Raúl Panadeiros no sólo fue el diariero de la esquina de Tinogasta e Yrigoyen, durante más de 70 años. Fue un vecino participativo del barrio de Villa Real, distinguido como tal por el Gobierno de la Ciudad. Desde el 10 de Abril pasado, esa esquina lleva su nombre.
El pibe Raúl tuvo una ubicación preferencial, desde donde vió cómo se fue transformando el barrio. Frente a su puesto de diarios estaba la estación de trenes “Villa Real”, del ramal “Buenos Aires al Pacífico”, que luego fue cerrada.
Raúl, en aquellas febriles mañanas, cuando diarios y revistas se vendían como el pan, pudo apreciar el cierre del ramal, cómo la estación se convirtió en sede de la Corporación de Transporte, en gomería, cómo se tapió todo el trayecto de las vías, y cómo los pibes –y no tanto- se las ingeniaban para convertir aquel espacio, en un patio de juegos.
Durante su juventud, el muchacho Raúl había jugado en aquellos potreros, al costado de las vías, para los Diablos Rojos del Club Villa Real. En ese club, también participaba de la organización de los populares bailes de carnaval.
Más tarde, Raúl vió cómo derrumbaban el edificio de la vieja estación, cómo se construían la iglesia Transparente y la escuela ECEA, cómo se iban urbanizando los terrenos del ferrocarril.
Y más tarde, el nacimiento de la plaza “Villa Real” y la colocación de la placa que recuerda la fundación del barrio, a metros de su parada de diarios.
El barrio se siguió transformando, mientras Raúl seguía firme, en la esquina, vendiendo diarios. Volvió a vivir las fogatas de su infancia en la plaza Villa Real, a principios de los 2000. Vió a los vecinos pelear para conseguir el nuevo edificio de la escuela “Prefectura Naval Argentina”, lindero a la plaza.
También los escuchó quejarse por la “zona calma” de Villa Real.
Hacía un tiempo, había dejado la parada de diarios, que era atendida por su hija. Raúl Panadeiros partió el 7 de Febrero de 2021.
Los vecinos decidieron que su nombre quede para siempre en esa esquina, y desde el 10 de Abril pasado, la esquina de Yrigoyen y Tinogasta se llama Raúl Panadeiros. Merecido homenaje para quien fue protagonista y testigo del desarrollo de su barrio.
El acto fue organizado por Benito Bongarrá, y la placa la aportó Luis Spadafora, del Museo del Automóvil. Lo recordaron varios vecinos y amigos. No faltaron lágrimas y emoción.
Claudio Serrentino
Colaboración y fotos: Junta de Estudios Históricos de Villa Real