
Agosto de 2012. En un estacionamiento de Leicester, debajo de un sector con una R marcada en el asfalto, son hallados los restos de Ricardo III. No es un lugar habitual para el enterramiento de un rey. Así empieza nuestra historia: una disección, no solo del turbulento pero breve reinado de Ricardo, sino también de la maldad humana que, consciente o inconscientemente, forma parte de nuestra naturaleza biológica y psicológica. Ricardo, deforme y maquiavélico, tirano y sanguinario, nos recuerda que el mal forma parte de nuestra vida diaria. Que el mal es inherente al ADN humano, que la maldad y la bondad anidan en el corazón del hombre. El infierno está vacío. Todos nuestros demonios están aquí.