La ley que emparejó la propaganda electoral en radio y TV, carece de una exigencia básica: que los partidos políticos presenten proyectos e ideas concretas. Pobre propuesta mediática, de derecha a izquierda.
El bombardeo de la propaganda electoral es constante. Ya no importa si el canal que estaba mirando seguirá pasando el programa. Se impone el zapping, pero a la misma hora, en otros canales, otros precandidatos atosigan a sus improbables votantes con más frases hechas y consignas vacías.
[pullquote]la ley que “emparejó” la propaganda electoral fue un acierto. Pero se olvidó de lo fundamental: exigirles a los partidos políticos que difundan propuestas, ideas y proyectos, en el espacio cedido[/pullquote]
Si, la ley que “emparejó” la propaganda electoral fue un acierto. Pero se olvidó de lo fundamental: exigirles a los partidos políticos que difundan propuestas, ideas y proyectos, en el espacio cedido.
Intentan captar voluntades como quien vende jabón en polvo, o hamburguesas. El grosero error atraviesa todo el arco político, desde la derecha hasta la izquierda.
En lugar de elegir a futuros estadistas que gobiernen la Nación, pareciera que estamos participando en un concurso de talentos de agencias de publicidad: ¿cuál fue el aviso que más te llamó la atención?, es una pregunta que termina reemplazando a otra, fundamental, imprescindible en una democracia:
– ¿Cuáles fueron las propuestas que más te impactaron, aquellas que te gustaría que se aprueben?
No hay propuestas, y si las hay, se plantean con el viejo concepto de la publicidad engañosa.
Ahí está Sergio Massa, por ejemplo: prometiendo “perpetua para violadores, narcotraficantes y femicidas”. La parte que no se ve en el spot, es la cruda realidad: no es necesario que Sergio llegue a la Presidencia para impulsarlo. Podría haberlo propuesto en el Congreso de la Nación, ya que en 2013 fue elegido Diputado Nacional. Sin embargo, el ex Jefe de Gabinete de Cristina es uno de los más faltadores. Casi no concurrió a ninguna reunión de las comisiones de la cámara baja en las que debería trabajar.
Daniel Scioli eligió basar su campaña en una sola palabra: victoria. La estrategia quizás sea: “repetirla hasta que se convenzan todos. Incluso, los nuestros”. Se habló mucho de fin de ciclo, de ahí la apelación a un sentido épico de la pelea electoral. Lo que no dice Scioli es para qué quiere cantar victoria. ¿Qué cambiará, que mejorará, qué conservará de estos 12 años de kirchnerismo? Nada dice el actual Gobernador de Buenos Aires, y si se guía por las encuestas, seguirá sin dar pistas.
Mauricio Macri tenía que recuperarse de la derrota por pocos votos de Del Sel en Santa Fe, y la agónica diferencia que Larreta le sacó a Lousteau en el ballotage. Esa noche casi fatídica, se anunció el lanzamiento de los spots en los que el candidato aparece hablando con “gente común”, como si él fuera un ente superior que accede a escuchar a los de abajo. Esas propagandas dejan dos certezas: 1) Macri es mal actor, y 2) nada se sabe sobre qué hará el actual Jefe de Gobierno en caso de llegar a la Rosada.
Elisa Carrió eligió la línea surrealista para sus spots publicitarios. Tanto ella como su precandidato a Vice, Toti Flores, parecen actores de Fellini. La única idea que se desliza allí, es: “la primera campaña política hecha sin tu dinero”. Después, apeló a la Pantera Rosa, pero tampoco hay propuestas, sólo críticas al kirchnerismo.
Ernesto Sanz prefirió cambiarle el perfil al tradicional estilo de los radicales, y empezó por el nombre. En lugar de “Unión Cívica Radical”, las propagandas hablan de “La Unión”, quizás para esconder a los impresentables que siguen pululando por el centenario partido. En su sitio oficial asegura que “el plan más urgente es garantizar a todos, emprendedores, empleadores y productores, que puedan realizar su actividad sin que el gobierno los moleste con trabas, con burocracias, con impuestos y con mentiras”. Genérico y vacío de ideología.
La propuesta publicitaria de Margarita Stolbizer muestra -sin querer o queriendo- que se quedó sola, arriba de la combi, yendo hacia un lugar con niebla. Toda una definición para una mujer que fue abandonada a su suerte por el espacio partidario que la “apoya”.
La izquierda no se queda atrás a la hora de montar spots. Quizás, el menos malo sea el que aparecen trabajadores preguntándose por qué siempre son la variable de ajuste. Ese sector político podría hacerse una panzada con las injusticias que padecen trabajadores, jubilados, inquilinos, pueblos originarios, estudiantes… Pero sin embargo, las publicidades se basan en dos lei motiv: 1) danos el voto así podemos participar en las elecciones generales, y 2) Macri y Scioli son los candidatos del stablishment. Demasiado poco para convocar a tanto argentino que sufre miseria, que no tiene casa, que no tiene salud y que accede a un bajo nivel educativo.
La nota empieza hablando del acierto de la ley que democratizó la propaganda política. Deberían hacer otra en la que obliguen a los partidos políticos a presentar plataformas de gobierno. A discutir en los barrios y en los medios proyectos e ideas. Aquellos que sólo tengan slogans y jingles, o que lanzan como cabeza de lista a una figura de la que se cuelgan decenas de personajes que la mayoría desconoce, no deberían participar, siquiera, en las PASO.
Argentina necesita partidos políticos con líderes que aporten ideas renovadoras, no publicistas de ocasión ofreciendo papel pintado.
Claudio Serrentino
Foto: Perfil