Repasando los proyectos que se impusieron en BA ELIGE 2018, la realidad sigue desmintiendo a las palabras. Mientras, Rodríguez Larreta sigue armando su Ciudad Lego…
Si se cree en las palabras del Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, durante el acto de presentación de los proyectos ganadores de BA ELIGE 2018, se puede suponer que Buenos Aires es una de las ciudades más participativas del mundo, que apoya y fomenta las iniciativas de sus ciudadanos.
Horacio se preguntó, el 21 de Septiembre pasado: “¿quién conoce mejor la Ciudad y las cosas para hacer que los vecinos de cada barrio? Por eso, desde el año pasado ya instauramos esta idea de que nos acerquen propuestas”.
Incluso, para reafirmar el concepto de la “Buenos Aires Recontra Participativa”, el Jefe de Gobierno se animó a comparar cifras: “Ustedes saben que este mismo proyecto está en Madrid, en París. Acá participa muchísima más gente que en esas ciudades”.
Faaaa… ¿Más que en París, la cuna de la participación comunal?
Lamentablemente, en el transcurso de esta nota los datos irán -una vez más- desmintiendo a las palabras.
Claro que sería lindo vivir en una ciudad participativa EN SERIO, como la que imaginaron los que escribieron la Constitución de Buenos Aires, hace más de 20 años.
Esa Constitución a la que esta gestión -y las anteriores de Macri- insistieron e insisten en ignorar.
PARTICIPACIÓN Y “PARTICIPACIÓN”
Durante los primeros procesos de presupuesto participativo en la Ciudad, impulsados tras la crisis del 2001, la cuestión era clara.
El Gobierno de la Ciudad le daba a los vecinos la información necesaria para poder decidir.
Por ejemplo: a la Comuna 10 se le otorgarán $ 100.000 para que los vecinos definan en qué se gasta.
Y a continuación, se les informaba el costo que tendría cada propuesta: la instalación de un semáforo sale $ 5.000. La de un centro de salud, $ 600.000. Reparar una cuadra de veredas: $ 50.000 (los valores son sólo a título ilustrativo).
Los vecinos se reunían, discutían prioridades, se ponían de acuerdo, y elevaban las propuestas que más votos obtenían, de acuerdo al valor que le habían asignado.
Es decir, la participación era real. A los vecinos se les veía las caras, con su nombre y apellido.
Lamentablemente, aquel sistema quedó en el olvido. Y la política, de la mano con la tecnología, trajo esta nueva modalidad que impulsa el BA ELIGE. Proponer y votar por internet.
O sea, no sabemos quiénes son, si viven en el barrio. Al menos, esa información no está disponible en el sitio web del Gobierno de la Ciudad, aunque éste asegura que pueden votar “los mayores de 16 años y residentes de la Ciudad”.
Para hacer las propuestas… “podés registrarte a través de tu perfil de Facebook, Twitter, Google+ “. Sin embargo, ese perfil no puede verse públicamente, sólo se ve un apodo.
¿Y por qué no puede saberse? ¿Por qué, junto a la propuesta, no figura su perfil en las redes sociales, así puede cotejarse que vive en la Comuna donde elevó el proyecto?
¿Qué es lo que habría que ocultar?
Curiosamente -o no- no es obligación ser porteño para elevar propuestas. El mismísimo gobierno lo reconoce: “podés subir una propuesta cualquiera sea tu edad y nacionalidad, y sin que sea necesario que tengas domicilio en la Ciudad de Buenos Aires“.
¿Está claro…?
MUCHAS PROPUESTAS IGUALES (TROLLS SIN TALENTO)
Entre las ideas presentadas en BA ELIGE por “los vecinos”, con diferente tenor y autor, hay una que se repite en todas las comunas: cámaras de seguridad, más seguridad, etc.
En la Comuna 10, de 36 propuestas aprobadas en el BA ELIGE, 16 tratan la misma temática… Y casi con las mismas palabras.
Sebastián Colamonico presentó la propuesta que más votos obtuvo -414- en la Comuna 10, en el BA ELIGE 2018: “Propongo que se instalen cámaras y alarmas vecinales en las zonas de monte castro, floresta y devoto, devido a la inseguridad que se esta generando hace 6 mese, cada vez esta mas peligrosa y suelen haber cantidades de robos por la zona” (textual).
