En una entrevista para el programa “Extremo Sur” (Viernes a las 19, La Bocina Radio), Victorio Caballero -vecino de Villa Lugano, hijo de una de las familias fundadoras del barrio- explica el origen de los espejos de agua de la Comuna 8, y otras temas que preocupan, en la zona sur de la ciudad.
Los barrios del Sur, Soldati, Lugano, Villa Riachuelo, mantienen su historia, su característica. Estos fueron, durante muchos años, territorio para experimentar distintas intervenciones, sin tener una planificación global, ni como región del sur de la Capital, ni dentro del concepto de la ciudad.
Esto se viene reflejando en lo económico, lo social, sólo se apagan incendios, por la situación socioeconómica territorial del sur, se la define como “las cuatro ciudades”, por sus deudas.
Una: la ciudad inconclusa, porque tenemos un hospital que nunca se termina, escuelas secundarias que faltan, inundaciones.
Dos: la ciudad descontrolada por la contaminación, el tránsito pesado que recorre la comuna por cualquier lado, no hay controles.
Tres: la ciudad desactivada, por la falta de desarrollo productivo. Estas comunas, estos barrios, crecieron a la vera de las industrias, que en los años ‘70 se desactivaron, y hoy son galpones vacíos o depósitos. Cuando podría ser industria limpia, que levantara el desarrollo productivo.
Cuatro: la ciudad Injusta, por la mayor cantidad de habitantes con necesidades básicas insatisfechas: vivienda, salud, educación, desempleo, espacio verde.
Soldati, Lugano, comienzan a desarrollarse a partir de las zonas altas del bañado de Flores.
En 1949, el gobierno de Perón por un decreto declara a esta zona como insalubre, inhabitable y expropia 1400 hectáreas, que las transfiere al municipio, para desarrollarlo. Se rellenaron los bajos desde el parque Almirante Brown, hasta el cementerio de Flores.
Lo primero que hacen es el autódromo. Tras el golpe del ‘55 las obras se paralizan, se retoman recién en los años ‘60 a partir del gobierno de Illia y el intendente Rabanal.
Comienza la construcción de los tres lagos. El Lago del Regata, que está dentro del autódromo: es un lago que compensa las napas freáticas. Hay que recordar que en toda la zona de Lugano 1 y 2, hay aumento del nivel del suelo, esto ha llevado a que la napa freática baje y se compense, se haga un lago de aguas limpias.
Después tenemos el mal llamado Lago Lugano, porque está en Soldati. Ubicado en el centro de lo que queda del Parque Roca (prácticamente no le queda nada). Este es un lago compensador, dado que cada 10 años se da un fenómeno que es la sudestada, y grandes lluvias en la ciudad. ¿Qué significa cuando hay sudestada y lluvia? que la sudestada empuja las aguas del Río de la Plata hacia dentro, el Riachuelo no puede desembocar, por consiguiente tampoco el Arroyo Cildañez. Entonces, el lago compensador, por un sistema de bombas, empieza a bombear agua al Riachuelo.
El tercer lago, es el lago regulador de Soldati. Este lago tenía unos piletones con la idea de potabilizar el agua, y que esa agua sirviera para el río, de lo que iba a ser el parque fitogoegráfico. Hoy, este lago tiene muy mala mantención, lo único que se ha logrado hacer es el sistema de bombeo, pero está lleno de basura, ha crecido forestación, pastizales y no se limpia. Tenemos un grave problema que es el tema de los barros, por supuesto los barros del Riachuelo son barros que tienen metales pesados. Recordemos que toda esta zona, en su momento era la quema. O sea, gran parte de los residuos de la ciudad venían a esta zona, y ahí teníamos lo que era el mal llamado cirujeo, porque en realidad eran trabajadores explotados por los dueños de los depósitos traperos. De ahí viene el nombre de los seguidores del club Sacachispas.
Dentro del plan regulador de la Ciudad Buenos Aires, se establece un plan piloto para el parque Almirante Brown, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo. Allí se realiza una planificación de la zona: lugar para deportes, para espacios verdes, para vivienda, para industria. El plan se desarrolló bastante bien hasta 2010: con el gobierno de Macri se destruye todo este plan, porque empiezan a hacer planes sectoriales, donde se genera un descontrol y se perdió aquella planificación.
Lamentablemente, después de 50 años se repite el problema de la contaminación, generada por la planta de áridos que está ubicada en Varela y Ana María Janer, que recibe residuos de la construcción.
El procesamiento de esos residuos genera una polución que está produciendo un grave daño ambiental: existen graves denuncias de vecinos sobre cómo está afectando la salud de los vecinos.
Las maestras de las escuelas vecinas comentan el efecto en los chicos: sangrado de nariz, irritación de la vista, el perjuicio provocado se pone de manifiesto en la población bajo la forma de enfermedades respiratorias, sequedad de tejido húmedo, irritación, ataque de asma.
A tal punto que los vecinos que viven cerca, comentan que no pueden abrir ventanas ni puertas, porque el polvo de suspensión es tremendo. Caba recordar que son residuos de la construcción, producto que en general de demolición y construcciones antiguas, donde el asbesto era uno de los de los materiales de uso corriente, prohibidos hoy por cancerígenos.
Hay que preguntarse: ¿qué hacemos con esta planta? ¿la erradicamos? Es un tema de la ciudad, aunque llega también al Amba. Y si quedara, ¿habrá posibilidad de evitar que siga contaminando? Lo que sí es urgente, es que esto debe estar en agenda. No es posible que todo aquello que contamine o molesta en la ciudad, de Rivadavia hacia el norte, venga al sur, fundamentalmente a la Comuna 8.
Cuando yo era chico, íbamos a jugar al Bañado de Flores, a cazar ranas, a buscar ramas para la fogata. Mi padre había trabajado en la construcción del Puente La Noria, en los años ‘30, cuando se radican, se rectifica el Riachuelo. En aquel tiempo, lo usaban para bañarse, era un lugar de recreación.
El segundo club de regatas que existió sobre el Riachuelo era en Lugano, el primero fue el Club de Regatas Avellaneda, que sigue existiendo, el segundo era el que estaba a la altura lineal a lo que es hoy Lisandro de La Torre (antes llamada Tellier). Ahí había un pequeño club de regatas, donde daban clases para aquellos que querían aprender a navegar.
Debemos defender el Cildañez, recuperarlo para que algún día sea un lugar de recreación, lograr que se descontamine esta zona y defender fundamentalmente los tres espejos de agua que tenemos: el lago de Lugano, en el parque Roca, se ha transformado en una pequeña reserva que da gusto visitarla.
Entrevista: Enrique Ricagno
Foto: @franalverja