Los pobres que viven en la calle se convierten, casi como por arte de magia, en los protagonistas del día.
Y ciertamente, sus testimonios duelen. Como duele su hambre, su desarraigo, su falta de futuro.
Los medios masivos buscan sus palabras. Crónica TV recorre River. Descubre a un señor triste, que cuenta su problema. Pero que no hace de su vida un drama.
Al contrario, le agradece al movilero por “haber venido” a ese lugar que no es su casa (porque ningún lugar es “su casa”).
Y luego, ese hombre triste se sienta a un piano y toca. Y la pantalla, por un instante, se vuelve cercana, cálida. Humana.
El hombre tuvo sus 15 segundos de fama. El video se viralizó en las redes sociales.
Los pobres, los desalojados, los que padecen hambre y frío durante “la noche más fría del año”, son noticia.
Con buen tino, River abrió las puertas para darle algo a esa gente que no tiene nada. Absolutamente nada.
Juan Carr convocaba a ayudarlos. Y aquellos que todavía tienen algo de humanidad bajo su piel, van y ayudan.
En los ’90, el peronista neoliberal Carlos Menem justificaba el desastre que estaba ocasionando con sus políticas: “pobres hubo siempre”, decía entonces.
Hoy, el gobierno porteño también se desentiende de los pobres y del frío.
¿Sabía usted que la Ciudad cuenta con un Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat? Y que su titular se llama Guadalupe Tagliaferri…
Bueno, esta funcionaria -que debería dedicar su tiempo a ayudar a la población a desarrollarse y tener un lugar dónde vivir- declaró que no comparte la idea de River y Red Solidaria, de cobijar en un estadio a los que viven en la calle.
“Lo que hay que entender es que muchas veces las personas deciden no ira un parador ni aceptar la ayuda del Estado, en algunos casos hay cuestiones de consumo y patologías psiquiátricas”.
Le faltó decir que son pobres porque quieren…
La ministra califica de marginales a quienes viven a la intemperie. Que efectivamente, habrá. Pero no son todos.
Hay familias enteras que están en situación de calle. Y no es porque lo elijan: los jefes de familia que se quedan sin trabajo, no pueden seguir pagando el alquiler, los desalojan y no tienen adónde ir… La calle es la única opción.
Los paradores del gobierno porteño no son para quedarse a vivir. Las familias pueden ir allí a higienizarse, y mientras tanto… ¿dónde dejan sus cosas? Esas poquitas cosas que les costaron esfuerzo y dinero, y que no quieren perder. Muebles, objetos, ropa. ¿Quién se las cuida?
Sería mejor que Guadalupe no subestime la situación, y se ocupe de su deber.
“Desarrollo Humano” implica que los que menos tienen, vayan progresando. “Hábitat” supone que debería procurar que esas mismas personas, vivan en un lugar digno.
Pero para Guadalupe, el desarrollo se reduce a “reforzar la atención en estos días más fríos”, como publicó en su cuenta de Twitter.
Lamentablemente, la hipocresía es general. Enseguida pululan los que se suben al carro de la “solidaridad” sólo para aparecer en la foto, y/o para hacer campaña a favor o en contra.
Ayer, hoy, quizás mañana, los pobres de toda pobreza serán ayudados y tenidos en cuenta.
El lunes, la semana que viene, a fin de año, volverán a su estado habitual: INVISIBLES.
A casi nadie le importa -y hablo de esa gente que “define agenda”- qué hacer con ellos. Cómo hacer para que dejen de vivir en la calle, que tengan un trabajo, puedan acceder una casa. BRINDARLES UN FUTURO.
Estamos en campaña. Guadalupe va detrás de Lousteau como precandidata a senadora por la lista de Juntos por el Cambio.
Esta ola de frío es una excelente oportunidad para que los precandidatos le expliquen a la sociedad cómo harán para lograr, en un futuro cercano, que NADIE PADEZCA FRÍO Y HAMBRE. Y qué políticas implementarán para dotar a TODA la población de DESARROLLO HUMANO y HÁBITAT.
Lamentablemente, no creo que lo hagan. Dejarán pasar la ola de frío, se olvidarán de los que no tienen. Seguirán con sus sonrisas y sus slogans.
Guadalupe ya no tiene obligación de explicar nada.
Los resultados están a la vista.
Claudio Serrentino
Imagen: Twitter Guadalupe Tagliaferri