la educación inicial, como viene ocurriendo desde hace años“.
El Estado debe estar presente, primero, en los lugares más vulnerables. Es su obligación. Allí no debería ni existir el slogan de moda actualmente, la “motosierra”, que ni siquiera es una idea, es un método fácil que permite a los funcionarios del Estado, dejar de cumplir con los deberes elementales del Estado.
Claudio Serrentino