Después de haberlo prometido chiquicientas veces, esta vez parece que sí: el gobierno nacional puso en marcha a la tuneladora que construirá el nuevo “subte” Sarmiento.
La lista de promesas es larga, y arrancó hace 10 años, más precisamente el 21 de Febrero de 2006, cuando el entonces Presidente Néstor Kirchner anunció el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento. Promesa que repitió un año después, en Agosto de 2007.
Su esposa y reemplazante en el cargo, Cristina Fernández, insistiría con asegurar que la obra se concretaría: lo hizo dos veces en el año 2008. La entonces Presidente tenía cerrado un acuerdo con un pool de empresas que llevarían a cabo el proyecto: la argentina Iecsa, la española Comsa, la italiana Ghella y la brasileña Odebrecht (involucrada en el escándalo de corrupción en Brasil que terminó con la presidencia de Dilma Rousseff).
En Febrero de 2012 ocurrió la tragedia de Once, que provocó 51 muertos y más de 700 heridos. La falta de mantenimiento del servicio quedó al descubierto, y el negocio de los concesionarios llegó a su fin.
Para contrarrestar el mal clima generado por el accidente ferroviario, el Estado nacional retomó las promesas: la idea era renovar el servicio completamente, con nuevas formaciones y reflotar -otra vez- el proyecto del soterramiento, para lo cual se compró la tuneladora, a la que se bautizó “Argentina” a través de un concurso.
El Ministro de Transporte Florencio Randazzo aseguró entonces que la obra se inauguraría en 2015. Pero el gobierno kirchnerista no pudo acceder a los créditos internacionales, ni siquiera del socio estratégico Brasil.
Con Macri en el gobierno, se volvió a prometer su concreción en Febrero pasado.
El 12 de Octubre de 2016, el Presidente -acompañado por la Gobernadora María Eugenia Vidal, el Intendente de Morón Ramiro Taglieferro, el Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta– apretó un botón y la tuneladora inició su trabajo: perfora el suelo, quita la tierra y va moldeando el túnel.
Puede hacer 12 metros por día de túnel, y debe realizar 22.4 kilómetros, entre Morón y Caballito. La traza entre Castelar y Moreno será como es entre Once y Caballito, tipo “trinchera”. Se supone que la obra se concretará dentro de 5 años.
El costo total es de U$S 3.000 millones, y los beneficios, múltiples: se achicará el tiempo de viaje y la frecuencia de los trenes, se eliminarán las barreras (y los accidentes que éstas generan) y la Ciudad se reintegrará, se ganarán 22 kilómetros de espacio público en el espacio a nivel que dejarán las vías.
Ojalá que se concrete. No por Macri, ni por Cristina, sino por vos, por mí. Por todos. ¿O quién creés que paga la obra, ésta y todas…?
Claudio Serrentino
Imagen: www.cronicaferroviaria.blogspot.com