Se podría decir que todos los barrios de su alrededor, también somos Monte Castro. Fueron las tierras donde surgieron los barrios Versalles, Villa Luro, Liniers y Villa Real.
Su historia la podemos comenzar el 14 de Mayo de 1703, cuando Pedro Fernández de Castro compra unas extensas tierras alejadas de la ciudad, un campo desde donde se divisaba unos montes, de ahí su nombre, los Montes de Castro, como así se empezó a conocer la zona.
Eran 1350 varas por media legua de longitud. Se presupone que el dueño nunca vino a conocer a estas tierras, falleció a los dos meses. Por entonces, pertenecía al extenso Pago de La Matanza, en su dirección oeste.
Estaba provisto de un monte autóctono de talas y espinillos, alternados con sauces y ombúes divisables desde larga distancia. Por la mano del hombre se plantaron durazneros, muy útil no solo por su fruto sino porque su leña, que es buena para comenzar a encender el fuego. Estas tierras fueron explotadas con ganado ovino.
Para comenzar a desgranar sus orígenes, se debe recurrir a una investigación de Arnaldo Cunietti Ferrando, quien consiguió en el Archivo General de la Nación, todo lo que había ido ocurriendo a través de los años. Lo publicó en su libro bajo el título “Monte Castro de la Chacra al Barrio” (1970).
La chacra de Castro la hereda su hija Ana Fernández de Castro. Con el tiempo, después de pasar por varias manos y sufrir varios litigios, en 1781 la compra Don Juan Pedro de Córdova (sic) quien la ocupó para la explotación con cultivos, ganados.
El lugar contaba con una pulpería, granero, palomar. Existía un estanco de tabaco para su venta, esto requería para poder establecerlo, la autorización del rey español. También contaba con una capilla: Córdova estaba interesado que el vecindario tuviera asistencia religiosa y contrató por su cuenta un capellán para los oficios religiosos dominicales.
Su dueño fallece en Febrero de 1820, heredando la chacra sus hijos María Mercedes y José León, de 31 y 23 años de edad respectivamente. León es asesinado al poco tiempo, quedando María Mercedes como única heredera.
Era muy devota y cede parte de sus tierras a capillas y conventos. Deja por testamento, unas tierras a la Casa de Ejercicios. La rectora de la Casa, en 1856, con autorización de la Curia, nombró apoderado para iniciar las gestiones de tomar posesión de las tierras donadas por Mercedes Córdova. En 1875 se inaugura la Capilla y escuela rural, obras realizadas por las Hermanas del Divino Salvador, antecesores de la actual Iglesia San Cayetano.
La chacra había comenzado a lotearse en 1827. Se fue fraccionando sucesivamente con numerosos dueños, que fueron trabajando las tierras. Estas quintas comenzaron a cruzarla caminos importantes como las actuales Lope de Vega, Álvarez Jonte, Segurola (hasta 1904 se llamó “Camino del Monte Castro”).
Las ordenanzas de 1893 y 1904 dieron nombres a innumerables calles de la Capital, y también del Barrio Monte Castro.
Como sucedió en toda la capital, a medida que se originaban los barrios, se instalaban los hornos que proveían los ladrillos necesarios para la construcción de las viviendas. Para ello se abastecían de la primera capa de tierra negra, el rico humus. Se necesitaban caballos para el pisadero, se mojaba la tierra, se hacía la masa para armar los ladrillos, se cortaban y luego se cocían en un horno preparado al efecto. La cocción podía llevar más de un día. Cuando esto ocurría, los vecinos evitaban de tender la ropa para su secado, porque la ahumaba. Estos ladrillos, en ocasiones, fueron obsequiados con la oferta de venta en los loteos. También fueron provistos para la construcción de las Casas Baratas del Barrio Segurola. Con el tiempo, los hornos de ladrillos fueron prohibidos en toda la Capital (1930).
Las chacras y los hornos de ladrillos fueron dejando el espacio para que se desarrollara el Barrio. La gran extensión se fue loteando, apareciendo nuevos vecinos.
