Con Macri y Cristina sobre los escenarios de los búnkers, pero en silencio, se definieron los candidatos de las elecciones generales de Noviembre.
A nivel nacional, el electorado parece cada vez más volátil. Si el mapa de la Argentina se había teñido de celeste en 2019, con apenas un puñado de provincias amarillas, en estas PASO la tonalidad se invirtió. La oposición nacional retoma el apoyo en muchos distritos.
Un dato que pasó inadvertido fue la baja en la cantidad de votantes: si en las PASO 2019 la cifra llegó a 75%, este año descendió hasta el 67%. Si hace 2 años no iba a votar 1 de cada 4, en 2021 bajó a 1 de cada 3.
El voto en blanco también crece en cantidad de adeptos: entre 2% y 10% de los votos emitidos, fueron en blanco o impugnados (la cifra varía según las provincias). Todo lo cual habla del desinterés de una parte del electorado, ante la falta de propuestas políticas que los movilicen.
En la provincia, fue un paso en falso enviar al vicejefe Santilli a territorio bonaerense, que sirvió, además, para que los radicales recuperen la iniciativa, de la mano de Facundo Manes.
Otro paso en falso para el Frente de Todos fue Victoria Tolosa Paz, quien redujo en casi 20 puntos el caudal de votos en un distrito tradicionalmente peronista.
Córdoba y Santa Fe vivieron sus propias internas con fervor, casi sin correlatos a nivel nacional. El norte, con matices, sigue con su apoyo al Frente de Todos, con la excepción del Chaco, donde Capitanich perdió por 10 puntos frente a Chaco Cambia+Juntos por el Cambio. Algo similar ocurrió en Santa Cruz, donde el Frente de Todos local salió segundo.
ELECCIÓN PORTEÑA
En la Ciudad de Buenos Aires, JxC mantiene el volumen histórico de votos: 48%, que habrá que ver si se mantiene con la lista unificada. En 2019, el partido oficialista sumó aquella cifra con una sola boleta y con Rodríguez Larreta como candidato a jefe de gobierno. La suma electoral, a veces, no es un cálculo meramente matemático: ¿los votos de López Murphy quedan para Vidal, o se fugan para Milei?
El Frente de Todos volvió a restar voluntades: con Recalde había tocado el piso del 22%, con Lammens había superado el 30%. Santoro no modificó el amperímetro: sumó menos del 25%.
Una de las explicaciones posibles: persisten en el error de no tener un modelo alternativo de Ciudad para ofrecerle a los votantes. No se involucran en los conflictos, no bajan al territorio. Como actúan siempre igual, el resultado es siempre el mismo: el peronismo porteño no ganó una sola elección desde que Buenos Aires es Ciudad Autónoma.
La tercera fuerza es otra vez la estrella de la elección: alguna vez lo fue el PI, la UCedé, en 2019 Consenso Federal. Esta vez, con un interesante 13%, lo logró La Libertad Avanza, gracias al microclima generado desde las corporaciones mediáticas. Habrá que ver si los gritos e insultos de Milei alcanzan, como para convertirse en un proyecto duradero.
La izquierda subió en cantidad de votos: en las PASO 2019, había sumado 5,5% entre las listas del FIT y Autodeterminación y Libertad. En esta elección, arañó el 9%.
Claudio Serrentino
Foto: Perfil