La instalación de las cámaras y alarmas tiene un costo de $ 871.200, según se ve en el sitio de BA ELIGE. Ahora bien, ¿sólo serán colocadas en los barrios que sugirió Sebastián? Porque Villa Devoto pertenece a la Comuna 11…
Pero entre las propuestas aprobadas (¿por quién?) en la Comuna 10, hubo una que sintetiza a las 16 que hablan de seguridad (que incluso son similares entre sí): “propongo que coloquen camaras de seguridad en la comuna”, fue la idea de Camila Baddaracco. Obtuvo 380 votos, y costaría $ 1.452.000.
De hecho, la misma propuesta también fue aprobada “para toda la Ciudad”, según el listado de “propuestas ganadoras”: “propongo que se instalen camaras de seguridad en todo capital federal, que esten monitoreadas las 24 horas para prevenir situaciones de inseguridad”, fue la idea de Mariana Grasso. Su costo es de… $ 1.452.000!!! Igual que colocar cámaras sólo en la Comuna 10.
Estas contradicciones se multiplican al recorrer las “propuestas ganadoras”.
MÁS QUE ESCRUTINIO… ESCRUCHE
El plan es impulsado por Participación Ciudadana, que no informa:
- Quién cuenta los votos.
- Quién se fija que los que propongan y los que voten, vivan en la misma Comuna donde proponen y votan.
- Quién define el costo de cada propuesta.
- Quién controla que los que votan, tengan domicilio en la Ciudad de Buenos Aires.
Es decir: No se sabe lo más básico, lo que DEBE saberse en cualquier votación, así sea la del centro de jubilados más humilde: que las reglas sean claras.
Entonces, tranquilamente podría deducirse que -por ejemplo- vendedores y colocadores de cámaras de seguridad “coparon” el BA ELIGE, sólo para conseguir más trabajo… Ya que son infinitas las propuestas al respecto, en todas las Comunas y para toda la Ciudad.
RUMBO A CIUDAD LEGO
Lo lamento por aquellos que sinceramente participaron, que se tomaron el trabajo de armar un proyecto y/o de votar, con la sincera vocación de mejorar sus barrios.
A ellos quiero informarles que antes, mucho antes de BA ELIGE, desde que se sancionó la Constitución de la Ciudad, existe un ámbito participativo en cada Comuna, que se llama Consejo Consultivo.
Que está integrado por vecinos, y tiene entre sus funciones elevar propuestas, y controlar la gestión de la Junta Comunal. Por supuesto, desde el Poder Ejecutivo se los ignora a ambos: al Consejo Consultivo, y a la Junta Comunal.
Es que el gobierno porteño lanzó BA ELIGE, justamente, para bastardear, ningunear, y convertir la participación vecinal prevista en el espíritu de la Constitución de la Ciudad, en un accionar banal de teclas y clicks.
Con activa intervención de los trolls, y algunos que otros vecinos reales (para justificar a los ficticios, y sobre todo, para sacarse la foto).
La gacetilla publicada en el portal oficial de la Ciudad –www.buenosaires.gob.ar– muestra una imagen de Larreta rodeado de… menos de 20 personas. Si se le descuentan los funcionarios que se arriman para aparecer en el registro fotográfico, no sumarán 15 los vecinos “ganadores”.
Ahora bien: una “votación” con semejante nivel de participación, como aseguró el Jefe de Gobierno… ¿no hubiera merecido un acto importante, en el que los votantes celebren la posibilidad de poder definir “en qué se gasta la plata de todos”?
Tantos puntos oscuros pueden sugerir la existencia de un plan para reemplazar a las personas de carne y hueso -sobre todo, ésas que conocen sus barrios de memoria- por robots que sólo tienen cargado el google maps.
Finalidad: convertir a Buenos Aires en una Ciudad Lego, donde los muñequitos, los autitos y los edificios, se mueven por la unívoca voluntad del que juega.
Por ejemplo, de Rodríguez Larreta.
Claudio Serrentino
Foto: nintenderos.com