¿Sabés cuántos quisieron cerrar Télam? El último había sido este mediocre funcionario macrista Hernán Lombardi, que hoy celebra que otro haga lo que él no se animó a hacer.
Pero también la quiso cerrar la dictadura del ’55. No pagaron los salarios desde julio del 57, hasta que terminó el gobierno de facto. Télam se mantuvo abierta, porque 12 empleados siguieron trabajando sin cobrar sus salarios.
El presidente de facto Guido la clausuró en 1963, luego del derrocamiento de Frondizi, por publicar “informes falsos y tendenciosos” que atentaban contra el orden público. Illia la reabrió. Menem la intervino en 1992 y se propuso cerrarla en 1994. La liquidación no se llevó a cabo.
De la Rúa propuso vender su histórico edificio de la calle Bolivar 531. Pero tampoco lo pudo hacer. En 2002, con Duhalde, recuperó su autarquía. Con CFK dejó de manejar la pauta oficial, que pasó a la Secretaría de Medios.
El gobierno de Macri, con la conducción de Lombardi, en medio de denuncias de vaciamiento y persecución politica, la redujo en un 40% echando a 354 empleados. La justicia exigió su reincorporación.
Hoy, Milei quiere ganar una batalla que es más simbólica que económica. Cree que está dando una batalla cultural contra los discursos de izquierda. Y considera, desconociendo su historia, su actividad y su importancia, que Télam representa eso. Por eso la quiere eliminar.
La cree un órgano de propaganda y no de información, en su denodada lucha contra lo que entendió que cree es una idea de Gramsci. Pero no tiene ni idea. Las fotos que ayer tomé de su archivo hoy ya no están. Su página está fuera de servicio. Y su edificio vallado.
Télam vuelve a vivir tiempos difíciles.
Fuerza compañeres. La lucha recién empieza.
Mariano Tilli