Mientras el gobierno porteño asegura que “cumplió el compromiso” de colocar contenedores verdes a 150 metros de donde vive cada porteño, se siguen notando las diferencias entre las comunas ricas del norte de la Ciudad, y el resto.
La gacetilla asegura que “A partir de ahora, los vecinos y las vecinas de la Ciudad cuentan con un contenedor verde a menos de 150 metros de sus casas. Con esto cumplimos uno de nuestros Compromisos de la Ciudad con los que buscamos hacer de Buenos Aires un lugar cada día más sustentable, donde priorizamos el bienestar integral de quienes viven, transitan y visitan la Ciudad y de las futuras generaciones”.
De ser cierta en su totalidad lo afirmado en esta frase, prácticamente estaríamos viviendo como en cualquier ciudad del norte europeo.
Pero no.
La noticia está ilustrada con un contenedor verde moderno, que cuenta con un hueco acotado para insertar los desechos reciclables.
Esos contenedores están ubicados en las comunas del norte de la ciudad, la zona rica de Buenos Aires, donde el oficialismo local tiene su base electoral (allí, seis y hasta siete de cada diez porteños lo votan habitualmente).
Si bien esos contenedores verdes son denominados por las autoridades como “antivandálicos”, deberían llamarse “anti cartoneros”, porque están construídos para que los recicladores callejeros no puedan recoger lo reciclable de entre los desechos.
Con lo cual, la masa cada vez mayor de personas que se dedican a esa actividad (por la pandemia y la crisis), no circulan por el norte rico buscando material reciclable, sino por el resto de la ciudad. Una manera sutil de alejar a los “desprolijos” del entorno cool de la Buenos Aires rica.
En mi barrio actual -Villa Luro- hay contenedores cada 150 metros, pero no del tipo “antivandálico”, sino “campanas”. Frente a mi casa hay uno: los cartoneros se suceden cada cinco o diez minutos revolviendo la basura.
No quiero imaginar cómo será más al sur, en Villa Lugano, por ejemplo.
Alguna vez, Buenos Aires será una ciudad integrada, pareja, equilibrada. Eso no ocurrirá con un gobierno que marca las diferencias… aunque diga lo contrario.
Claudio Serrentino
Foto: Prensa GCABA