Hoy, los límites del Barrio de Monte Castro está dado por las calles y avenidas: Baigorria, Irigoyen, Av. Álvarez Jonte, Av.Lope de Vega, Juan Agustín García, y Joaquín V. González.
En los comienzos, la zona carecía de medios de transportes. El ferrocarril pasaba lejos, como el BAP, (San Martín), su estación más cercana era Devoto, lo mismo el F.C. Oeste, la más próxima era Floresta y el Ramal Villa Luro –Versalles, mantenía su lejanía, lo mismo que el Sáenz Pena- Villa Luro del BAP.
El tranvía pasaba por la calle Nazca. Con el tiempo las calles más importantes se fueron empedrando, facilitando la comunicación, y comenzaron a circular los ómnibus de transporte automotor de pasajeros, dando una solución al problema del aislamiento.
Los espacios fueron ocupados por instituciones necesarias para su desarrollo. Se mencionan algunas.
En 1884, se estableció la primera Escuela del Monte Castro. Anterior a esta fecha, la alfabetización sólo era posible en las casas particulares, dada la distancia que existía hasta la más próxima. La Escuela estaba situada sobre la actual Álvarez Jonte, a pocos metros del emplazamiento actual. En 1894, el establecimiento pasa a depender del Consejo Nacional de Educación con la denominación de N° 3 del Distrito Escolar 18, Álvarez Jonte 4618, en una finca alquilada.
Tierras de Manuel Rocca
En 1926, gracias al legado de Manuel Rocca, en la manzana donada y delimitada por las calles Segurola, Alcaraz, Sanabria y A. Jonte se coloca la piedra basal para la construcción de un hogar escuela para hijos de padres tuberculosos.
Por ser una zona alta, se creyó conveniente ubicarlo en ese lugar. El Preventorio se inaugura con una capacidad para 500 niños en estado de riesgo. La morfología del edificio era de pabellones, de acuerdo a la época y a sus funciones. Se alojaban chicos que eran generalmente huérfanos. En 1955 se trató a los discapacitados por la secuela de la epidemia de poliomielitis. En 1973 se convierte en Hospital de rehabilitación para diferentes discapacidades.
Otra institución importante fue el Hogar Manuel Rocca, que tuvo su origen como colegio de varones, que luego se convirtió en cárcel de menores, dependiente del Consejo Nacional del Menor y La Familia.
La piedra fundamental se colocó en 1926 y estaba en la manzana delimitada por las calles Segurola, Sanabria, Elpidio González y Juan Agustín García. Actualmente no funciona como tal.
Colonia Open Door
En 1924 se comienza la construcción del Instituto Open Door, (puertas abiertas), que luego pasó a llamarse Instituto Modelo de Frenopatía. Constaba de 7,5 hectáreas de tierra, con salida por Alvarez Jonte al 4.700.
Eran 13 pabellones distribuidos en orden disperso, en medio de jardines. Los edificios respondían al estilo de chalets con amplias galerías. Estaban separados por sexo y en un ambiente de confort. Los vecinos veían circular costosos automóviles que visitaban a los familiares internados. Se lo conocía como el “loquero”.
Los comentarios eran que se internaban a personas de muchos recursos, aduciendo que sufrían de enfermedades mentales, lo que les permitía quedarse con sus bienes. Muchos se resistían y se escuchaba gritos desde el interior.
El establecimiento funcionó hasta 1958. Allí funciona actualmente la parroquia “San Pedro Apóstol”. Al barrio aledaño se lo conoce como San Pedro.
Cines del Barrio
En el año 1929 se inaugura el Cine Teatro “Febo”, en Jonte al 4400, de la familia Corradini. El edificio contaba una estructura de hormigón armado, muy novedoso para la época, lo mismo que su interior, tenía detalles que le permitía competir con las grandes salas de teatros y cines del centro. Actuaron Azucena Maizani, Mercedes Simone, Olinda Bazán, Libertad Lamarque, la Compañia de Blanca Podestá, etc. Funcionó hasta 1958, cuando se vendieron las instalaciones a un banco que funcionó durante 20 años.
