
Dijo Einstein antes de su viaje: “quiero que en la Argentina, en cuyo capital reconozco un gran centro de cultura, se conozcan los fundamentos de mi teoría , tal como yo la entiendo. Sé que éste es uno de los países más hospitalarios del mundo , pues habita en él, un elevado números de mis correligionarios, en el que se encuentra arraigado un verdadero espíritu de argentinidad. Ignoro si el tiempo y mis compromisos científicos me permitirán realizar una excursión por el interior del país, pues muy grato sería para mi, conocer algunas colonias judías establecidas en la provincia de Entre Ríos y otras”.
Así se expresaba el físico sobre nuestro país. Si bien a Einstein se lo conocía por su teoría de la relatividad, desarrolló casi todas las ramas de la física. Hubo momentos en que el creador de la conocida teoría, se vio objeto de violentísimos ataques, por parte de los nacionalistas, y sobre todo, de los racistas.
El Diario La Prensa contrató especialmente al ilustre sabio. “Publicaremos hoy el primer artículo de la serie”. También publicó su llegada. “Esta noche pisará Einstein, por primera vez, la tierra argentina. (30 de marzo de 1925). Nuestras instituciones de cultura invitaron al gran sabio, al eximio pensador, sin preguntarle si era alemán o suizo, de raza germánica o semítica, no se averiguó cual era su fe. Saludamos pues al sabio…y lo cuenta desde hoy como colaborador. Einstein es uno de los hombres que abren nuevo rumbos al pensamiento humano.”
El profesor Einstein fue invitado por la Unversidad y otras instituciones (La Nación).
La Revista Caras y Caretas lo recibió así: “ El famoso sabio alemán es hoy una figura mundial, es una persona de trato encantador, sencillo y afable, propio de un hombre tan superior. Bienvenido a estas tierras, donde sus admiradores se cuentan por millares”.
Ante una invitación de la Universidad de La Plata para dictar una conferencia, aceptó gustosamente. Luego del acto, el presidente de la Universidad le retribuyó con un cheque de mil pesos. Einstein se sorprendió por la cantidad, se resistió a aceptarlo, pero luego decidió aceptarlo. La visita de Einstein fue académica y para difundir sus teorías.
Aquí fue recibido por el Rector de la Universidad de Buenos Aires, Dr. Arce, por el Secretario de la misma. Dr. Nierenstein, el representante de la Facultad de Ingeniería, presidida por el Ing. Enrique Butty, por los ingenieros Eduardo Huergo, Eduardo Latzina, el general Luis Dellepiane y los doctores Ramón Loyarte y Horacio Damianovich.
La Facultad de Filosofía constituyó también una comisión presidida por el Decano, Dr. Coroliano Alberini. La sociedades israelitas y sefaradíes constituyeron también comisiones, integradas por los señores Samuel Levy, director de la Revista Israel y otros.
La familia Wasserman de Belgrano, le ofreció alojamiento durante su estadía de 23 días en Buenos Aires. Los gastos fueron solventados con la ayuda de cuatro comerciantes judíos. El diario La Prensa lo describía como: bondadoso, afable y simpático.
Einstein expresó : “la primera cosa que noté al salir de mis habitaciones fue la elogiosa crónica que sobre mi persona publicó ayer un gran diario argentino, tan difundido en el mundo. La Prensa defiende con verdadero entusiasmo todos los intereses de la colectividad hebraica, a cuya raza tengo el honor de pertenecer”.
Con posterioridad, opinó sobre los problemas de Palestina, del judaísmo en Europa y de la política, el público judío de la época.
La publicidad de los diarios de entonces: Einstein tenía razón (en grandes letras) Todo es relativo. Guarde su ropa de un año al otro en Albion House (Caras y Caretas).
Einstein dictó ocho conferencias en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, una en la Facultad de Filosofía y Letras, y otra en la Sociedad Hebraica.
La primera conferencia fue en el Colegio Nacional Buenos Aires, en el salón de actos. La figura de Einstein no solo interesaba a los científicos, sino a un público mucho más vasto que el técnico.
Los diarios publicaban las conferencias completas, con las opiniones de algunos científicos argentinos. Durante las conferencias permitió que lo interrumpieran, a la menor duda, que le pregunten.
El público era muy variado: políticos, representantes del gobierno, rectores, decanos, intelectuales, científicos y estudiantes. Las exposiciones siempre terminaban con calurosos aplausos.
Las conferencias se dictaron en francés con acento italiano, lo mismo para el público judío, según lo destacaban los diarios. También habló en alemán. Einstein viajó a Córdoba. Fue acompañado por un grupo de personas. Se sorprendió que en las estaciones ferroviarias, cuando se detenía el tren, delegaciones de judíos lo saludaban y expresaban sus simpatías.
Ya finalizando sus conferencias, aceptó una invitación de despedida con estudiantes universitarios. También ofreció una cena en casa de su anfitriona en Belgrano. No estuvo Leopoldo Lugones, a pesar de haber sido invitado.
Ya de regreso, estando en Berlín y ante numerosos periodistas alemanes y extranjeros contó sobre el resultado de su viaje en Sud América. Expresó que estaba muy satisfecho del recibimiento que había recibo en la Argentina. Habló de la erudición y cultura de los profesores argentinos, de las Universidades, de la organización, de los estudios científicos y del interés que despertaron sus conferencias en todos los círculos sociales.
Destacó el respeto de la prensa argentina, la cortesía de las autoridades durante su estadía en Buenos Aires y Córdoba. Pronosticó para la República Argentina un gran porvenir económico y cultural.
Einstein fue nombrado Académico Honorario por la Academia de Ciencias Exactas , Físicas y Naturales que estaba bajo la presidencia del Dr. Eduardo Holmberg. Buen broche de oro para tan importante visita.
Susana Boragno