Macri en un CAF 5000, el día de la inauguración de las estaciones Echeverría y Rosas
La compra de vagones que contienen asbesto (un material “cancerígeno para el ser humano” según la OMS) al Metro de Madrid, cuando Macri era jefe de gobierno de la Ciudad, ya afectó a once trabajadores del subte. Segunda demanda judicial, tras graves violaciones a las normas en España y Argentina.
A fines de 2011, el jefe de gobierno porteño Mauricio Macri se preparaba para hacerse cargo de los subtes, que la Nación entregaría a la Ciudad a partir del 1º de Enero de 2013.
Según publicó el diario “El País”, Macri aprovechó un viaje a España -con el fin de apoyar al candidato del Partido Popular Manuel Rajoy– para ver “in situ” el material que quería importar de Madrid: 36 vagones del Metro fabricados en la década del ’70: los CAF serie 5000.
Macri “se acercó a las cocheras de Metro de Madrid e inspeccionó, como si fuera un entendido en la materia, los bajos de un vagón que estaba encaramado sobre un inmenso camión”, había publicado entonces el matutino español.
Hace más de 40 años, no se sabía que el asbesto era cancerígeno: recién a principios del siglo XXI se determinó su toxicidad; España prohibió su uso en 2001, y la Unión Europea hacia 2005.
La negociación llegó a buen puerto, y la Ciudad pagó U$S 550.000 por cada uno de los 36 vagones, que pasaron los controles aduaneros de España y Argentina, pese a incluir entre sus materiales el asbesto.
De acuerdo a las normas, los vagones ni siquiera deberían haber salido de España, lo cual está prohibido por ley; y el país ibérico debió encargarse de desguazarlos, tratando convenientemente el material tóxico.
La normativa argentina prohibió el ingreso de productos con asbesto desde 2001. Los vagones debieron contar con un certificado que lo asegure. Pero… “El certificado no existió, y de nuestro lado tampoco hubo una exigencia“, dijo el presidente de Subterráneos de Buenos Aires Eduardo de Montmollín a la CNN.
La compra, más que una inversión de provecho para los porteños, fue un verdadero papelón: la línea B debió invertir millones de pesos para amoldar la trocha y adaptar el sistema de alimentación a los nuevos vagones.
Y de los 36 comprados, “hubo material rodante que estaba tan deteriorado que nunca transportó pasajeros”, según Facundo Di Filippo, quien junto a Gustavo Vera habían presentado una denuncia ante la justicia en 2015, por irregularidades en la compra de los vagones, ya que fue por contratación directa (no se hizo licitación).
Además, los trenes españoles tenían problemas en los frenos. Empezaron a funcionar el 26 de Julio de 2013, cuando se inauguraron las estaciones Echeverría y Juan Manuel de Rosas.
En Febrero de 2018, cuando se conoció el peligro que circulaba por el trazado de la línea B, a principios del año pasado, apenas 18 de los 36 comprados a España seguían circulando.
Es curioso -o no- que este tema tenga más trascendencia en medios internacionales, que entre las grandes cadenas de la ciudad de Buenos Aires: las investigaciones más importantes las realizaron el diario “El País” de Madrid, y la CNN en Español.
Ante la CNN, el Presidente de Subterráneos de Buenos Aires reconoció que “es cierto que hay documentación que dice eso, pero no había manera de afirmar o validar si esto efectivamente era cierto, o no”.
En la misma entrevista, el titular de SBASE asegura que los manuales de los vagones comprados a Madrid “son enormes, no puedo garantizar que se hayan leído todas las páginas de cada uno de los manuales técnicos. Pero la posición conceptual que asumimos, es que si en la documentación figuraba algo, el Metro de Madrid había tomado partido, había tomado medidas, y que lo que nos estaban vendiendo, era algo que estaban en condiciones de poder venderlo”.
La OMS advierte que “todas las formas de asbesto son cancerígenas para el ser humano“, y afirma que la mitad de muertes por cáncer de origen laboral, son generadas por el asbesto.
Los efectos de este material pueden aparecer en la salud entre 30 y hasta 40 años después de haber quedado una persona expuesta a sus fibras en suspensión. Sus víctimas suelen ser tardías.
La noticia empezó a tomar forma en 2018, cuando las Comisiones Obreras de Madrid empezaron a protestar, debido a la muerte por asbestosis de dos trabajadores del Metro que habían tenido contacto con los vagones CAF 5000.
Una comisión investigadora de la Asamblea de Madrid determinó que las autoridades sabían hace más de dos décadas que circulaban por el Metro los trenes con asbesto. Que se los vendieron a Buenos Aires, pese a que estaba prohibida su venta desde 2002. Y que se ocultó el riesgo a los trabajadores, y se los desprotegió.
Los gremios del subte tomaron nota de la situación, y enviaron 60 muestras de los vagones a la Universidad Nacional del Sur, para su análisis. De allí surgió el riesgo de asbestosis para los trabajadores del subte porteño. Al menos una decena estarían afectados por el asbesto.
Ese estudio también reveló que también en formaciones de las líneas C y E de subterráneos, y en el Premetro había piezas con asbesto.
Edgardo Castro es ingeniero en Seguridad Ambiental e inspector de la Subsecretaría de Trabajo de la ciudad de Buenos Aires. También es delegado de ATE.
Castro presentó una demanda contra Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, Eduardo De Montmollin (titular de SBASE), Alberto Esteban Verra (titular de Metrovías SA) – y a su jefe directo, Fernando Cohen (director de la Subsecretaría de Trabajo, Industria y Comercio del gobierno porteño).
A Macri y Larreta los acusa de violación de los deberes de funcionario público, abuso de autoridad y encubrimiento.
La causa recayó en el Juzgado Federal Nº 2, a cargo de Sergio Ramos.
“Esto no se lo podía dejar pasar, hay compañeros afectados y puede haber más, la vamos a seguir hasta las últimas consecuencias, porque esto no es un error, es un acto criminal, es una situación de grave inseguridad ambiental“, declaró Edgardo Castro a MST TV.
Claudio Serrentino
Foto: Archivo Diario Clarín