Varios comercios y transeúntes fueron víctimas de robos en la avenida Rivadavia, a la altura de la estación Floresta. “Hace años sacaron el domo de cámaras”, denuncian los vecinos.
En 2010, con la meta de combatir la inseguridad, el entonces jefe de gobierno Mauricio Macri, a través del director del CGP 10, Osvaldo Vega, prometía un “centro de monitoreo” que se instalaría a una cuadra de la estación Floresta.
En la esquina de Rivadavia y Candelaria, había un domo que servía para monitorear la seguridad en la zona. Se supone que era el cumplimiento de la promesa. La cartelería oficial así lo informaba.
Es que, desde hace unos años, esa zona se volvió muy transitada por quienes van a recorrer y comprar al centro comercial textil de la avenida Avellaneda. Miles de personas arriban al lugar en tren, colectivo y micros. Y luego de la recorrida, emprenden la retirada en los mismos medios de transporte.
Pasaron los años, Rodríguez Larreta está al frente de la ciudad desde hace casi 8 años. Quién sabe por qué -ya que el color partidario es el mismo- la cosa cambió abruptamente.
Vecinos cuentan a este medio que ese domo “desapareció” hace años de la esquina mencionada, y casual o causalmente, son víctimas de una ola de inseguridad, que afecta a comerciantes y transeúntes.
Varios comercios de la zona sufrieron la apertura forzosa de las puertas, en horario nocturno, y el consiguiente robo de grandes volúmenes de mercadería. Los transeúntes también son víctimas: mediante la modalidad del “arrebato” les hurtan celulares y carteras.
La presencia policial tampoco es abundante, pese a la gran cantidad de personas que circulan diariamente por allí.
Sin embargo, el cartel de la camarita desaparecida, sigue allí, en la esquina, como burlándose de aquellos que padecen a los delincuentes.
Los vecinos de la zona exigen que se cumpla con lo que anuncia el cartel, es decir: que se reinstale el domo desaparecido, que funcione el centro de monitoreo, y que haya mayor presencia policial.
Claudio Serrentino