Un sector de los grupos culturales se comunicó con La Bocina para manifestar su preocupación por algunas situaciones que se suscitaron luego del desalojo de El Corralón de Floresta. Desde la Asamblea, respondieron a esas cuestiones, aunque la máxima responsabilidad es de la Comuna 10.
Días después de el desalojo de El Corralón de Floresta, mantuve un diálogo -vía Facebook- con Mabel Sampaolo, una de las integrantes de la Asamblea de Floresta.
Luego, recibí un llamado telefónico de otro sector de los grupos culturales, quienes manifestaron su preocupación por diversos temas.
Son vecinos que participaban en talleres allí, y dicen que por entrar a alimentar a los gatos que quedaron dentro del predio, descubrieron varias falencias:
- Los gatos corren riesgo de vida, hay una persona que les da de comer pero si ésta no puede ir… ¿Qué pasa con los animales?
- Hay libros que pertenecían a la biblioteca Mangieri, que quedaron a la intemperie.
Consultado el grupo que integra la Asamblea, respondió que:
- Libros: Los chicos de la biblioteca se llevaron los libros para protegerlos antes de la fecha que puso la jueza Danas para desocupar el predio, y como grupo se retiraron para esa fecha (Recordemos que habían sido impulsores del amparo que finalizó con esa medida judicial). Si posteriormente los intrusos que tomaron la casona trajeron sus propios libros que hoy se encuentran a la intemperie, desconocemos, ya que durante la intrusión solo pudimos entrar contadas veces incluyendo la vez que nos vinieron a amedrentar con una patota y el día del desalojo final.
- Gatos: Hay un gran número que está hace mucho tiempo en el Corralón y algunos vecinos los alimentaban. En un momento comenzó a suceder que la gente venía a abandonar gatos al Corralón por las noches y eso hizo que aumente mucho el número también. Los gatos hoy están en el lugar que ocupaba el obrador y una de las personas que los alimenta nos comentó que elevó una nota a la Comuna pidiendo respuesta por este tema, y aún no fue contactado. Este tema ya lo tenemos en agenda para ver qué se puede hacer, en principio una solución puede ser gestionar ante la Comuna un permiso especial para que la persona que hace años alimenta y cuida a los gatos pueda ingresar hasta tanto no haya una solución definitiva, que puede ser reubicarlos o darlos en adopción responsable.
Claudio Serrentino
Foto: Facebook El Corralón de Floresta