
Raúl Rizzo habló sobre el reestreno de Rojos Globos Rojos, su postura política frente a los últimos hechos ocurridos en el país, su recordada hija Anahí y sus futuros proyectos.
El pasado 23 de marzo, el actor celebró el estreno de la segunda temporada de la obra de teatro que protagoniza junto a Gabriela Perera, Marta Igarza, en el Centro Cultural de la Cooperación. Con una gran convocatoria, los actores llevan a la vida una adaptación del clásico de Eduardo Tato Pavlovsky, con dirección de Christian Forteza.
Rizzo encarna la figura de ‘El cardenal’ quien junto a las ‘Hermanas Popis’ intentan salvar el “pequeño teatrito que tiene enormes dificultades económicas” que finalmente terminan cerrando por falta de permiso. Con ironía y humor, la obra abarca temas de actualidad, reflexiones existenciales y pensares individuales y colectivos.
¿Cómo describirías ‘Rojos, Globos, Rojos’?
– Es un homenaje al teatro independiente, también es un homenaje a la lucha que tiene que liberar más hoy, con los costos que tiene un teatro independiente, con lo difícil que se hace, y a recepcionar el público también. Por eso la obra, como Nietzsche decía, nos representa a cada uno de los que la hacemos, y el público nos ha devuelto esto.
Al público le pasa exactamente lo mismo, y se siente reflejado, representado, y también le sorprende, porque preguntan “¿cuánto hace que se escribió esta obra?”. Y aproximadamente Tato Pavlovsky la habrá escrito hace 40 años, más o menos, por eso es una actualidad notable.
¿Cuál es tu opinión sobre las recientes medidas que tomó el presidente Javier Milei con respecto a la Cultura?
-No coincido en nada, no solo en el aspecto que hace a nosotros los artistas en general, que nos ha atacado de una manera despiadada, al pueblo en general. No coincido en absoluto con un proyecto que lo considero perverso. Está a la vista lo que hace con los jubilados, no voy yo a hacer referencia a algo que todo el mundo ya sabe.
El rol que cumplió tu hija Anahí en la militancia, ¿te incitó a involucrarte más dentro de lo político y que tu opinión sea escuchada?
-No, yo siempre estuve involucrado. Yo ejerzo como ciudadano, milito como ciudadano. Lo de Anahí tiene que ver con lo afectivo, el dolor que me produjo profundo, perder una cosa antinatural para mí. Son los hijos los que despidan a los padres, no al revés.Y por otro lado, sé que mi hija era una luchadora, consecuente con lo suyo, solidaria. Yo me sentí orgulloso de esa mirada de la vida y esa actitud frente a la vida. Y también me dolió por eso.
¿Hay algún recuerdo que te haya dejado Anahí, que te acompañe día a día?
-Hay varios, muchos. Desde muy chiquita hasta ya más grande. Una cantidad de cosas que hablábamos cuando no nos poníamos de acuerdo con distintos temas. No porque tuviésemos miradas tan opuestas.
Tal vez no nos poníamos de acuerdo en la metodología de que había que llevar las cosas adelante. Tenía su carácter fuerte, tenía de quién heredarlo, tanto la madre como quién les habla.
Retomando de vuelta lo de la obra de teatro, ¿hay algún cambio o algo que le hayan agregado a la obra que pueda sorprender a la audiencia?
-Lo que hizo Cristian Forteza, que es el director de la obra, le incorporó algunos textos de otras obras de Tato Pavlovsky pero él entiende, y yo también creo, que los autores persiguen un objetivo, siempre un único, y se manifiestan de distintas formas en sus tradujas. Incluso el autor es literario, ¿no? Él lo que hizo fue transformar de distintas, pero son frases, la columna corporal es Rojos Globos Rojos.
Además de Rojos Globos Rojos, ¿estás trabajando en algún otro proyecto?
– Acabo de terminar de hacer una película, que todavía creo que le falta algún día de filmación. Son películas muy independientes ahora, lo que se puede hacer dentro del panorama tan duro que tenemos en el audiovisual. Es una comedia que se va a llamar Hasta que la muerte nos separe.
“Rojos globos rojos” puede verse en el Centro Cultural de la Cooperación, Corrientes 1543. Función: Domingos a las 19. Entradas a la venta en Alternativa Teatral.