Mi amigo Jorge me lo había advertido: “anótate pronto porque los turnos se agotan rápido”. Entonces, cuando me llegó el Whatsapp avisándome que ya podía aplicarme la segunda dosis –el viernes pasado a las once y pico de la noche- medio dormido y todo, empecé a tipear para conseguir mi vacuna.
El gobierno porteño te manda un mensaje que dice: “¡Buenas noticias! Ya tenemos turnos disponibles para que te vacunes contra el covid19”.
Y te manda un link para que consigas un turno.
Por suerte, estoy familiarizado con la tecnología en la pc y los celulares. Porque es algo que requiere algún conocimiento, y sobre todo, paciencia.
Si bien contesté “al toque” –un minuto después de haber recibido el mensaje- no pude conseguir turno en ninguno de los lugares que me quedaban cerca. “No hay turnos disponibles”, decía en cada uno de ellos.
Logré acceder a uno en el Parque Olímpico, en uno de los cinco predios gigantes de la Corporación del Sur (Gobierno de la Ciudad) que fueron creados para los Juegos Olímpicos de la Juventud. “Gracias” al covid19, le encontraron uso sanitario.
Se puede llegar en auto –caminando, quizás sea largo para el que no está acostumbrado-. Yendo desde esta zona, derecho por Olivera, luego Escalada hasta el fondo, en Roca hay que girar a la izquierda. A 600 metros se encuentra el vacunatorio.
Una vez llegado al pabellón, la atención es rápida. Te piden el papel de la primera dosis. Yo no lo llevé, porque tengo el certificado en el celular, en la app “Mi Argentina”. “No me sirve”, me dijo el empleado, quien debió llenar a mano otro papel.
Y me pregunto para qué están las app oficiales, y los comprobantes que hay allí… ¡si el Estado no la sabe/no puede leer!
Eso fue lo que más tiempo llevó. De allí, a un box donde una enfermera hizo las preguntas de rigor, tras lo cual aplicó la vacuna. Luego, a otra ventanilla donde completaron el papel con los datos.
Esperé los 10 minutos necesarios, y volví a casa. En total, no habré estado más de 20 minutos en el vacunatorio.
Mi primera dosis había sido de la Sputnik V, y en esta ocasión me tocó la Moderna. Casi sin problemas, sí algo de cansancio durante las horas posteriores, y el dolor en el lugar del pinchazo durante dos días.
Claudio Serrentino
Foto: Prensa GCABA