La Presidente Cristina y el Ministro de Transporte Randazzo, participaron de un acto en el que presentaron las nuevas formaciones del ferrocarril Sarmiento. Fotos y palabras de más: esto TUVIERON que hacerlo, después de la tragedia de Once. La foto, la politiquería, estuvo de más: con un anuncio sobrio, y un minuto de silencio, hubiera bastado.
Pregunto con todo el dolor del alma: ¿era necesario hacer el acto de los nuevos trenes del Sarmiento? ¿Había que sacar fruto electoral también de esto…?
Veo a la Presidente Cristina y al Ministro Randazzo saludar delante de las nuevas formaciones y me indigno. Me indigno porque ellos no hubieran estado allí, floreándose delante de la prensa, si nuestros parientes, vecinos, compañeros de trabajo y amigos, no hubieran muerto el 22 de Febrero de 2012, al llegar a la estación Once.
[pullquote]La Presidente y el Ministro de Transporte hacen un tour ultravip por los nuevos vagones del Sarmiento: ¡qué bueno hubiera sido que hubieran viajado en los viejos vagones en 2004, 2006, o 2008! ¡Nos hubiéramos ahorrado tantas lágrimas…![/pullquote]
La Presidente recorre los trenes y el Ministro de Transporte, servicial, la acompaña y le habla. Un tour ultravip por los nuevos vagones del Sarmiento: ¡qué bueno hubiera sido que los funcionarios hubieran recorrido los viejos vagones en 2004, 2006, o 2008! ¡Nos hubiéramos ahorrado tantas lágrimas…!
Quizás, apelaron a la lógica grondoniana: “todo pasa”.
Pero hasta el mismísimo Julio Grondona abandonó esa máxima, después de la muerte de su mujer. Es que la muerte de un ser querido, nunca pasa. Se queda para siempre.
Pasaron muchos gobiernos, pero el Estado argentino nunca supo cómo mantener y mejorar el buen servicio que brindaban los ingleses. Nos quedamos en la demagogia de la estatización… Quizás, porque los gobernantes no viajaban en tren. Cristina misma lo confiesa, a la vera de las vías.
La Presidente dice que no siempre se trasladó en helicóptero. Alguna vez… “No sé, yo viajaba en el Roca, le comentaba a Florencio, cuando era muy jovencita, y había como fuelles entre y vagón y vagón, que por ahí te daban miedo pasarlo porque parecía como que te podías caer y bueno esos fuelles son los que precisamente impiden, ante la desgracia de un accidente… Yo no viejo en tren, Florencio tampoco viaja en tren, pero hay millones de argentinos que viajan en tren”.
Efectivamente Cristina, los millones de pasajeros que cotidianamente viajamos en transporte público, debemos usarlo toda la vida.
Pero nadie pensó en ellos, durante décadas.
Desde que Perón estatizó los ferrocarriles, el sistema ferroviario se fue degradando, sin que ningún gobierno le preste atención. Hasta que llegaron los ’90 y con el Justicialismo en el gobierno, se cerraron ramales, se “privatizaron” las boleterías, el Presidente Menem les dió la extrema unción.
No recuerdo que nadie, desde el Justicialismo (salvo el “grupo de los ocho”, Germán Abdala, Chacho Alvarez) levantara la voz para oponerse a esa política que terminó de destruir el sistema ferroviario argentino.
Más tarde, durante esta década, los Cirigliano siguieron haciendo un negoción (igual que en los nefastos ’90) mientras los pasajeros seguían viajando como ganado. ¿Década ganada en materia ferroviaria? Para los Cirigliano, seguro…
Por supuesto, Cristina no hizo referencia alguna a esta penosa historia del abandono de los ferrocarriles por parte de los gobernantes, ni al terrible curro de las “privatizaciones”, siguió con su relato como si nada: “esta es una inversión muy importante, hay además también todo lo que es el re-acondicionamiento de las estaciones con el modelo tipo de lo que va a ser la estación de Villa Luro” (habla en futuro, pero ella misma, en Abril, había anunciado la reapertura de Villa Luro, lo que ocurrió el 7 de Mayo pasado).
Luego, llegó la hora de los consejos: “les pido a esos millones de argentinos, que cuiden los trenes y que ayuden a cuidar los trenes porque son de ellos, no son nuestros, son de ellos. Es un medio transporte, es el transporte por el cual todos los días van a trabajar, todos los días se levantan temprano y se merecían tener un lugar donde, como este, que pudieran viajar bien. Pero tienen que cuidarlo”, dijo la Presidente.
No podía faltar un palo para los rebeldes ferroviarios: “a los trabajadores ferroviarios, que sepan que los vagones, que las locomotoras no son propiedad de los trabajadores, son propiedad del pueblo argentino. Que ellos tienen la suerte, además de ser trabajadores, que tienen empleo, que tienen empleo registrado, que tienen buenos salarios, que tienen obra social y que muchas veces, mucha gente que viaja acá en este tren, ni siquiera tiene un trabajo formal y tiene que levantarse a las 5, 6 de la mañana para llegar a un trabajo en donde le pagan una tercera o cuarta parte de lo que gana ese motorman o mucho menos”.
Señora Presidente, la gente sabe quién es el Pollo Sobrero, y cuáles son los intereses que defiende.
Pero también sabe quiénes son Julio de Vido, Ricardo Jaime, Juan Pablo Schiavi y los hermanos Cirigliano.
Por último, quiero destacar que no hacía falta la foto de los funcionarios al pie de los vagones que PAGAMOS TODOS LOS ARGENTINOS, como bien dijo la Presidente.
En todo caso, quienes debieron estar allí, son los sobrevivientes, y familiares de las víctimas de la tragedia de Once.
Fue esa tremenda fatalidad, la que motivó al gobierno a acordarse de invertir en los ferrocarriles, luego de décadas (incluso la última) de abandono.
Con un minuto de silencio, un comunicado, y una foto de las nuevas formaciones, hubiese bastado.
Por Claudio Serrentino
Fotos: Télam.