“Nos dedicamos a crear estructuras legales y se las vendemos a intermediarios -bancos, abogados, fiduciarias-; hemos formado más de 240.000 sociedades, la gran mayoría para usos políticos”
Ramón Fonseca (del estudio Mossack Fonseca; allí se filtró la información de los “Panamá Papers”)
El lanzamiento a nivel global de la información sobre los “Panamá Papers” deja al desnudo -esta vez, con datos certeros- las maniobras organizadas desde las diversas estructuras de poder -política, empresariado, narcotráfico- para esconder sus chanchullos tras una fachada legal.
Todos se caracterizan por lo mismo: empresas “offshore” que triangulan sus movidas económicas entre diversos lugares, que dan vía libre para el lavado de activos, es decir: no preguntan de dónde viene la plata. También coinciden en que los que figuran en los papeles son parientes o amigos.
En Europa retumba el nombre del Presidente ruso Vladimir Putin: sus amigos armaron una red de empresas “offshore” que movieron 2.000 millones de dólares. También quedaron salpicados por el escándalo el premier islandés Sigmundur David Gunnlaugsson, el rey de Arabia Saudita Salmán bin Abdulaziz, el Presidente de Ucrania Petro Poroshenko, la hermana del rey español Juan Carlos, Pilar de Borbón, y hasta los populares Lionel Messi, Pedro Almodóvar, Michael Platini, Iván Zamorano y Jackie Chan.
La Argentina no se quedó atrás: el Presidente Mauricio Macri y el Intendente de Lanús, Néstor Grindetti, figuran como integrantes de “offshore”. Pero los K también fueron rozados por el escándalo: Daniel Muñoz (fue secretario de Néstor y trabajó con Cristina entre 2003 y 2009) y su esposa Carolina Pochetti fueron titulares de “Gold Black”, empresa constituída en las Islas Vírgenes.
La explicación presidencial tuvo sabor a poco: “es una operación legal”, dijo Macri, como si eso lo justificara todo. Néstor Grindetti todavía no hizo declaraciones. Su situación es más complicada: participó de estos “negocios” entre 2010 y 2013, mientras era el Secretario de Hacienda porteño, cuando en los hechos, era Ministro de Economía de Macri y hombre de máxima confianza del entonces Jefe de Gobierno.
La reacción de los Kirchner -ya no de Cristina ni de Máximo individualmente, sino de la “familia”– fue la de siempre. Desmentir las versiones y culpar a los medios: “Así como nunca hubo ni cuentas en Seychelles ni en Nevada ni departamentos en New York a nombre de ningún integrante de la familia Kirchner, tampoco hay relación alguna de la familia con las filtraciones reveladas hoy, excepto en la manifiesta intencionalidad periodística de continuar estafando a la ciudadanía argentina”.
No se privaron de resaltar: “Quien sí está mencionado y con protagonismo central en las revelaciones de hoy, lamentablemente para nuestro país, es nada menos que el Presidente de la República Mauricio Macri“.
Por supuesto, no hicieron ninguna mención a la empresa “offshore” de una familia con la que compartieron el trabajo en la Casa Rosada durante sus años en el poder: la de Muñoz-Pochetti.
Elisa Carrió no se privó de salir a apuntar con su dedo acusador. En su falso rol de “fiscal de la República”, ya dictó sentencia. Su “fallo” se basa en papeles que le envió el Jefe de Gabinete Marcos Peña: “Las cuentas están en la declaración jurada de Fanco Macri, es de Francisco Macri”, justificó Carrió.
A Grindetti lo trató de corrupto: “Grindetti no tiene explicación. Ministro de Economía… el Gobierno de la Ciudad… no tiene explicación. Siempre sospeché que era un corrupto y no me equivoqué“, lo mismo que a Muñoz.
Respecto de Grindetti, Carrió olvida que tanto en su rol como titular de Hacienda, como su candidatura a Intendente de Lanús, fue avalado y sostenido por Mauricio Macri.
LA INMORALIDAD “LEGALIZADA” DE POLÍTICOS, EMPRESARIOS Y DIRIGENTES
El gravísimo problema de los “Panamá Papers” es que es una estructura a nivel global, para desviar plata de los Estados -es decir, de los Pueblos- y que quede en manos de unos pocos. Pese a los esfuerzos por “blanquear” la plata en el mundo -sobre todo para combatir al narcotráfico- esto demuestra que los negociados se pueden seguir haciendo con total normalidad.
Un diario panameño cuenta que una sola empleada maneja “los papeles” de 10.000 firmas en una oficina donde tienen domicilio legal todas ellas. También, muestra la casa de una humilde señora que vive en las afueras de Panamá, y que forma parte de más de 8.000 sociedades.
Lo peor de todo esto es que ninguno de los involucrados en los “Panamá Papers”, es gente necesitada: tiene, pero quiere tener más, mucho más. Es una mezcla de ambición incontrolable y avaricia. Figurar en cuentas “offshore” puede ser legal, pero también inmoral. El que quiere laburar o invertir en serio, no crea una empresa “offshore”, se pone a laburar, o invierte y se acabó.
Estas maniobras son un gigantesco desprecio al drama del hambre y la miseria del mundo, una patada en los huevos a los que menos tienen. Estos señores de trajes impecables les están robando la plata a allos. ¡Justo a ellos, que no tienen nada!
Este tipo de negociados no son justificables ni siquiera entre los empresarios. Creía que estas estructuras habían sido creadas especialmente para la mafia, el narcotráfico, las redes de prostitución. No para políticos que además, fueron elegidos mediante el voto de sus connacionales…
No se puede pregonar la Justicia y la Democracia por un lado, y robar “legalmente” por otro. Perón pudo sobrevivir en el exilio gracias a Jorge Antonio y la ayuda de sus compañeros. El viejo Illia murió pobre.
No me cae bien esta gente que se sirve de la política para hacer negociados. Ni en Panamá, ni en el Calafate, ni en ningún lado.
Claudio Serrentino