El esfuerzo de los vecinos los llevó a recuperar una sala, el cine “San Pedro”, de Bermúdez 2052. El edificio se había construido en 1945, estaba habilitado para club. En el piso de arriba se practicaba boxeo, se jugaba al billar y se presentaban obras de teatro. En la década del 60 se comenzó a dar cine, duró hasta el ‘90. Se cerró el cine y se realizaron actos escolares. Se reabrió en el 2004 como cine, con la participación y colaboración de los vecinos.
El cine “Lope de Vega” casi Álvarez Jonte, se convirtió con el tiempo en un supermercado.
Hospital Velez Sarsfield
En Junio de 1949 se inauguró el Hospital General de Agudos “Velez Sarsfield”, en la calle Pedro Calderón de la Barca al 1500, conocido por los vecinos como “el Hospitalito”. Su primera sede fue en el año 1914 en Rivadavia 9677. En 1917 se trasladó a Avellaneda 4177, esquina Gualeguaychú. Actualmente sigue al lado de la Plaza Don Bosco, donde sigue ampliando sus instalaciones. Es un hospital muy querido por sus vecinos.
Club All Boys
Primeramente estuvo en Bogotá 4158, el campo deportivo en la manzana comprendida por las avenidas Gaona, Segurola, Sanabria y Morón. En 1924, la cancha es trasladada a la Avenida Segurola 1351.
El Club se encuentra ubicado en Álvarez Jonte entre las calles Mercedes y Chivilcoy, y sus fondos lindan con la calle Miranda. Está allí desde 1960, cuando a través de la Ley N° 14.934, la Nación le cede terrenos públicos para su nuevo estadio.
Fábricas
El Barrio contó con importantes establecimientos fabriles que dieron trabajo a los vecinos. El Laboratorio Parke Davis, Georgalos, Heladeras Saccol, Húser, etc. Con el tiempo se fueron desdibujando de la geografía local.
Delimitación de los barrios
En 1972, a través de la Ordenanza N° 26.607, se oficializaron 47 barrios donde se pusieron los límites y sus nombres. La denominación Monte Castro es la más antigua toponimia de los pagos del oeste. Barrios que rodean a Monte Castro: Villa Real, Villa Devoto Villa del Parque, Villa Santa Rita, Floresta, Vélez Sarsfield, Villa Luro y Versalles.
Monte Castro se caracteriza por casas bajas, con poca densidad de población. Son típicas las casas chorizo, heredera de la viejas casonas españolas. Tampoco escapó a la fiebre constructora de edificios de departamentos.
La celebración del Día de Monte Castro, 14 de Mayo, fue instituida por la Ley 190 de la Legislatura de la Ciudad, año 1999.
Su centro comercial se da en la Avenida Alvarez Jonte, y también por Lope de Vega. Cuenta con negocios de categoría, confiterías muy concurridas, la famosa Pizzería “El Fortín”, que hoy se ha extendido con otro local de comidas, “El Fortincito”.
Lo recordamos y lo Felicitamos. Y la concluimos con el poema de María Inés Mantilla que traduce toda la emoción de haber vivido en el Barrio:
Crecí con tus olores, inmersa en recuerdos
Aquella higuera del terreno baldío
El saltar del cerco para ir a jugar en tu vereda
Vereda de tierra que imprimió el paso…
De algún vecino italiano fumando su pipa
La pizza de cancha al salir de la escuela
El empedrado de Jonte que se fue poblando
Y “El Fortín”…
El cruce obligado al salir del cine
Para la fugazzetta
Y el merengue de crema, inigualable
Las tardes de rayuela después de la tarea
Las figuritas, las bolitas, la pelota…
El micro plateado para la secundaria
Crecí, me fui…y un día volví
Plaza de la Parroquia (antes el loquero)
Tu perfume es diferente, pero no tú esencia
Te cruzan muchos que antes te jugaron
Y hoy son tuyos.
Te palpo, te quiero, te añoro
Poblado o solitario, no vas a caer en el olvido
Barrio mío, Monte Castro
Susana Boragno
Fotos: Junta de Estudios Históricos de Monte Castro