A veces, los hechos pasan cerca, muy cerca nuestro. Las baldosas de la memoria recuerdan desde el piso, el andar asesino del “proceso”. Lamentablemente, los femicidas también dejaron su huella de muerte por aquí.
Para visibilizar esta problemática, la Junta Comunal 10 y el Consejo Consultivo Comunal, señalaron cinco esquinas, cerca de donde ocurrieron asesinatos de mujeres.
“No señalizamos los lugares donde ocurrió, porque no queremos revictimizar a las víctimas. Lo hicimos en las esquinas para generar concientización sobre lo que les pasó a estas vecinas”, explica Yanina Arias, integrante de la comisión de Mujeres Géneros y Diversidad, de la Junta Comunal.
Se marcaron cinco esquinas en la Comuna 10, cinco lugares donde la violencia machista volvió a matar. Cinco lugares que quedan muy cerca de donde trabajamos, estudiamos, vivimos.
– Gallardo y Nogoyá.
– Cervantes y Alcaraz.
– San Blas y Cortina.
– Juan B Justo y Cesar Diaz
– Rivadavia y Olmos.
Alguno de estos sitios, seguro, te queda cerca. En este caso, la cercanía no provoca familiaridad, sino dolor. “Los que trabajamos por conseguir una comunidad más justa y más igualitaria, no podíamos dejar pasar esta fecha. Los comuneros nos dividimos las postas, para no hacerlo muy convocante ni muy masivo: Cacho Mascali estuvo en Cervantes y Alcaraz, Daniela Mesplede y Daniel Paladini en Rivadavia y Olmos, y en las otras estuvimos el presidente de la Junta Mauro Pedone y yo”, cuenta Yanina.
La comunera recuerda que el 3 de Junio de 2015 (la primera marcha multitudinaria del Ni Una Menos) estaba en la plaza de los dos Congresos. Y que esa jornada “hacía un calor tremendo”.
Para la referente barrial, aquel día se logró cambiar “el contrato social, se pusieron en agenda un montón de temas, nos vamos abriendo paso en un montón de circunstancias. Haber logrado la modificación de ‘crímenes de odio’ a femicidios es un gran paso. La pandemia complicó en ese aspecto, el año pasado y este tuvimos números muy altos de femicidios. En marcos económicamente complejos, las que más sufrimos somos las mujeres, porque no tenemos salida laboral, porque nuestras remuneraciones son diferentes… De esto se sale hablando del tema, generando concientización, no hay respuestas mágicas. Tener hoy un ministerio de la Mujer, que se dedique a nuestras problemáticas específicas, es una conquista. A nivel Ciudad, todas las comunas tienen su comisión de Mujeres, Género y Diversidad, y ese no es un dato menor. Sabemos que a veces son simbólicas, porque no cuentan con presupuesto, pero es fuerte que exista esa comisión en cada una de las comunas”.
La comisión de Mujeres Géneros y Diversidad, de la Junta Comunal 10, aportó varias tareas para reivindicar a las mujeres, “con mucha imaginación”, resalta Yanina, debido a la pandemia:
- Estamos trabajando un montón, presentamos un pedido en la Legislatura para que se entregue material de asistencia a las víctimas de violencia de género, en todas las unidades de testeo móviles de la Ciudad. Nosotros lo habíamos iniciado, en principio, en nuestra comuna. Solicitamos asistencia a la Dirección de la Mujer, y al Centro de Justicia de la Mujer, para poder entregarlo.
Estamos trabajando un protocolo de violencia de género interno hacia la Junta Comunal, y hacia la Comuna.
Hicimos una charla, en el marco del Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres.
La idea es, cuando el marco epidemiológico lo permita, empezar a hacer reuniones por barrios, convocando a vecinas y vecinos, porque entendemos que para hacer el cambio cultural, necesitamos hablar con todos y con todas, para poder vernos las caras y trabajar en pos de esto.
El movimiento feminista logró, un poco a la fuerza, que nos escuchen, que nos vean, que si no quieren, igual nos tienen que ver porque si no, queda mal. Y la verdad es que así logramos hacer el cupo en las listas, logramos que se nos reconozca, y esto tiene mucho de eso, de lo simbólico. Y de construir redes desde lo territorial.
Hay algo que muchos hombres y mujeres ignoran, y es que el feminismo lucha por la igualdad de géneros.
- Queremos construir una sociedad más justa, lo que pasa es que a veces, en ese plan, hay que revisar un montón de cosas. Los hombres gozan de privilegios que las mujeres no tenemos, y nos criamos en una sociedad patriarcal, entonces es difícil que los hombres vean que cuentan con privilegios. El no tener los mismos ingresos, o la misma posibilidad de trabajar, o que nosotras cumplamos tareas feminizadas, tareas de cuidado, tareas docentes… como las enfermeras, por ejemplo, que en la Ciudad no son reconocidas como profesionales de la salud… Son cuestiones que están naturalizadas, que las hacemos cotidianamente, y que hay que repensar.
Nosotras no queremos el detrimento de un género sobre otro, queremos una cuestión igualitaria, porque el patriarcado también los oprime a los hombres, les dice cómo tienen que ser.
El feminismo es un lugar de encuentro, para que los espacios políticos puedan construir otra realidad. Lo vimos con la discusión del aborto legal, seguro y gratuito, adonde pudimos llegar a consensos entre diferentes ideologías. Y entonces es eso: tender puentes para poder trabajar entre todos.
Claudio Serrentino
FOTO: Facebook Mauro Pedone Balegno