MIGUEL GRINBERG. El último "hippie" porteño fue distinguido por la Legislatura

Si se lo compara con el ruido mediático que generó, hace apenas dos días, la distinción a Marcelo Tinelli, el reconocimiento de la Legislatura a Miguel Grinberg pasó casi desapercibido. Pero no por eso deja de ser bien merecido.

Luna park 77, Garcia con Nicki Hopkins, Miguel Grinberg, Pino Marrone y Peter D`antoni.
Luna Park, 1977, Charly Garcia con Nicki Hopkins, Miguel Grinberg, Pino Marrone y Peter D`antoni.

La primera vez que tomé nota de la labor de esta “personalidad destacada de la cultura” fue durante mi adolescencia rockera: Miguel Grinberg había publicado el libro “Cómo vino la mano”.

Editado por primera vez en 1977, es una de las primeras versiones escritas sobre el nacimiento del rock nacional, contado por sus protagonistas: el autor entrevistó a Litto Nebbia, Moris, Javier Martínez, Luis Alberto Spinetta, Pipo Lernoud, Gustavo Santaolalla… Un fresco de la época, con un valor testimonial impresionante, que va por la quinta edición.

Antes, a sus 25 años, había fundado la sociedad de poetas “Nueva Solidaridad”, y difundió las creaciones de la generación beat estadounidense.

Por aquellos tiempos, también fue uno de los impulsores del rock en español. Durante la época hippie y el “flower power”, Miguel fue uno de los adaptadores de aquella cultura a esa curiosa y fantástica versión porteña, donde se mezclaban las minifaldas, Jimmy Hendrix y The Beatles, con el Instituto Di Tella y La Cueva.

A fines de los ’70, registré su impronta en las revistas “Mutantia” y “Eco contemporáneo”. La democracia lo encontró defendiendo el medio ambiente, uno de los temas que más lo ocupan: su militancia ecologista lo llevó a ser uno de los fundadores de la Red Nacional de Acción Ecologista, de la Asamblea Ecológica Permanente de la Cámara de Diputados de la Nación y del Pacto Ecosocial de América Latina.

Su extensa y prolífica carrera incluye, además del periodismo escrito, la difusión del rock nacional por la radio, la publicación de 50 libros y su amor por la docencia (fue profesor en varias universidades).

Los impulsores de la distinción en la Legislatura, Aníbal Ibarra y Pablo Bergel, hicieron referencia al homenajeado: “Miguel influye en las generaciones de activistas y ecologistas en la Argentina y genera conciencia”, dijo Bergel.

Ibarra destacó que “es una gran satisfacción personal haber podido generar este encuentro con gente que lo quiere y que él quiere”. Además agregó que “es como un rebelde constructivo que ha hecho un trabajo permanente, por eso me quedo con su actitud ante la vida y esa búsqueda constante”.

Luego de recibir el diploma, Grinberg agradeció la distinción y resaltó que “este homenaje es en nombre de mi generación, a partir de este premio vamos a ir por más y a tratar de ser más imaginativos”.

Claudio Serrentino

Fotos: DG Prensa Legislatura


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